Psicología De La Salud

Las personas para poder seguir adelante, necesitan tener un apoyo incondicional de otras personas, que les ayuden, motiven, respalden y valoricen (Pérez y Daza). Y ese principio, mencionado por Roales-Nieto (2004), dice que las personas, independientemente del entorno social, estado civil y nivel económico en el que se encuentren, son simplemente algunas de las partes indispensables del contexto, que las personas tomarán como un apoyo social y a su vez, de la red social de las personas que lo integran, con el fin de que se sientan parte de la sociedad misma. En este texto, se hablará acerca del apoyo social que necesitan las personas para continuar con su quehacer diario y personal, pero se enfocará en la etapa crucial, complicada y mayormente necesitada del ser humano: la adolescencia (Romero, 1997).

Las personas, no son entes aislados, puesto que conviven en una sociedad en la cual influyen muchas actividades que hacen. Pero las personas, así como necesitan de otras para ser productivas económicamente hablando, también son necesarias para el desarrollo emocional de sí mismas (Fachado, Menéndez y González, 2013). Por ello, dentro de las definiciones elementales que se necesitan para poder profundizar en el tema, serían la de Apoyo Social y la de Red Social. La 1era, se definirá “el conjunto de recursos humanos y materiales con que cuenta un individuo o familia para superar una determinada crisis (enfermedad, malas condiciones económicas, rupturas familiares, etc.).” (Ortego, López y Álvarez, 2010). Mientras que se definirá red social, dentro del contexto de la salud, como “un conjunto de relaciones humanas que tienen un impacto duradero en la vida de cualquier persona” (Orcasita y Uribe, 2010, pp. 70).

Por ello, es que las personas necesitarán de otras, con el fin de sentirse seguras para poder seguir adelante con lo que se proponga como meta. Y esto, no se encuentra solamente dentro del área psicológica o de la sociología, sino que también está inmersa del campo educativo. Hernández (2011) menciona que dentro del paradigma psicoeducativo humanista, debemos tomar muy en cuenta al individuo como una persona, no solamente que piensa y hace, sino que también, siente. Más específicamente, Mendiola (2004) comenta que dentro te este paradigma, tenemos la Pirámide de Maslow, la cual sustenta que las personas tenemos 5 tipos de necesidades que se irán cubriendo poco a poco, de acuerdo a nuestro desarrollo. Dentro de estas necesidades, nos encontramos con las de seguridad y afiliación (inmediatamente después de las necesidades básicas), las cuales serán equitativas al apoyo y las redes sociales de las que las personas forman parte.

Sin embargo, ¿por qué enfocarse en la adolescencia? Dado que esta “es una etapa del desarrollo que se caracteriza por una gran variedad de cambios biológicos, psicológicos y sociales” (Barra, Cerna, Kramm, y Véliz, 2006, pp. 55), convierte a este periodo del ser humano, como el más complicado. Puesto que es aquí cuando comienzan a aparecer diversas situaciones de riesgo, en las que se pueden ver afectados los adolescentes, por falta de información, inexistencia de apoyos sociales adecuados o redes sociales no productivas ni positivas. Cruz (1995) menciona que algunos de los riesgos en los que se encuentran los adolescentes, pueden ser conflictos dentro del noviazgo, accidentes, enfermedades de transmisión sexual, así como embarazos no deseados. Sin embargo, no son las únicas, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), menciona que la nutrición, traumatismo, y la violencia, también forman parte de algunos riesgos que el zagal pueda tener (OMS, 2013). Para ello es que se tienen redes de apoyo social que podrán guiarlos dentro de estas cuestiones, iniciando con la familia, amigos, vecinos y hasta grupos espirituales (Ortego, López y Álvarez, 2010).

Pero debemos señalar que muchas veces, no estamos capacitados para poder resolver las dudas de los adolescentes, o saber enfrentar los diversos retos que se van presentando por los cambios físicos y hormonales que tienen durante esta etapa complicada de la vida (Cruz, 1995). Y aunque exista la red social de maestros que ayuden al adolescente, estos no se sentirán a la par que ellos, por lo que bucarán ayuda con sus pares, que en muchas ocasiones, no son los más adecuados por la inexperiencia que otros adolescentes puedan tener, o la idea equívoca respecto a un tema en cuestión (Orcasita y Uribe, 2010).

Es por ello, que diferentes organizaciones, han lanzado diversos programas que ayudan a orientar a los padres, maestros, adolescentes y comunidad en general, con el fin de reducir las diversas conductas de riesgo que puedan tener los adolescentes, y que se mantengan alerta de las personas que se encuentren en su entorno. Por ejemplo a nivel internacional tenemos organizaciones como la UNICEF (2006) menciona que un principio básico del trabajo que se puede realizar dentro de los adolescentes en el aspecto de la salud, es el que ellos mismos se vuelvan apoyos sociales, siendo partícipes es decir, promotores de la salud. Para ello, se tienen diversos programas de trabajo, como el Child to Child, Jamaica, entre otros.

En cambio, a nivel nacional tenemos algunos ejemplos, que comandados por la Secretaria de Salud (SSA) durante el 2002, lanzó diversos programas para los adolescentes, como son:

• Programa de Salud Reproductiva, el cual busca mantener controlada la tasa de natalidad entre los adolescentes, así como el ayudar a las adolescentes embarazadas con sus hijos dentro de los 2 años de edad.

• Programa de Promoción de la Salud, que por medio de diversos estudios médicos, para diagnosticar y solucionar variadas enfermedades que se puedan detectar.

• Programa de Control del VIH/SIDA, retomando la educación para la salud, para esta enfermedad en específico.

• Programa de Control y Prevención de Adicciones, en la que por medio de diversos centros de Integración Juvenil, busca reducir y erradicar el problema de diversas adicciones (alcoholismo y

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