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Psicologa

paulina.sotod13 de Julio de 2012

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“INTERVENCIONES EN GRUPOS ESPECIFICOS”

Psicoterapia Grupal

Profesor Falcuneri Ocaña

Santiago – Chile

06 de Julio del 2012

Introducción

Las intervenciones y grupos psicoterapéuticos son muy variados, incluyendo en ellos teorías adecuadas al grupo y aplicaciones desde diferentes ámbitos según el tiempo de permanencia o características del grupo conformado.

Este trabajo es una compilación de dos textos que nos dan una mirada generalizada de este tema: “Psicoterapias Contemporáneas. Modelos y Métodos” de Steven Jay Linn y John P. Garske; y “Guía breve de psicoterapia de grupo” de Sophia Vinogradov e Irvin D. Yalom.

Desarrollo histórico

Se reconocen sus inicios por unas reuniones de pacientes de tuberculosis que Joseph Pratt en 1907 comenzó a dirigir, y en este grupo ya surgían algunas características terapéuticas de trabajo en grupo como la cohesión grupal, el apoyo mutuo, el fomento de la esperanza y la identificación con otros pacientes que experimentaban una dificultad similar. (Linn y Garske, 1988).

Algunos grupos que fueron surgiendo en el siglo XX, son los siguientes:

Psicodrama.

En la década de 1920 Jacob Moreno, psiquiatra vienés ideó esta técnica para el tratamiento de sus pacientes utilizando por primera vez el término “Terapia de grupo”. Esta actividad terapéutica adquiere la forma de una actuación dramática, en la que existe un protagonista que representa papeles antes un director o antes los demás miembros del grupo (un miembro del grupo, ante alguien que dirige o lidera y quienes componen el grupo de terapia). En este drama se vivencian y representan escenas reales o imaginarias del pasado además de representar a personas significativas del paciente. Todo esto es una actuación con muchas emociones las cuales, el terapeuta, puede pedir que cambien de papeles (actuación), y que otros representen papeles de la familia o grupo cercano del paciente. Todo esto con la finalidad de conocer las expresiones de emociones, los impactos de las relaciones que tiene el paciente, y fomentar la empatía y la autoconsciencia. (Linn y Garske, 1988).

Grupos psicoanalíticos:

Freud nunca articulo un modelo de terapia grupal, sin embargo sus escritos si reconocieron la importancia del proceso de grupo. En 1924, el artículo titulado “Social Images Versus Reality” introdujo el término “método de análisis grupal y describió ciertos paralelismos entre los grupos y las características psicológicas del individuo. La terapia de grupo se consideró como un medio eficiente para socavar la resistencia al tratamiento, reducir sentimientos de aislamiento y poner de relieve las características comunes entres los individuos. (Linn y Garske, 1988).

El grupo Tavistock:

La disparidad entre grupos donde la tensión del terapeuta se dirige fundamentalmente hacia la vida del grupo, la corriente de sentimientos e interacciones, como apuesta a las dinámicas individuales es especialmente en el grupo Tavistock o Bion. Este tipo de grupo fue creado por Wilfred Bion en la clínica Tavistock en Gran Bretaña, durante la segunda guerra mundial.

En resumen, el líder del grupo moviliza las necesidades y expectativas infantiles de los miembros (como, por ejemplo, las necesidades de apoyo, seguridad y cuidado), asumiendo el rol pasivo de un espectador virtual. La interpretación que hace el líder acerca del fondo emocional y de la conducta del grupo, es la vía regia para alcanzar la meta principal de los grupos Bion: la comprensión de los procesos del grupo, los delicados balances entre las fuerzas adultas e infantiles que gobiernan su movimiento (Bio, 1959). Manteniendo la tradición psicoanalítica, el grupo Tavistock, en conjunto es tratado como un paciente, en el sentido de que las interpretaciones se dirigen al grupo como un todo y la meta del encuentro es alcanzar el insight, sobre las reacciones de transferencia que surgen. (Linn y Garske, 1988).

Los grupos T:

Después de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo del enfoque del grupo T despertó un gran interés en los métodos de grupo. Los grupos se inspiraron en las formulaciones de Kurt Lewin, quien apoyaba la idea de mejorar las habilidades de solución de problemas y la calidad de las relaciones interpersonales, trabajando con métodos de grupo en un esquema de talleres de aprendizaje. Sus colegas establecieron los National Training Laboratories (NTL), que se convirtieron en la meca para la formación en las relaciones humanas entre ejecutivos, personas de negocios y trabajadores en el área de servicios y de la industria. En este enfoque se asume que el aprendizaje se intensifica al divorciar el marco de taller del mundo cotidiano y de los matices de la vida diaria.

Las tareas del grupo se orientan en torno a la resolución de problemas individuales y de grupo, y al incremento de las habilidades interpersonales y de toma de decisiones de los participantes. La dirección principal del trabajo de grupo envuelve la solución de problemas, la producción de alternativas y la discusión de las consecuencias de las alternativas propuestas, la planificación de actividades entre los miembros y la utilización frecuente de retroalimentación interpersonal, así como el análisis de la experiencia en el “aquí y ahora”. (Linn y Garske, 1988).

El grupo de encuentro:

Surgió del intento de ampliar el rango de las funciones y metas del grupo T, con el fin de incluir la capacidad de los individuos para la mejora personal y el enriquecimiento y de las experiencias personales. En los grupos de encuentro, el énfasis se traslada del aprendizaje sobre la conducta social en los grupos, hacia el aprendizaje acerca de uno mismo (Korchin, 1976). A diferencia del grupo tradicional de psicoterapia, que implica la existencia de un trastorno psicológico y, por ende, una posición como paciente, se considera que los grupos de encuentro incluyen personalidades normales que desean “crecer, cambiar y desarrollarse”.

Los grupos de encuentro tienden a enfatizar los aspectos emocionales del funcionamiento individual y utilizan técnicas para “amplificar” los sentimientos. La gama de técnicas que se pueden utilizar incluyen la toma de conciencia del prpio cuerpo, la fantasía, el análisis de los sueños y el psicodrama. No obstante, el aprendizaje cognitivo y las relaciones que se desarrollan el grupo también son esenciales en la auto-exploración y el cambio. (Linn y Garske, 1988).

El grupo maratón:

Es la clase de grupo tipo encuentro que se extiende a una sesión, desarrollado por Frederic Stoller y Gorge Bach en la década de 1960. Dichos grupos tienen una duración de 24 horas o mas y están basados en la premisa de que la meta de las interacciones no es que estas se comprendan, sino que se reaccione ante ellas. A medida que la sesión progresa, se construye el momento emocional: aumenta la tolerancia a la ansiedad; la fatiga hace caer las resistencias y estimula las respuestas autenticas y espontaneas; cuando se acerca la terminación, la urgencia de completar la experiencia y alcanzar las metas personales facilita la descarga emocional y la catarsis (Schwartz y Schwartz, 1969). Se asume que los participantes son capaces de tolerar experiencias intensas y concentradas, y que no necesitan de una exposición a la psicoterapia que sea cuidadosamente gradual. Un informe reciente (Cohen y Rietma, 1981) describe el uso exitoso de los grupos maratón en programas de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, en los que aceleran el tratamiento, facilitan el desarrollo de la confianza y la cohesión del grupo, confrontan y penetran las defensas arraigadas y exponen a través de ellos los procedimientos del personal a cargo del programa, así como las metas del tratamiento. (Linn y Garske, 1988).

El grupo de la terapia de conducta:

Representan una desviación clara de los grupos de encuentro y maratón. En lugar de cultivar la expresión emocional y la toma de conciencia, los terapeutas de conducta se centran en extraer el potencial del grupo para estimular el cambio conductual. Las intervenciones conductuales como la desensibilización sistemática, se pueden administrar en un marco grupal. También se puede utilizar al grupo para establecer normas y generar soluciones para los problemas que existen fuera de su contexto. Es posible aprender y practicar las habilidades sociales y la asertividad en un medio grupal que brinda apoyo; los miembros del grupo pueden proporcionar retroalimentación, seguridad y una variedad de modelos de roles. Por ejemplo, un cliente podría compartir un problema con el resto del grupo, realizando luego una cuidadosa evaluación conductual del problema, a los que seguiría una fase de solución de problemas en la que los miembros del grupo participan generando conductas alternativas y evaluaciones del as consecuencias posibles asociadas con los distintos cursos de acción. Posteriormente, los miembros podrían practicar conductas nuevas en el mismo grupo o diseñar un plan cuidadoso para ser llevado a cabo fuera de la terapia. (Linn y Garske, 1988).

Las intervenciones grupales en la actualidad

Cualquier intento de clasificar la amplia selección de grupos especializados existentes en la práctica clínica actual debe iniciarse por la frontera que separa al encuadre de pacientes internos del de pacientes externos. Los grupos de pacientes internos agudos, como los que se reúnen las unidades psiquiátricas de los hospitales generales, poseen muchas características complejas. Su naturaleza es diferente de las de los grupos de

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