Seis estudios de Psicología

Seis estudios de Psicología.

El libro está dividido en dos partes; en la primera parte del libro, “El desarrollo mental del niño”, se intenta describir la evolución o el desarrollo del niño y el adolescente en base al concepto de equilibrio, que es explicado en el mismo. La segunda parte esta formada cuatro artículos y conferencias más que se refieren a funciones más concretas, como el lenguaje, el pensamiento, la inteligencia y la noción de equilibrio, y un artículo que se centra en problemas metodológicos de la psicología de la inteligencia.

El Desarrollo Mental del Niño.

El desarrollo psíquico, que empieza al nacer concluye en la edad adulta, consiste en una marcha hacia el equilibrio, igual que el desarrollo físico. El desarrollo significa entonces el paso perpetuo de un estado menor de equilibrio a uno superior. Desde el punto de vista afectivo, social o de la inteligencia, es fácil observar este desarrollo comparando un adulto a un niño. Así por ejemplo a todos los niveles siempre se trata de buscar explicaciones, pero lo que distingue un nivel de otro es el tipo de explicación desarrollada.

El recién nacido y el lactante en el periodo que va del nacimiento a los dos años (adquisición del lenguaje) se produce un desarrollo mental extraordinario, es la asimilación, a través de percepciones y movimientos (“sensorio motriz”), de todo el universo práctico que rodea al niño pequeño. Al principio el niño se centra en sí mismo y su acción, pero al final de este periodo ya puede situarse como un objeto más dentro del universo que fue construyendo. El desarrollo de la inteligencia en este primer periodo comprende tres estadios:

Reflejos (0-1 mes). El bebé nace con reflejos, o coordinaciones sensorio-motrices hereditarias que corresponden a tendencias instintivas.

Organización de percepción y hábitos (1-8 meses). Poco a poco los reflejos van transformándose en hábitos: dejan de ser automáticos y se tornan flexibles.

Inteligencia sensorio-motriz propiamente dicha (8-24 meses). Aparece aquí, mucho antes del lenguaje verbal, la inteligencia práctica, es decir, aquella que se aplica a la manipulación de objetos mediante percepciones y movimientos, no mediante palabras o conceptos.

Hacia el final de este periodo, el niño ya discrimina concretamente el mundo interno del externo, empieza a descentrarse, a considerar la existencia de objetos independientes en el mundo, donde él es también un objeto más. En estos dos primeros años, el niño empieza la construcción de cuatro categorías fundamentales: espacio, objeto, tiempo y causalidad.

La primera infancia de los dos a los siete años está la aparición del lenguaje introduce profundas modificaciones en las conductas tanto en su aspecto afectivo como intelectual. Estas ya no son solamente reales o materiales y pueden ser interiorizadas. Desde el punto de vista afectivo asistimos al desarrollo de sentimientos interindividuales y de una afectividad interior más estable: La socialización de la acción, la génesis del pensamiento, la intuición, la vida afectiva.

La infancia de siete a doce años. La edad de siete años, coincide con el inicio de la escolaridad propiamente dicha, marca un golpe decisivo en el desarrollo mental del niño. En este periodo se da la aparición de formas de organización nuevas respecto a cada uno de los aspectos de la vida psíquica, que aseguran un equilibrio más estable a la vez que inauguran una serie ininterrumpida de nuevas construcciones.

Los progresos de la conducta y de su socialización. Antes de los 7 años el niño no distingue entre actividad privada y colaboración interindividual: los niños hablan, pero no se sabe si se escuchan entre sí.

Los progresos del pensamiento. La causalidad deja de ser egocéntrica: el niño ya no explica por identificación sino establece nexos causales objetivos entre fenómenos.

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