Problemas de pareja.

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INDICE

I. INTRODUCCIÓN

Los problemas de pareja, toman formas por demás diversas. Dichos problemas pueden deberse a situaciones genéticas, de herencia, económicas, físicas, morales, formas de ver y concebir la vida, la educación o falta de ella, un sinfín de situaciones familiares y deformaciones o acciones, gustos, tipos de trabajo, tiempos y cómo distribuirlos, limpieza o suciedad.  

Son tantas y tan variadas las situaciones que llevan a una pareja a tener problemas, que cuando estos surgen con algidez y fuerza, pareciera imposible que en algún momento de sus vidas, esas parejas hubieran coincidido en algo.

La presente investigación reúne datos que llevan a través de hechos y estudios diversos, a la búsqueda de aquellas situaciones que cuando una pareja inicia una relación pocas veces toma en cuenta, o quizá, ni siquiera de forma remota se plantea, y una vez conformada la pareja, múltiples factores que aunque presentes desde siempre, van saliendo a la luz y tomando un lugar preponderante generando los más difíciles e irreconciliables cuestionamientos entre individuos que protagonizan una unión que nació siendo amorosa, hasta llegar en múltiples ocasiones a dolorosas rupturas.

La presente exposición inicia retomando algunas de las bases que una persona con visión objetiva podría o quizá debería tomar en cuenta  al  elegir una pareja con quien procrear hijos.  Es muy común conocer o saber de parejas o matrimonios que tienen una ruptura de la relación poco tiempo después de nacido un hijo que fue engendrado en medio de una relación estable y que al nacer con alguna malformación o disfunción las dinámicas de la familia o familias nucleares se modifican e incluso se separan.  De ahí el interés de mostrar el siguiente material como parte de la investigación llevada a cabo para explicar algunos tópicos de los “Problemas de pareja”.

II. LA HERENCIA BIOLÒGICA

La herencia ha sido definida en términos generales, como una tendencia a producir  lo semejante de lo semejante. La realidad dista mucho de lo anterior, ya que cada individuo proviene de una doble herencia, posee caracteres heredados inmediatamente de una pareja distinta entre si, y por medio de cada una de esas ramas que se unieron para engendrarlo, hubo muchos ascendentes diversos durante numerosas generaciones.

Los caracteres hereditarios no se trasmiten al azar, sino que siguen determinadas leyes que descubrió un monje austríaco, Gregorio Mendel, a principios de la segunda mitad del siglo antepasado. (Nodarse, Agosto 1991, pág. 91)

Un monje austriaco Gregorio Mendel realizó investigación de la herencia en guisantes, esto sucedió en el año 1866, su estudio fue muy completo y serio sin embargo sus contemporáneos  llenos de prejuicios, no comprendieron en aquel entonces la importancia de los descubrimientos de Mendel.

Según éste Monje la trasmisión de los caracteres hereditarios son tres., que aunque han recibido diferentes denominaciones, expresan el mismo fenómeno.  A continuación se enuncian las denominaciones según un investigador Alemán apellidado Correns.

1. La Ley de la uniformidad. Esta ley puede formularse de la manera siguiente: “La primera generación filial híbrida, producto de una pareja pura en cuanto a determinados caracteres genéticos, exhibe una apariencia uniforme”
2. Ley de la disgregación.  Se expresa de este modo: “Si se cruzan dos híbridos entre sí, los caracteres de ambos progenitores y los de los padres de éstos, se trasmiten a la descendencia en la proporción de uno para cada uno de los abuelos y dos para los padres -1-2-1

Es decir, 25% de los descendientes mostrarán los caracteres puros de uno de sus abuelos, 50% tendrán los caracteres híbridos de sus padres y 25% reproducirán las características puras del otro abuelo.

1. Ley de la Dominancia: “Cuando en la transmisión hereditaria de una característica determinada concurren al par elementos de desigual potencia, el “dominante” impone sus particularidades a los descendientes inmediatos en la proporción de 3: 1 en relación con el elemento “recesivo”.

Es decir que el 75% de la generación directamente engendrada mostrará las características del elemento dominante y el 25% las del elemento recesivo.

Esta Ley rige los casos de trasmisión de caracteres compuestos por elementos de distinta potencia, en la relación de los cuales uno domina al otro que oculta su presencia en el nuevo ser. El elemento preponderante que se hace patente en la presencia de la descendencia, se llama dominante y el elemento dominado que se trasmite también pero cuya presencia no se revela, recibe el nombre de recesivo y solo puede mostrarse en alguna de las generaciones siguientes cuando logra combinarse con elementos igualmente recesivos.

La ley de la dominancia es la más importante en el caso de los hombres, porque la mayor parte de los elementos –genes- que trasmiten los caracteres hereditarios en la especie humana, son de desigual potencia entre sí, quedando uno de ellos en condición de recesivo, sin manifestarse en el individuo, pero capaz de aparecer en futuras generaciones; y muchas enfermedades y anomalías hereditarias se trasmiten por estos genes o elementos recesivos.

Se han hecho numerosos estudios de herencias, tanto  defectivas como superiores, y los resultados son tan importantes e incluso sorprendentes, que si antes de pensar en iniciar una relación amorosa con una persona reflexionáramos sobre la herencia que ésta puede dar a un hijo, es muy probable que la historia de las uniones amorosas y de la humanidad en su conjunto sería completamente diferente.

Un ejemplo que sustenta la hipótesis anterior es la genealogía defectiva de las más conocidas, la de la familia llamada “Kallikak”. Se trata de un soldado de los ejércitos revolucionarios norteamericanos, Martìn “Kallikak”, quien tuvo un hijo ilegítimo con una joven que tenía un coeficiente intelectual de lo que en aquellos tiempos se conocía como “era casi idiota”. El niño heredó la debilidad mental de la madre, y el árbol genealógico resultante según los investigadores del caso, a partir de él, comprende a 470 descendientes conocidos, de los cuales la mayor parte eran débiles mentales, pervertidos o delincuentes. El resumen de la genealogía de esta familia, es la siguiente:

143 débiles mentales (idiotas o morones)

200 con anomalías psicopáticas menores

46 normales

41 pervertidos sexuales

24 alcohólicos

23 de moral dudosa

3 criminales

 Pero no todo está perdido ya que la herencia también se genera en aptitudes y mentes brillantes, tal es el caso de músicos famosos como Beethoven,  Joseph Haydn. Schubert. Schumann. Chopin. Liszt. Paganini. Wagner. Brahms. Verdi. Bizet . Incluso el ejemplo de  la familia Bach, que durante más de 200 años, produjo docenas de buenos intérpretes y compositores y durante seis generaciones produjo 50 músicos de importancia.

III. LA HERENCIA Y EL AMBIENTE

La herencia como se ha visto, tiene importancia capital en la determinación de cómo ha de ser el individuo.  Esta herencia es capaz de trasmitir algunas características somáticas tales como el color de los ojos, o algunos defectos como la hemofilia o el daltonismo.  Pero en la inmensa mayoría de los otros casos, el medio es capaz de cambiar el fenotipo que la herencia otorga al individuo.

La estatura y el desarrollo anatómico del sujeto son influidos por factores del medio ambiente tales como la alimentación, la higiene, las enfermedades adquiridas, etc. Sus rasgos fisonómicos pueden alterarse, y así también el color de la piel o del cabello, por la acción de factores externos. En cuanto a la inteligencia se hereda por combinaciones, pero  las manifestaciones dependen en gran medida del medio, ya que sin una cultura la inteligencia no se desarrolla y en ocasiones no llega a niveles superiores. Según Günter Just “la herencia predestina y el ambiente realiza”.  Entre los factores del ambiente se cuentan: la higiene, la alimentación, los cuidados médicos, los ejercicios, las costumbres, el clima espiritual del hogar, el medio social, la educación, etc. de ahí que todos estos factores son importantes para que una pareja logre tener hijos como los “sueña” y “espera” durante el enamoramiento.

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