Seminario de Fundamentos de Terapia de Juego

                                                                      Olivia Cruz Pérez

Seminario de Fundamentos de Terapia de Juego

El hijo, síntoma de los padres-Los errores de los jóvenes psicoanalistas-Los hijos adoptivos hacen todo por parecerse a los padres-El niño, terapeuta familiar-Cómo manejar una primera entrevista.

En el análisis de lectura se hacen algunos cuestionamientos en función de cuando el niño es el síntoma de sus padres. Respecto a esto se tiene que tener presente que el psicoanalista al trabajar con el niño, también está cargando con la necesidad de escucha de los padres, esto porque muchas veces la demanda con que se llega generalmente fue creada por los padres y mediante el niño es que quieren expresarlo; posteriormente esto se verificará en las entrevistas iniciales, primero con los padres y después con el niño. Por tanto el terapeuta está para ayudar a la transferencia del pasado y para “catartizar” la represión actual. Si de ante mano se sabe que los padres son los que necesitan el proceso terapéutico, hay que evitar la transferencia negativa, porque de lo contrario el proceso no funcionaría desde un principio.

Además desde el inicio se tiene que aclarar el contrato terapéutico tanto con el niño como con los padres; con el primero tener cuidado con los niños en cuyas transferencias quisieran hacer tomar al terapeuta el papel fantaseado de padres, y con los padres dejarles en claro que la terapia no es una orientación para la educación de sus hijos y que mucho menos los reemplaza.

Otro punto importante es sobre el caso de familias que tienen un hijo adoptivo. Frecuentemente se puede encontrar que éstos niños adoptivos tienden a tratar de parecerse en la medida posible a los padres ya que se sienten en desventaja por no ser hijos de sangre, entonces hay que hacerles dar cuenta que no tienen necesidad de imitar o apropiarse de características que no le pertenecen ayudándole a asumir su identidad.

Por otra parte se analiza las situaciones en las que los padres seden el cuidado de los hijos a los abuelos, creando de cierta forma una “relación erótica”. Esto porque a la abuela se le concede esa parte de volver a ser madre joven a través de su nieto (a) y puede pasar que como en el caso que se data en la lectura, la nieta cree que posee características de la abuela porque así lo ha dicho la madre, sin embargo la madre únicamente se está proyectando en su hija y entonces hay que librar a la niña de eso que escucha haciéndole saber que posee sus propias características a pesar de que se le han trasmitido algunas otras de sus padres y abuelos.

Por último, es importante establecer el acuerdo del proceso con el niño cuando este empieza a ser consciente de que quiere tomar el proceso, pues esto lo empieza a responsabilizar de sí mismo y de sus angustias, sin embargo tampoco se deja de lado a los padres, únicamente hay que saber establecer el contrato y tener en cuenta el secreto profesional de lo que el niño dice y se reserva a los padres.

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