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Terapia De Juego


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  3.035 Palabras (13 Páginas)  •  312 Visitas

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¿Qué es un niño?

Una definición como tal para conceptualizar qué es un niño no existe, pues su significado cambia según el contexto histórico y social. N Tucker (1977) definió socialmente al niño como un ente receptor de influencias de acuerdo con la cultura dentro de la cual ha nacido, y aquellas influencias han sido ejercidas sobre él.

También debemos podemos concebir el crecimiento del niño desde la sexualidad como intelectualmente y debemos estar conscientes que un niño también manifiesta problemas emocionales que no siempre son resueltos así sino son resueltos la personalidad se muestra alterada junto con la confianza que se adquiere hacia uno mismo.

Desde pequeños recibimos como bien lo menciono Tucker influencia social, así es como obtenemos un aprendizaje en la infancia: “la infancia es un periodo en el que el individuo aprende algo de entorno del adulto total en el que ha nacido y se prepara para ocupar su propio lugar en él.”

Existen diferentes ideales acerca de cómo debe ser una “infancia sana” sin embargo es la sociedad lo que produce a los niños, en cuanto a la educación, su cultura y su estructura política. Como niños nos vamos adaptando al ambiente que nos rodea, aprendemos continuamente de la influencia adulta, como nuestro primer nucleo social es la familia, adquirimos ciertas características que como persona nos van a formar un carácter y hasta una identidad.

Lo que somos como adultos nos habla mucho de como vivimos nuestra infancia, pues no sólo aprendemos a como comportarnos en la vida cotidiana, sino también aprendemos que no siempre manifestar las emociones suele ayudarnos a entendernos como sociedad, pues comúnmente nos enseñan a reprimir estos. Por eso de pequeños nos urge la idea de crecer, de llegar a la mayoría de edad. Tucker cita un poema de Henry Vaughan acerca del tema de infancia:

“Este amor hacia la propia infancia… es todo menos un signo de grandeza. Todos conocemos el estado de ánimo, y todos podemos, si queremos transigir en tal medida, entregarnos al lujo de la reminiscencia de la infancia: P ero si somos verdaderamente maduros y consientes, rechazamos el abandono a esta debilidad, hasta el punto de escribir o poetizar acerca de ella, sabemos que ello es algo que debe ser enterrado y olvidado”.

Como se relacionan los niños con su realidad.

Las relaciones entre adultos y niños no siempre suele ser fácil “Los padres educan a los niños como los príncipes gobiernan a los pueblos”. Françoise Dolto Las emociones desempeñan un papel fundamental en el establecimiento de lazos afectivos entre el adulto y el niño. Los niños pequeños admiran profundamente a sus padres, personas que les protege y por tanto las más importantes en su vida, por lo que se constituye una base sólida para que deseen imitarlos. En su imitación influye más lo que hacen que lo que dicen, de forma que es importante dar señales de autodominio y paciencia.

Los problemas emocionales y de conducta se van manifestando a lo largo del crecimiento del infante pues van teniendo cierta consciencia sobre sí mismo y la realidad que le rodea, ya que comúnmente empiezan aparecer sentimientos y representaciones que se posee sobre uno mismo, sobre la propia apariencia y los rasgos de carácter.

El niño va conociéndose a sí mismo en la medida que aprende a conocer a los demás, a interpretar sus sentimientos e intenciones, así como las valoraciones que sobre él mismo tienen los demás ya que puede diferenciar sus sentimientos y pensamientos de los de los otros pero aún le cuesta verse como le ven los demás.

Otro aspecto a tener en cuenta es el temperamento porque sería la tendencia “primaria” en los niños, es decir espontánea y natural a reaccionar en un cierto estilo, mientras que el carácter, al ser una tendencia “secundaria” es adquirido e influido por el ambiente y con éste por la educación.

La doctora Stella Chess, profesora de psiquiatría infantil en el centro médico de la Universidad de Nueva York, ha estudiado, el "temperamento biológico natural" comprobó que la naturaleza básica del niño, vista a partir de su nacimiento, dicta a menudo su conducta: "Si no se toma en cuenta el temperamento del niño, el maestro, el psicólogo y hasta los padres, pueden cometer equivocación en su crianza".1

El niño y su realidad parte desde la manera en como entabla amistades y las conserva, como trabaja en grupo, su capacidad para soportar las burlas, respetar los derechos de los demás, motivarse cuando las cosas se ponen difíciles, tolerar las frustraciones y aprender de ellas, superar sentimientos negativos como la ira y el rencor, tener autoestima elevada, manejar las emociones, y aprender a expresar los sentimientos por ende facilitara en terapia de juego pues así los niños son como más suelen comunicarnos su realidad.

Características ideales del terapeuta infantil.

Es importante tener en cuenta que para trabajar con niños se requieren tener ciertos conocimientos, habilidades y actitudes que favorecerán el desarrollo terapéutico, se requiere creatividad y la capacidad de innovar sus métodos para que los resultados sean favorables.

De acuerdo con Axline (1975) “El terapeuta debe gustar de los niños y conocerlos a fondo. Es de gran ayuda si antes ha tenido -experiencia con ellos, independientemente de la proporcionada por la terapia para que de esa forma posea una comprensión y conocimiento de ellos tal como son en su mundo fuera de la clínica”.

Es importante citarlo porque un terapeuta que le guste trabajar con niños, desarrolla mejores resultados pues realza la importancia del individuo como un ser eficiente y digno de confianza a quien se puede encomendar la responsabilidad de su persona, pues los niños suelen ser quienes confían más rápido que un adulto, pues éste posee paciencia y sentido del humor que relaja al niño, lo tranquiliza, y lo alienta a compartir con él su mundo interior. Lo trata con sencillez y honestidad, su postura es recta, y tranquila su presencia.

Axline(1975) también formuló ocho principios para llevar a cabo una terapia de juego de modo que no sea directiva esta relación pues comúnmente nos encontramos a niños que vienen con ese ambiente y es posible que no quieran encontrar lo mismo en terapia.

1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible.

2. El terapeuta acepta al niño tal como es.

3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño

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