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Bioetica Y Muerte Digna


Enviado por   •  14 de Octubre de 2013  •  1.355 Palabras (6 Páginas)  •  662 Visitas

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BIOÉTICA Y MUERTE DIGNA

Ética significa “costumbre” (del latín) o “morada” (del griego).La Bioética es la ética de la relación médico-paciente-familia. La ética médica y específicamente la ética clínica se enfocan en las decisiones morales que se toman día a día referidas al cuidado de los pacientes.

Las decisiones éticas deben tomarse usando principios, valores y reglas.

Los principios son declaraciones que se refieren a estándares de la conducta humana aplicados a la clínica. Los valores tienen que ver con los deberes en tanto que las reglas tienen que ver con la política

Clínicos, especialistas en ética y expertos legales siguen debatiendo sobre la posible justificación del suicidio asistido. Un aspecto interesante es que los argumentos planteados por ambas partes se fundamentan en principios morales similares.

El principio de autonomía recoge el derecho de las personas a tomar decisiones por sí mismas y es quizá el argumento más sólido a favor del suicidio asistido. Los derechos individuales son clave en la constitución de algunos países, por ejemplo en Estados Unidos. Los defensores del suicidio asistido argumentan que las personas deben tener el derecho a tomar decisiones respecto a la finalización de su propia vida, de la misma manera que pueden decidir sobre la aceptación o el rechazo de otros tipos de tratamiento. Los opositores al suicidio asistido señalan que el derecho a elegir no debe incluir el derecho a morir solicitando a algún profesional sanitario que facilite la aceleración de la muerte.

El principio de la beneficencia se refiere a la obligación de hacer el bien o de ayudar a las personas y refleja una responsabilidad fundamental del profesional sanitario. Los defensores del suicidio asistido señalan que el hecho de ayudar a morir a un paciente en situación terminal que está sufriendo, representa un acto compasivo, mientras que el rechazo a ofrecer este tipo de ayuda prolonga el sufrimiento del paciente en fase de agonía. Los opositores al suicidio asistido indican que ayudar a morir a una persona nunca es un acto de beneficencia, debido a que incide sobre la inviolabilidad de la vida.

El principio de la no maleficencia o de no perjudicar, se refiere a la obligación de no causar daño a otros y representa el fundamento que han utilizado muchas organizaciones profesionales para defender su postura frente al suicidio asistido, por ejemplo, la Asociación Americana de Enfermería sostiene que ayudar a un paciente a morir no es compatible con la labor profesional de enfermería, y que el contrato que mantiene la enfermería con la sociedad recoge la prestación de ayuda a las personas para que tengan una vida lo más plena posible, no para que finalicen su vida. Por el contrario, los defensores del suicidio asistido sostienen que el rechazo a ayudar a morir a un paciente que está sufriendo es igual que abandonarle en el momento de su vida en el que tiene una necesidad mayor, de manera que se le causa un daño inaceptable.

La idea, de que el hombre tiene del “derecho a morir con dignidad” ha dominado el debate bioético contemporáneo relacionado con el final de la vida humana. Muchos de los autores que abogan por el derecho a una “muerte digna” entienden que éste incluye el derecho a disponer de la propia vida mediante la eutanasia o el suicidio médicamente asistido, basándose para ello en el respeto a la libertad individual o autonomía del paciente. Se afirma así, que nadie tendría derecho a imponer la obligación de seguir viviendo a una persona que, en razón de un sufrimiento extremo, ya no lo desea. De acuerdo con esta línea de pensamiento en situaciones verdaderamente extremas, la eutanasia y la asistencia al suicidio representarían actos de compasión (beneficencia); negarse a su realización podría suponer una forma de maleficencia.

Ahora que el avance de la ciencia médica nos permite asistir a las etapas finales de múltiples enfermedades crónicas, la medicina ha visto conveniente retomar su función de aliviar, cuando no se puede prevenir ni curar. En busca de estos cuidados acuden los pacientes terminales y sus familiares a los hospitales, convirtiéndose la muerte en un evento hospitalario cada vez más frecuente, denominándose este proceso la medicalización de la muerte.

El tema se problematiza cuando la muerte es una elección y la vida una obligación. Lo discutible es si la sociedad puede obligar a las personas a vivir contra

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