Proyecto filosofia
Betta26Reseña24 de Febrero de 2016
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Segunda entrega no modular
América Latina
Sharit Arámbula
Betty Aguilar
Marco Teórico
En el desarrollo del marco teórico se comenzó a observar los diferentes conceptos teóricos relacionados con el problema de la indiferencia hacia los habitantes de calle por parte de los habitantes del barrio la concordia, estos conceptos se trabajaron en las diferentes investigaciones y tesis que tomamos para realizar los antecedentes de la investigación y el problema, estas concepciones que abordaremos son: habitante de calle, indiferencia, imaginarios sociales, exclusión, sistema mundo, estigmatización y los anormales también desde la perspectiva comunicativa los términos a trabajar son; practicas comunicativas, prácticas sociales, y axiomas de la comunicación.
Después de determinar los conceptos que abordaremos buscamos los teóricos que desarrollaran los conceptos que dieran cuenta de la problemática y que a portaran a la investigación.
Comenzaremos con el término de sistema mundo basados en un economista latinoamericano Osvaldo Sunkel el cual dice que:
El proceso de la modernización incorpora en las nuevas estructuras los individuos y a los grupos que son necesarios para que ese tipo de racionalidad triunfe y prevalezca; por otra parte rechaza y expulsa a los individuos y a los grupos que no tienen lugar en la nueva estructura productiva o que carecen la capacidad de adaptarse a ella. (Zunkel, 1972, p. 18-42)
Por tanto es necesario entender que el sistema mundo infundió los distintos discursos homogeneizadores, que crearon marcos cognitivos en la mente de cada una de las personas, y por tanto creando imaginarios sociales en la mente de los seres humanos Para Castoriadis:
Las condiciones de dominación de una clase social dependen de lo imaginario según Escobar (2000:67) “en esta perspectiva, los imaginarios pueden definirse como los conjuntos de ideas, imágenes que sirven de revelo y apoyo a las otras formas ideológicas de las sociedades tales como los mitos políticos fundadores de las instituciones de poder” (Castoriadis citado por Agudelo, 2011, p. 5)
Por otra parte Juan Luis Pintos dice:
Los Imaginarios Sociales serían precisamente aquellas representaciones colectivas que rigen los sistemas de identificación y de integración social, y que hacen visible la invisibilidad social. (Pintos, 1995)
De igual importancia está el concepto de prácticas sociales ya que a partir de lo que procesa el cerebro como imaginario social actuamos y conforme a ello nos acostumbramos a unas prácticas que están determinados por los discursos totalizadores, en relación con esto Louis Dumont afirma:
… basta observar que los hombres concretos no se comportan; operan con una idea previa, aunque sea la adaptarse a la costumbre. El hombre en función de lo que piensa y si tiene hasta cierto punto la facultad de arreglar sus pensamientos de guisa, de construir categorías nuevas, lo que hace partiendo de categorías que están dadas socialmente, lo que su relación con el lenguaje le recordaría suficientemente. (Dumont citado por Torres, 2011, p.40)
A partir de ello las personas y la sociedad clasificamos, ideamos los imaginarios sociales y actuamos las prácticas sociales, los cuales moldean una sociedad perfecta, pero la pregunta es ¿qué pasa con aquellas personas que no se adaptan a dichos conceptos? Son definidos por la sociedad como anormales y Foucault: “Hace referencia a quienes trasgreden las leyes de la naturaleza y las normas de la sociedad” (Foucault citado por Vásquez, 2010) ya que para ser considerados una persona “normal” se debe asemejar a un modelo de perfección que reúne las características del sistema capitalista donde de aportes para la evolución y el desarrollo de la misma.
Por tanto los anormales son los únicos poseedores de un discurso diferente y alternativo del que brinda la sociedad ya establecida (Ginzburg, 1999, p.7) es en este momento que es pertinente acuñar el concepto de habitante de calle que es el término que se refiere a lo que antes se denominaba indigente o desechable, para María Antonieta Zarate el habitante de la calle se define como:
Aquel que habita la calle de forma permanente, y tiene sus costumbres, rituales, manera de subsistencia, trabajo y creencias fundamentadas en su habitad construyendo su cultura y su manera de vivir la calle. (Zarate, 1993, p.131)
Este concepto fue planteado por María Antonia Zarate quien después de hacer un ejercicio de etnografía por más de 18 años decidió traer un término que no discriminara a la persona y le diera identidad aquella población. Estas personas han sido residuo del sistema capitalista y como lo dice Zygmunt Bauman en su libro Vidas Desperdiciadas producto de la modernización, por consiguiente la sociedad los ha rechazado y los ha estigmatizado y los ha excluido de la sociedad.
Para Manuel Castells la exclusión social es
el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado"(Castells citado por Jiménez, 2008)
Por lo que el habitante de calle es excluido de igual manera es estigmatizado por su condición de vulnerabilidad y por su aspecto físico.
El término estigma es utilizado para hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador. Sin embargo lo importante es tener en cuenta las relaciones, ya que un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor puede confirmar la normalidad de otro, según sea el contexto. El estigma conlleva una doble perspectiva: la de los desacreditados cuya calidad de diferente es conocida o resulta evidente en el acto (señales en el cuerpo o minusvalías o deficiencias) y la de los desacreditarles cuya diferencia no es conocida ni inmediatamente perceptible. (Goffman, s.f)
El individuo estigmatizado- en este caso el habitante de calle- que tiene dañada su identidad social, pasa a ser una persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta. Añadido a toda la teoría trabajada es importante hablar del término de la indiferencia, ¿pero que se entiende por indiferencia? Para el diccionario de la Real Academia la indiferencia el “Estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia hacia una persona, objeto o negocio determinado.” La sociedad le impacta el estado material del habitante de calle, pero es indiferente ante su situación, pero aunque las personas ignoren la situación del habitante de calle, es allí donde traemos uno de los axiomas de la comunicación el cual dice:
Es imposible no comunicarse, todo acto humano, aún el silencio o la inmovilidad comunica un mensaje que debe ser descifrado de acuerdo al contexto en el que se desarrolla. (Watzlawick. P. Helmick .J. &. Jackson. D 1981)
Por tanto si la sociedad quisiera no comunicarse con los habitantes de la calle, es imposible pues todo comunica desde la mínima expresión, hasta el grito más expresivo. Pero María Antonia Zarate dice que la sociedad ciega sus sentidos es decir si no lo toco – Tacto- tampoco lo veo- vista- así que él no está, es a este grado de indiferencia al que ha llegado la sociedad, es por ello que estos términos nos permiten comprender teóricamente – es decir desde los conceptos- la problemática de la indiferencia comprendiendo cuales fueron los factores por los cuales se ha llegado a esta condición.
Marco metodológico
Dentro del marco de la investigación a realizar existen múltiples plataformas y herramientas metodológicas que permiten facilitar y puntualizar las tareas del investigador en torno al fenómeno social – en este caso una problemática social – que es el objeto de investigación. Para efectos de precisión y teniendo en cuenta la amplitud de factores que una investigación o ejercicio de investigación requiere analizar, existen herramientas que definen y estructuran la metodología de un trabajo de investigación en todas sus dimensiones y singularidades. A continuación expondremos los matices de las herramientas metodológicas más relevantes y convenientes para el desarrollo de la investigación en torno a la situación social de quienes habitan en la calle en el barrio La Concordia de la ciudad de Bogotá.
En primer lugar apelamos al método etnográfico para condensar nuestro método de recolección de datos básicos en torno a la temática, para lo cual nos interesa tomar solo algunos elementos de la etnografía para articular el reconocimiento del campo y la recolección de datos en el mismo. Bronislaw Malinowski postula a la etnografía como método principalmente de trabajo de campo y de observación, que si bien no son conceptos que abarquen la totalidad de las implicaciones del método, si se convierten en la síntesis de una parte muy importante del mismo.
Como investigadores de una problemática social, la observación es el carácter que nos abrirá todo un panorama de posibles procesos sociales que se desarrollen en el campo de investigación, pues la observación directa es tal vez uno de los requisitos mínimos que como investigadores debemos respetar del proceso etnográfico. Bajo la complejidad que implica el método etnográfico nos interesa diferir dos tipos de observación: la observación básica y la observación participante. Ambas están implicadas en el trabajo de campo y ambas son sistemas de recolección de datos pero la primera es una mirada de la problemática que si bien no compromete la subjetividad del investigador, tampoco le permitirá profundizar en la reflexividad más profunda del proceso y los actores sociales que interactúan, la observación básica de las prácticas y manifestaciones está sujeta a las interpretaciones de quien observa. La segunda es la observación participante y es en donde el investigador se adentra en el proceso social y en las prácticas que requiere para participar e interactuar de manera directa y en un contexto de la problemática con los actores sociales.
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