Niños gestion pandemia

La pandemia COVID-19 parece que está cada vez más cerca de terminar. No obstante, aun queda un camino por recorrer para adaptarnos a la nueva normalidad: vacunación, limitación del contacto social, mascarillas, etc. Seguimos adaptándonos a esta nueva normalidad sin conocer unas directrices claras en cuanto al tiempo de duración y a las nuevas medidas que se deben tomar. Esta situación resulta nueva para todos nosotros y es normal sentir cierto malestar, sobre todo en los más pequeños.

Como padres y madres nos podemos sentir abrumados por la nueva situación y no sabemos muy bien cómo explicársela a nuestros hijos. En ocasiones, tendemos a pensar que los niños al ser pequeños se adaptan con mayor facilidad o que son menos conscientes de la realidad, pero no es así: se estima que las urgencias pediátricas relacionadas con la salud mental han aumentado en un 50% respecto a la primavera del año pasado, aunque el 70%  evoluciona de forma favorable, se han incrementado los problemas de ansiedad y depresión en niños y adolescentes.

¿Qué podemos hacer como padres y madres para ayudar a nuestros hijos en esta nueva normalidad?

1. MOSTRAR TRANQUILIDAD Y FOMENTAR LA COMUNICACIÓN CON NUESTROS HIJOS/AS

• Establecer un momento del día para hablar de forma calmada con nuestros hijos.
• Escucharlos de forma activa, fomentando la expresión de sus emociones, cómo se sienten, como les ha ido el día, momentos y situaciones donde se han sentido felices, tristes, etc.
• Mostrar nuestro apoyo en todo momento para facilitar la comunicación padres-hijos.
• Aprovechar estos momentos de dialogo con nuestros hijos para intentar explicar la nueva normalidad, siempre adaptándonos a su edad y capacidad.
• Transmitirles seguridad y crear un entorno seguro en el hogar para poder extrapolar esta seguridad en el hogar a otros contextos: ocio, colegio...
• Es importante que los niños tengan conocimiento de la realidad, pero tampoco una sobreinformación. Es recomendable que no estén sobreexpuestos a noticias que aparecen en la televisión, debates sobre vacunas…pues pueden sentir más incertidumbre que seguridad. Somos los adultos (padres, abuelos, tíos, etc.) quienes tenemos la capacidad y responsabilidad de comunicarnos con los niños, bien a través de juegos, cuentos… que nos faciliten la comunicación con ellos.

1. SER UN MODELO DE CONDUCTA PARA ELLOS.

• Los niños aprenden a través de modelos, principalmente imitando las conductas de los padres y madres. Como hemos comentado en el punto anterior, ante esta nueva situación de normalidad, es fundamental que actuemos como ejemplo, no solo sirve lo que les decimos sino como lo decimos, como nos expresamos y sobre todo que trasmitimos a nuestros hijos.
• Gestionar nuestras emociones y enseñar a nuestros hijos a que aprendan a identificarlas en sus propias sensaciones corporales, así como ponerle nombre a cada una de ellas.
• Actuar con la máxima normalidad posible, siguiendo las normas sanitarias y manteniendo nuestra rutina habitual (adaptada a la nueva normalidad).

1. ESTABLECIMIENTO DE RUTINAS.

• Los menores necesitan una estructura en su día a día para paliar al máximo la incertidumbre de la pandemia que estamos atravesando. Seguir las rutinas habituales que teníamos antes de la pandemia y adaptar aquellas que aun no pueden llevarse a cabo al 100%. La nueva normalidad nos permite, poco a poco retomar las rutinas anteriores: volver al colegio, jugar con otros niños, etc. Aunque tenemos que establecer nuevas rutinas: como mantener cierta distancia social, usar mascarilla y mantener una buena higiene de manos, podemos ir compaginando estas nuevas rutinas con las que teníamos anteriormente.

1. EDUCACIÓN EMOCIONAL.

• Permite a los menores experimentar y exteriorizar sus emociones. Para ello, es relevante hablar primero sobre las distintas emociones que tenemos los seres humanos y como se experimentan en nuestro cuerpo, así como poner ejemplos de situaciones donde pueden aparecer. Conociendo como actúa nuestro cuerpo y poniendo nombre a aquello que estamos sintiendo, podemos ayudar a nuestros hijos a gestionar sus emociones, sobre todo aquellas que pueden producir angustia o estrés ante esta nueva situación. También podemos practicar técnicas de relajación que permitan disminuir el nivel de activación cuando sientan ansiedad y miedo.
• Validar las emociones de los niños más pequeños, entender que esta situación también los preocupa y les cansa no poder estar como antes de que se produjera la pandemia. Permite que se expresen con normalidad y que tienen derecho a sentirse como se sienten.

1. SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.

• En lugar de pensar en el pasado, en aquello que podíamos hacer antes y en las limitaciones constantes de ahora, resulta interesante que nuestros hijos aprendan a fijarse en aquello que sí pueden hacer y en buscar alternativas fomentando así su creatividad y centrándose en las posibles soluciones que se puedan dar.

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