Reseña: conferencia número 17 “El sentido de los síntoma”, autor Sigmund Freud

Reseña: conferencia número 17 “El sentido de los síntoma”, autor Sigmund Freud

Parte Expositiva

En el capítulo número 17 presenta la conferencia “El sentido del síntoma”, en ella el médico Sigmund Freud retoma el argumento en el que expresa que la psiquiatría presta muy poca atención al modo en el que aparecen síntomas y en la información que existente dentro estos. Presenta en contraste el psicoanálisis, el cual parte de la premisa que el síntoma es una fuente abundante de significado y de sentido, es por esto que se su objetivo principal se centra en entrelazar la sintomatología con la historia y vida del neurótico.

Por otro lado durante la conferencia menciona el sentido de los síntomas, y presenta a los investigadores Josef Breuer descubridor y estudioso del tema y también contando con los aportes de Pierre Janet; ellos dos lograron concebir su existencia mediante su experiencia con el análisis y tratamiento de casos. El primero caso que presentan se da con la colaboración de Freud, en el cual logran recuperar una paciente que sufría de histeria entre 18880 y 1882, y el segundo caso con las mismas características fue estudiado entre los 1893 a 1895. Se debe resaltar que hace hace énfasis en el psiquiatra François Leuret, fue el primero que opino sobre estos enfermos mentales “aun los delirios de enfermos mentales, si se atinase a traducirlos mostrarían un sentido”. (Freud, P. 235)

Freud continua su discurso refiriéndose a los síntomas de los neuróticos, los cuales tienen un significado importante como las “operaciones fallidas”, por ejemplo en los sueños se ven relacionadas las vivencias y la historia de las personas que lo reflejan, aclara que esto solo puede ser constatado por un profesional que haya tenido contacto y experiencias con este tipo de pacientes. Además introduce en su discurso un trastorno bastante conocido en esa época, que es la neurosis obsesiva, la cual comparada con la histeria explica que es una patología que se manifiesta al interior o en el alma del paciente, y casi nunca en algún tipo de malestar Físico o biológico. Estos dos trastornos fueron la base en la que se edifico el psicoanálisis.

Refiriéndose al psicoanálisis en este logrado expresar de una mejor forma la neurosis obsesiva e incluso más que la misma histeria, ya que su sintomatología se muestra de forma notoria y se presenta mediante pensamientos intensivos que no les interesan, sienten impulsos internos que les parecen extraños y los llevan a cometer acciones que no les da placer alguno. Ahora bien los pensamientos que son representaciones de la neurosis obsesiva, en algunos casos pueden ser percibidos como absurdos o son indiferentes para el mismo enfermo, y en general el resultado de este tipo de neurosis termina siendo una actividad bastante ardua a nivel mental; ya que termina agotado y aunque no quiera se ve en la obligación de darle la misma importancia a otras actividades relevantes de la vida diaria.

Además, los impulsos internos mueven al ser humano a realizar acciones hasta el final, de las cuales muchas pueden tener un contenido oscuro. Por ejemplo el querer cometer un crimen atroz por causa de sus impulsos internos, al cuestionar al enfermo tiende a negarlo y huir de la situación que lo esta espantado y en última instancia termina creando prohibiciones y privándose de su propia libertad. Estas acciones tienden a ser bastante sencillas de repetir.

El primer ejemplo que presenta Freud, es de una dama de 30 años de edad que sufre de manifestaciones obsesivas muy graves, donde la acción obsesiva que realizaba consistía en correr de una habitación a otra y en esta habitación contigua se paraba enfrente de la mesa que estaba ubicada en el centro de la habitación, tiraba del llamador para que su mucama viniese, le daba algún encargo poco importante o no le encargaba nada, y se devolvía corriendo de vuelta al primer cuarto donde se encontraba previamente.

El autor justifica el haber escogido este caso porque es poco conocido, y donde la intervención del psicoanalista no fue necesaria y tampoco el recuerdo es la base de la patología. No es que estuviera en el olvido, sino que no se veía la importancia y no se le daba la importancia de manera consciente al mismo. Después de un tiempo fue la misma paciente quien termino por descubrir el evento que detono la aparición de su ritual obsesivo, ella cuenta que hace más de 10 años se había casado con un hombre mucho mayor, quien en la noche de bodas a pesar de intentar muchas veces excitarse corriendo de una habitación hasta la otra habitación contigua varias veces no lograba “responder” como esposo, por lo que a la mañana siguiente tomo un frasco con tinta roja el cual derramo sobre la sabana, pero no en el sitio adecuado que determinara la consumación del acto sexual. Y el hombre se justifica “ es como para que uno tenga que avergonzarse frente a la mucama cuando haga la cama”.

Sin embargo, lo único que tenía en la memoria era la acción sintomática de correr de su habitación a la contigua, según Freud prima la probabilidad de la entrada de la mucama. El caso se esclarece cuando la paciente mostró que la mesa de la segunda habitación tenía un mantel con una mancha, y que la mesa era su referente cada vez que llamaba a la mucama ya que se ubicaba de cierta forma que daba frente a la mesa y dejaba una visión clara de la mancha a su empleada.

Según Freud, el sentido del síntoma en este ejemplo es claro bajo el núcleo que parece ser al llamar a la mucama y mostrarle la mancha, esto hace referencia a lo que su esposo dijo a la mañana siguiente de su noche de bodas, además de repetir la escena también busco de forma inconsciente de corregir el hecho que había sido tan vergonzoso para su marido. Fue la impotencia y la representación fue la mancha del mantel que se encontraba en la posición correcta en la que debía haber aparecido en las sabanas, de haberse consumado el matrimonio con éxito.

Por último Freud recalca que en el ritual obsesivo que lleva a cabo esta mujer, tiene como fin transmitir expresar y proteger a su esposo quien es un macho, y la ella no quiere que las personas malintencionadas pongan en duda su hombría. (no tiene de que apenarse, ya que no es impotente).

El segundo ejemplo que Freud presenta en la conferencia es el caso de una muchacha de unos 19 años de edad, quien era de buen ver, era hija única y que poseía un intelecto y cultura mayor a la de sus padres, vivió una infancia feliz y no presento ningún tipo de indicio, que mostrara que terminaría desarrollando más adelante un trastorno neurótico. Esta mujer parece comportarse de forma hostil con su madre, generalmente se sentía deprimida

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