Niveles de la conciencia
littleanieTesis5 de Octubre de 2012
3.061 Palabras (13 Páginas)482 Visitas
Niveles de la conciencia
La conciencia es una cualidad del ser humano que le permite reconocerse a sí mismo. Nacemos y evolucionamos desde la autoconciencia hasta la autotrascendencia ( la integración de todos los niveles). Existen distintos niveles: físico, emocional, mental, existencial, espiritual.
Todos estos no son compartimentos aislados sino que se incluyen unos a otros. Por ejemplo, el nivel espiritual está presente en todos los demás. Cuando nos damos cuenta de las sensaciones corporales podemos descubrir, si profundizamos, ciertas emociones que están contenidas en esa zona corporal, ciertas ideas que mantienen la contracción, cierta actitud hacia la vida. También existe la posibilidad de liberarla desapegándonos de ellas, atravesándolas y trascendiéndolas.
Es un proceso de expansión o contracción. De reconocer en cada nivel cual es nuestra realidad. Es fundamental el cultivo de la atención y el desapego que fomentan la curación y el bienestar. Cada nivel puede convertirse en un camino que tiene sus distintos estadios de desarrollo. El camino hacia la autorealización es único en cada uno de nosotros, y la creatividad opera en todos los niveles.
Pinceladas breves de cada uno de estos niveles:
LO FISICO
Nuestra conciencia está identificada con el cuerpo. El objetivo fundamental es la supervivencia. Se atiende a la dieta, el ejercicio, la relajación, etc. La no atención fomenta las enfermedades, aunque la salud física no garantiza la salud mental.
La curación física se produce cuando atendemos a nuestro cuerpo, lo atendemos en cuanto a sus necesidades de dieta, ejercicio y descanso. Para explorar este nivel podemos utilizar técnicas de relajación, Hatha Yoga, danza, masaje, artes marciales, etc., que pueden convertirse en caminos espirituales físicos.
LO EMOCIONAL
La conciencia se identifica con las emociones. La persona es gobernada por ellas inconscientemente, por sus deseos y necesidades, aunque la mayoría de las veces es incapaz de reconocerlo.
La conciencia curativa emocional es estar dispuesto a mirar y afrontar la verdad sobre uno mismo, a reconocer las emociones y experimentarlas y aprender a comunicarlas. La salud emocional tiene que ver con la capacidad de dar y recibir amor, poder perdonarse a uno mismo y a los demás, de mantener relaciones íntimas y al mismo tiempo autónomas.
Para su exploración podemos usar distintos enfoques de la psicología humanista, la música, el arte o los distintos caminos devocionales (Bakti Yoga, etc.).
LO MENTAL
A la mente pertenecen los procesos de pensamiento, las actitudes y las creencias que afectan al bienestar emocional y mental. La percepción y el pensamiento están determinadas por patrones de condicionamiento de creencias y expectativas.
La identificación con el ego mental hace que la persona de importancia a la identidad y a la imagen de sí misma. Para sanarnos es necesario examinar nuestras ideas y presupuestos sobre el mundo y la realidad. Buscar en la mente el origen del sufrimiento y del malestar. La conciencia curativa es prestar atención a los pensamientos tal y como surgen, sin intentar cambiarlos, y se expresa mediante la creatividad y la comunicación, la claridad de pensamientos, la comprensión y la originalidad. Su dominio pertenece a la mente racional, al discernimiento y a la sabiduría.
Se puede explorar con la Programación Neurolinguística, Análisis Transaccional, etc.
LO EXISTENCIAL
La conciencia se manifiesta en hechos como la soledad, el sentido de la vida, el absurdo y la muerte. Afrontamos la libertad personal y de elección. En este nivel nos reconocemos como una unidad de mente y cuerpo. Atendemos a nuestra identidad, autenticidad y al sentido de la vida.
La salud existencial consiste en asumir la naturaleza finita de la existencia, reconocer los límites del ego y estar dispuesto a aceptar sin engañarse a uno mismo. Si se evoluciona en este nivel uno se siente congruente con lo que hace, piensa y siente. Uno se siente libre y responsable a pesar de las dificultades.
Para explorarla podemos usar: Análisis Transaccional, Psicología Humanista, etc
LO ESPIRITUAL
Es abrirse a las dimensiones transpersonales. La búsqueda espiritual busca la verdad. No rechaza ni persigue nada.
El bienestar espiritual se caracteriza por la sensación de paz interna, de compasión, respeto y gratitud.
Aquí se despierta el testigo interno, ese observador de la experiencia que no es lo mismo que los contenidos de la conciencia. Si el ego se identifica con este nivel aparecen los delirios de grandeza.
Para explorarlo, las distintas tradiciones espirituales (budismo, cristianismo, taoismo, sufismo, hinduismo, etc.).
Aparato Psíquico
Freud, en su segunda teoría acerca de la estructura del aparato psíquico, distingue tres instancias fundamentales:
El Ello: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él.2
El Yo: Instancia psíquica actuante y que aparece como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada de desarrollar mecanismos que permitan obtener el mayor placer posible, pero dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la entidad psíquica encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente.3
El Superyó: Instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales.4
La teoría psicoanalítica fue construida sobre la premisa de que los deseos inconscientes, especialmente los representantes psíquicos de los impulsos biológicos y sexuales, son parte central de la motivación de la personalidad humana. Freud postuló que los trastornos neuróticos (y también otros trastornos mentales) tenían una causalidad psíquica, es decir, fundamentada no en lo orgánico, ni en lo hereditario, sino en un retorno de lo reprimido en forma de síntomas. Postuló que las fantasías y deseos reprimidos, por su carácter inaceptable para el sistema consciente, habían devenido inconscientes, pero mantenían sin embargo su eficacia psíquica. Freud plantea que los contenidos inconscientes tienen un carácter indestructible y que las representaciones de las pulsiones están permanentemente tratando de abrirse paso hacia la conciencia para lograr algún tipo de satisfacción, aunque sea amenguada o sustituta.
Las funciones específicas desempeñadas por las tres entidades no siempre son claras y se mezclan en muchos niveles. La personalidad consta según este modelo de fuerzas diversas en conflicto inevitable.
Si bien la idea general de que la mente no es algo homogéneo tiene amplia aceptación, tanto dentro como fuera del campo de la psicología, es también una idea controvertida. En particular hay detractores de la teoría de que el psiquismo se divida en estos tres componentes.
Ello
El Ello es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda del sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones. El Ello, sin embargo, no es sinónimo de inconsciente. También las otras dos instancias, el Yo y el Superyó, tienen amplios sectores no asequibles por la conciencia. El Ello tiene una relación estrecha y conflictiva con las otras dos instancias, que se forman, escindiendose del Ello, a partir de la interacción con el medio social (Realidad) y de la decantación del Complejo de Edipo, respectivamente.
Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Reservorio primero de la energía psíquica, representa la arena en la que se enfrentan pulsiones de vida (Eros) y de muerte(Thanatos). La necesidad imperiosa de la satisfacción pulsional rige el curso de sus procesos. Sus contenidos inconscientes son de diferentes orígenes. Por una parte, se trata de tendencias hereditarias, de determinaciones innatas, de exigencias somáticas, y, por otra parte, de adquisiciones, de lo que proviene de la represión. De forma sucinta, se puede definir al Ello como el reservorio pulsional del hombre.
La conquista del Ello, ese núcleo de nuestro ser, para Freud, es facilitada por el psicoanálisis a través del método de la asociación libre.
El Ello está presente desde el nacimiento. Está constituido por impulsos tan básicos como la tendencia natural a satisfacer el hambre, la sed y sexualidad, las que Freud llamó pulsiones de vida, alimentados por una forma de energía llamada libido. Las
...