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Neurofisiologia


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  1.866 Palabras (8 Páginas)  •  278 Visitas

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Un intento precursor: la frenología de Gall

Hace unos 200 años hubo un intento (precientífico), pero también precursor de relacionar la mente con el cerebro. Se conoce como frenología, y uno de sus fundadores, el médico austríaco Franz Gall sostenía dos ideas sobre la mente:

a) la mente tiene un soporte biológico: el cerebro

b) la mente no es unitaria sino que consiste en una colección de 35 facultades (entra ellas, el lenguaje, el cáculo, el amor a la vida, la estimación de sí, la religiosidad, etc), cada una de las cuales ocupaba un área circunscripta de la corteza cerebral.

Otro punto importante de la teoría de Gall es que, sosteniendo la no unitariedad del cerebro, se desprende de esto que una lesión que afecte una función dejará intacta las demás (sostenía que eso no sería posible si la mente fuera unitaria e independiente del cerebro). Esa corriente fue el primer antecedente de la llamada corriente localizacionista.

Por último, por pensar que el sustrato de la mente era de índole biológica, se desprende también el carácter hereditario de las habilidades. Las principales fallas de la teoría eran: pensar al cerebro en analogía con los músculos (descuidando la complejidad del mismo) y tampoco hay solidez sobre las facultades cerebrales que enumera (ej; religiosidad).

Antecedentes de la neurociencia moderna

Las reflexiones sobre la mente-cuerpo tienen una larga tradición filosófica, desde los antiguos griegos en adelante; en cambio, el estudio científico de la relación mente-cerebro es reciente.

En el antiguo Egipto se conocía a nivel empírico la especialización del hemisferio derecho y la del izquierdo. Por otra parte, ya Hipócrates (300 a.c.) señalaba que el asiento del raciocinio era el cerebro (director del espíritu), y el corazón era el asiento de los sentimientos. El famoso médico griego, sin romper la dicotomía entre razón y emoción, sugirió por primera vez que el estudio de la mente se relacionaba con el estudio del cerebro.

Descartes (s. XVII) y su famoso dualismo daban por sentado que el cuerpo era una entidad diferente a la mental: consideraba al cuerpo como una maquinaria que podía ser estudiada por las ciencias naturales, pero lo mental no podía ser estudiado como un fenómeno físico. Para Descartes, la conducta refleja y sus circuitos eran un objeto físico adecuado para la investigación científica; en cambio, la experiencia subjetiva cociente del dolor era de una naturaleza completamente diferente, no física, no mensurable y por lo tanto, no adecuada a la investigación científica; mundo físico y mundo mental eran entidades especialmente separadas. La mente era una entidad extracorporal que se contacta con el cuerpo por la glándula pineal.

A partir de la intervención cartesiana, el estudio de la mente fue relegado a la teología aún entre fines de s. XIX y principios del XX, cuando Gall expuso su teoría.

Más tarde el fisiólogo Flourens contrastaría experimentalmente las ideas de Gall, acordando con éste en lo referido a la relación mente – cerebro pero discordando en el modo en que se da esta relación (a partir de experimentos donde produjo lesiones en distintas partes del sistema nervioso de palomas y estudió su efecto sobre la conducta). Basado en sus resultados, sostuvo que no había zonas específicas del cebebro responsables de conductas especiales y concluyó (contrariamente a Gall) que percepción, imaginación y afecto forman parte de una facultad mental única. Con esto último nace el debate: localizacionistas vs. antilocalizacionistas.

En 1861 Brocca presenta sus evidencia científicas de la localización de la función del lenguaje articulado (el lóbulo frontal izquierdo), con su paciente que había sufrido una lesión en el cerebro que redujo su expresión verbal a una única sílaba (“tan”), en tanto que conservaba casi completamente la comprensión de lo que le decían, introduciendo al campo de lo científico los estudios de la relación mente – cerebro.

5 tradiciones experimentales (precursoras de las neurociencias):

1. Anatomía: A fines del s. XIX y a principios del XX (tras 80 años de los trabajos de Gall) Ramón y Cajal pudo discernir el papel de la neurona (formuló la “doctrina neuronal”).

2. Embriología: Harrison et. al. mostraron que la dendrita y el axón eran continuidades del cuerpo celular, desde su apariencia en la embriogénesis.

3. Fisiología: Luego, con el descubrimiento de que las células musculares producen electricidad, se dio lugar al desarrollo de la electrofisiología; por otra parte el cerebro comenzaba a entenderse en términos de actividad refleja (más tarde Pavlov desarrollaría su teoría del condicionamiento clásico).

4. Farmacología: Se comenzó a estudiar la acción de las drogas en el organismo al interactuar con receptores celulares específicos.

5. Psicología: Tiene una larga historia ligada al desarrollo de la filosofía. Pero un camino diferente fue abierto por Darwin y su teoría de la evolución, que estimularon la descripción objetiva de la conducta, dando origen a la Psicología experimental (estudio de la conducta en el laboratorio) y la etología (el estudio de la conducta en un medio natural).

Neurociencia contemporánea

En el desarrollo más reciente de las neurociencias, influyeron tres factores: la biología molecular, la psicología cognitiva y las nuevas técnicas de estudio del tejido neural. Fue también impulsada por el cambio de paradigma en psicología (de conductismo a cognitivismo). Así es que fue posible comenzar a indagar sobre conductas no observables atinentes al organismo. (se pasó de aceptar que había un conocimiento implícito solamente, a pensar que los humanos y otros animales superiores también tienen un conocimiento explícito del mundo, sin el que no se pueden explicar las formas más complejas de conducta como lenguaje, memoria, razonamiento, toma de decisiones, etc. Comienzan a aparecer términos como estructuras o procesos, inferibles mediante manipulación experimental.

Alexander Luria, neuropsicólogo ruso (después de la segunda guerra mundial), arriba a la conclusión de que el asunto de las localidades específicas estaba mal encarado (estudiando los casos de pacientes con heridas de bala en el cráneo). Una función era sostenida por más de una región especializada del cerebro. Esto llegó a contrastarse mediante la medición de alteraciones en diferentes regiones cerebrales

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