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Pederastía


Enviado por   •  1 de Octubre de 2012  •  2.449 Palabras (10 Páginas)  •  662 Visitas

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Desde un punto de vista muy general; podemos hablar del tema de pederastia, como toda conducta donde un menor es utilizado como objeto sexual por una persona más grande que él; en edad, fuerza, superioridad o poder. Es un problema que está presente en nuestra sociedad y en nuestros tiempos. Anteriormente se callaban este tipo de agresiones hacía los niños, porque los temas sobre el sexo eran temas tabú y nadie hablaba de ellos, aparte el niño quedaba estigmatizado ante la sociedad y se prefería el silencio al escándalo, porque generalmente el ataque se da por algún familiar o alguien muy cercano al menor. En nuestros tiempos es igual, pero hay un poco más de apertura, entre padres e hijos, maestros y alumnos, para hablar de estos temas.

Los abusos pueden presentarse tanto en niñas como en niños, aunque las niñas son más propensas a recibir los ataques; se dice que se presenta más en los pequeños que tienen sus capacidades disminuidas, que no hablan, que tienen retraso mental o que forman parte de familia desorganizada; ya que con las atenciones del abusador, se gana la confianza del niño. También los que son víctimas de maltrato son más propensos a los ataques, ya que viven en un ambiente hostil y el abuso forma parte de su vida habitual. Los abusadores son casi siempre hombres que utilizan la confianza, la familiaridad, el engaño y la sorpresa para atacar al menor. Los abusos se dan en todas las clases sociales, culturas y razas, aunque la mayoría de los ataques ocurre en el interior de los hogares, por parte del padre, los hermanos o el abuelo.

Si tratamos de definir abuso sexual a menores, podríamos explicarlo desde dos puntos de vista muy distintos; jurídicamente hablando diríamos que es el grado de contacto físico entre los órganos sexuales del agresor y la víctima, como en el caso de la violación, cuando se trata de un menor de 13 años y existe cópula; el estupro cuando se utiliza la intimidación o el engaño para tener cópula con un menor de edad, o el abuso deshonesto cuando no hay acceso carnal pero si tocamientos. Sicológicamente no existe una definición exacta y precisa de lo que es el abuso sexual infantil, ya que los especialistas difieren, si hubo violencia sobre la víctima, sorpresa o engaño; aunque hablando claro, que ya con la sola relación sexual del adulto con un menor, hablamos de un abuso de confianza sobre él, que carece de sus facultades y la madurez para diferenciar de un hecho bueno a uno malo. Y en los casos de exhibicionismo, donde no existe contacto sexual entre el abusador y la víctima, pero existe ese acto de perversión sobre el menor, para que observe, participe o escenifique relaciones sexuales, ya estamos hablando de “abuso sexual” .Suponiendo en todos casos, que el abusador es mayor de edad que la víctima, pero en algunos pueden ser de la misma edad, por eso no se tiene una definición precisa.

El no tener un panorama real del problema, impide ver el alcance de este dentro de nuestra Sociedad, se maneja como un tema tabú; lo que favorece el ocultamiento, aunque sea un secreto a voces, principalmente porque ocurre sin testigos, así que lo único que se tiene como prueba, es el testimonio de la víctima. Aparte al ser un menor de edad, no tiene la capacidad ni la madurez para comunicar lo que sufrió, no está consciente del daño, por su misma inocencia, y no denuncia el hecho por miedo a una represalia por parte del agresor, que como hemos mencionado es alguien muy cercano a él y crea un mundo de pánico para que el menor guarde silencio; así que son pocas las denuncias y muchas de ellas por falta de pruebas, no proceden.

El abuso sexual de un menor es toda una serie de artimañas, la primera etapa es donde el abusador manipula al menor, se gana su confianza por medio de regalos o juegos, prepara el lugar y momento del ataque; después comienza el intercambio sexual, que va dándose de forma gradual y progresiva, desde besos y caricias, la exhibición y la masturbación y desde ese momento ya estaríamos hablando de un “abuso sexual”, hasta llegar a las caricias eróticas. El abusador generalmente va amenazando al menor y por su grado de superioridad, el niño va aceptando el maltrato y el silencio, lo que permite al otro seguir abusándolo y dificulta el conocimiento del abuso a corto plazo. Llega el momento en que el niño cambia de conducta, se retrae o se vuelve agresivo, pero si no se está alerta de estos cambios, el niño tendrá muy pocas alternativas; casi nulas de expresar lo que le está viviendo, tiene miedo de confesar lo que está pasando, por las represalias y chantajes del agresor, vergüenza, miedo de que se haga público el problema, sentimientos de culpa, temor a perder los lazos afectivos familiares y sobre todo la manipulación del abusador, que le genera mucha confusión, porque llega a hacerle creer que fue su culpa lo que paso, lo induce a creer la verdad de él y pierde la idea exacta del abuso; ya no sabe que sentir, que está bien o qué está mal, pierde su autoestima, debido a la negación de lo sucedido.

El impacto de la agresión sexual, varía dependiendo del perfil de la víctima; las características de la agresión, van ligadas con la frecuencia de los ataques y la gravedad de los mismos, la relación entre víctima y abusador (y más si es una persona en la que el niño confía) así como las consecuencias provocadas por el descubrimiento del abuso; sobre todo si al pequeño le creen o no, una respuesta negativa complica aún más el proceso de recuperación. El dilema que sufre el niño cuando intenta comunicar su experiencia, es muy severo ya que enfrenta serios problemas al dar su testimonio, parecería carece de coherencia lo que hace que caigan en contradicciones, primero por guardar el secreto y segunda por tratar de olvidarlo, olvida detalles, fechas, hora, el miedo hace que caiga en un estado de indefensión; se contradice, es poco convincente y en algunos casos prefiere retractarse.

Cuando el pequeño habla, aún cuando le es bastante difícil expresar lo que le sucedió, viene toda una etapa de negación, donde se pretende, valga la redundancia, negar el hecho o restarle importancia para mantener a cualquier precio la unión familiar o justificar el abuso, en un intento de seguir como si nada hubiera pasado; o peor aún si los familiares lo tachan de mentiroso; ya que el incesto, implica un ruptura familiar. Si la madre calla porque casi siempre es la primera en enterarse de lo sucedido; el silencio es un arma de dos filos, ya que facilita, que el agresor siga haciendo de los suyas, no solo con ese pequeño, sino con otros y se permite que el menor no reciba ayuda sicológica para salir del problema y trabajar con su autoestima dañada y este grado de negación puede originar trastornos síquicos, al dudar de sí mismo, ya no sabe cuál es la realidad ni cómo enfrentarla.

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