Presentamos el caso de una niña de 5 años diagnosticada de Trastorno Generalizado del Desarrollo
YAPI0876CADOTrabajo15 de Agosto de 2014
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Casos
Clínicos
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Introducción
Presentamos el caso de una niña de 5 años
diagnosticada de Trastorno Generalizado del
Desarrollo que está recibiendo tratamiento en
el Equipo Infanto-Juvenil del Centro de Salud
Mental de Fuenlabrada.
Este trabajo se realiza con la finalidad de profundizar
en la dificultad que sigue existiendo actualmente
en el diagnóstico precoz de la patología
grave infantil y en su tratamiento. Pensamos que
ésta se debe en parte a la complejidad de la sintomatología
en estas edades, así como a la necesidad
de intervención de múltiples profesionales.
Respecto al tratamiento, siguen siendo escasos
los recursos terapéuticos, contando en el momento
actual exclusivamente con la consulta
ambulatoria lo que implica una gran dificultad
para establecer un encuadre con la frecuencia
suficiente para que se produzca un vínculo
emocional con el terapeuta que asegure un
proceso terapéutico.
Presentación del caso clínico
Se trata de una niña de 5 años diagnosticada de
Trastorno Mixto del Lenguaje Receptivo-Expresivo
por el Equipo de Orientación Educativa
y Psicopedagógica Específico de Alteraciones
Graves del Desarrollo. Atribuyen el trastorno a
haber presentado otitis frecuentes a los dos años
que le causaron una sordera que le impidió el
aprendizaje del lenguaje.
La demanda de derivación a Salud Mental la
realiza la profesora, debido a que la niña, a pesar
de recibir desde los 3 años el tratamiento de logopedia
y apoyo pedagógico indicado por dicho
equipo, presenta conductas disruptivas en el
medio escolar (definidas como rabietas) y conductas
de aislamiento social que hacen imposible
su aprendizaje y que dificultan el de los demás
niños de su clase.
Exploración clínica
Durante la entrevista de evaluación, la paciente
está muy inquieta, como metida en su mundo.
Tiene un lenguaje ininteligible (emite sonidos,
gritos...). La madre nos dice que cuando juega
repite las películas y que si habla por los personajes
habla bien. Presenta mirada periférica y no
establece contacto visual con la terapeuta. Se
observan estereotipias motoras.
Según refiere la madre, no se relaciona con personas
que no sean de su familia, e incluso con
sus familiares directos sólo lo hace en ocasiones,
permaneciendo la mayor parte del tiempo aislada.
La madre dice a propósito de esto: “cuando
le hablas no te hace caso, por eso pensábamos
que era sorda”.
Historia de la enfermedad y
desarrollo evolutivo
Embarazo complicado por diabetes gestacional.
Parto eutócico. Exploración al nacer normal.
Caminó a los 15 meses. Control de esfínteres a
los tres años.
La madre refiere que tuvo un desarrollo evolutivo
adecuado hasta los dos años en que comenzó
a tener otitis frecuentes, y a raíz de esto dificultades
en el lenguaje. Pero posteriormente dice
que comenzó pronto a decir alguna palabra,
pero al año se paró y pedía las cosas por señas.
A pesar de atribuir el problema a una enfermedad
física, en otro momento la madre nos dice
TRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO.
A PROPÓSITO DE UN CASO
L C Molins Garrido* y C Mouriño Sánchez**
*Psiquiatra y **MIR del C.S.M. de Fuenlabrada. Equipo Infanto-Juvenil.
I. P. José Germain. Área 9. CAM.
que tuvo a su hija descuidada ya que su otra hija
tenía molestias frecuentes de estómago (que
precisaron tratamiento hospitalario) y tuvo que
dedicarle más tiempo.Además en ese momento
se encontraba deprimida anímicamente por razones
personales.
Posteriormente culpa al colegio y a la profesora
de lo que le sucede a su hija,“porque desde que
empezó a ir al colegio está peor”, “a veces se
pone horrible, yo en casa procuro que cumpla
las cosas pero en el colegio la tienen como retrasada”.
Tras la primera entrevista, la madre comentó a
la profesora que la terapeuta pensaba que su hija
era más sensible que los demás niños por las
otitis que había padecido.
Historia familiar materna
Esta historia fue relatada por la madre por primera
vez, nueve meses después de comenzar el
tratamiento de la hija. Pese a que se realizó algún
intento, no pudo conseguirse antes debido
a la actitud de defensa que mostraba la madre
ante cualquier pregunta que hacíamos respecto
a la familia. Esta actitud nos hizo esperar un
momento más adecuado para obtener más información.
Nueve meses más tarde, una vez ganada
su confianza en el tratamiento de su hija,
se le propuso que comenzara un tratamiento
ella misma que le ayudara a enfrentarse a los
problemas emocionales que le causaba la enfermedad
de su hija.Aceptó, y entonces relató esta
historia de su familia a su propia terapeuta.
Nunca ha hablado de esto con las terapeutas de
la hija.
Fue criada por su tía paterna y el marido de ésta
(que no podían tener hijos), como si fuera su
hija, sin que ella supiera la verdad (ver genograma).
Sus padres biológicos tomaron esta decisión
cuando ella tenía 2 años, porque no podían
cuidarla ya que nació con un problema de raquitismo
y de anemia y requería tratamientos
especiales que no podían pagar. Además tenían
otros dos hijos, una niña recién nacida y un niño
de 3 años. Un par de veces al mes le llevaban
a verlos.
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Molins Carrido LC, et al Trastorno generalizado del desarrollo. A propósito de un caso. Psiquiatría Pública 2000; 12 (1)
Tabla 1: Criterios para el diagnóstico de Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo
A. Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo, normalizadas
y administradas individualmente quedan sustancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas
de la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas incluyen los propios del trastorno del lenguaje expresivo, así
como dificultades para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como términos espaciales.
B. Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren significativamente el rendimiento académico o laboral o la
comunicación social.
C. No se cumplen los criterios de trastorno generalizado del desarrollo.
D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje exceden de
las habitualmente asociadas a estos problemas.
Abuelo Abuela
Padres “Adoptivos” Padres Biológicos
Padre de la Paciente Madre de la Paciente
Paciente
Genograma
Supo quienes eran sus verdaderos padres a los 8
años, aunque ya lo sospechaba antes por ver
apellidos diferentes en el buzón. Le cambiaron
sus apellidos por los de los “padres adoptivos” a
los 18 años, ya que antes sus verdaderos padres
no lo permitieron. El “padre adoptivo” le ha dicho
en alguna ocasión que en realidad es hija
suya y de la verdadera madre de ella. La “madre
adoptiva” no le perdonó que lo comentara a sus
amigas, le pegaba sin que se enterase el “padre
adoptivo”.
Cuando empezó a salir con su actual marido,
“los padres adoptivos” le llamaban para insultarlo,
a ella le decían que salía con ese hombre
porque no los quería a ellos al no ser sus verdaderos
padres. Intentó irse a casa de sus suegros,
pero le decían que estaba loca y que era una
mala hija.
Nunca aceptaron que se casara, les quisieron separar
desde el principio,“a él le ven como a un
intruso”. (Esta historia se repite con la madre
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Molins Carrido LC, et al Trastorno generalizado del desarrollo. A propósito de un caso. Psiquiatría Pública 2000; 12 (1)
Tabla 3: Proceso de separación-individuación según M. Mahler
A. Preludios del proceso de separación-individuación:
la fase autística normal. (1-2 meses)
la fase simbiótica normal. (3-5 meses)
B. La primera subfase: la diferenciación y el desarrollo de la imagen corporal. (5-12 meses)
C. La segunda subfase: ejercitación psicomotriz o de prácticas. (12-15 meses)
D. La tercera subfase: el acercamiento. (15-24 meses)
E. La cuarta subfase: la consolidación de la individualidad y los comienzos de la constancia objetal emocional. (2-3
años)
Tabla 2: Criterios para el diagnóstico de Trastorno desintegrativo infantil
A. Desarrollo aparentemente normal durante por lo menos los primeros dos años posteriores al nacimiento, manifestado
por la presencia de comunicación verbal y no verbal, relaciones sociales, juego y comportamiento adaptativo apropiados a
la edad del sujeto.
B. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes de los diez años de edad) en por lo
menos dos de las siguientes áreas:
lenguaje expresivo o receptivo
habilidades sociales o comportamiento
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