Sistemas psicológicos contemporáneos
Brenda BajoTrabajo16 de Septiembre de 2025
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Los sistemas psicológicos y su posicionamiento en el debate innato-adquirido.
Eje temático: “Problemas teóricos, metodológicos y prácticos de la psicología contemporánea.”
Cátedra: Sistemas Psicológicos Contemporáneos I.
Supervisor: Profesor adjunto: Elizabet Nóbrega.
Co-supervisor: Alejandro Martínez.
Alumno/a: Brenda Bajo.
Matrícula: 08654/09
Año: 2010
Resumen
Uno de los problemas que ocupa a la psicología, desde su constitución como ciencia, es inherente a la naturaleza de su objeto de estudio: el psiquismo. Considerando que se trata de un punto de intersección entre lo biológico y lo social, no es de sorprender que algunos hayan inclinado la balanza en función de uno u otro de los aspectos. En virtud de la cuestión entre lo innato y lo adquirido, se pretende establecer la posición adoptada por los siguientes enfoques: neoconductismo, constructivismo, construccionismo, fenomenológico existencial y psicodinámico.
Palabras clave: Innato - adquirido
Introducción.
La psicología es una disciplina científica en constante crecimiento, tanto en su faz investigativa como aplicada. Sin embargo, desde su constitución como ciencia, a fines del siglo XIX, y hasta nuestros días, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos en torno a una de sus peculiaridades más distintivas: su fragmentación o diversidad.
La interpretación de esta problemática, que se refleja en la multiplicidad de sus métodos, teorías y ámbitos de aplicación, ha dividido las aguas: por un lado, están quienes perciben esta situación como favorable y necesaria, como Vezzetti y Vilanova; por otro lado, están aquellos como Ardila, a quienes les incomoda esta fragmentación de la disciplina y la consideran como un estado de inconsistencia y que debe ser superado. Actualmente, parece haber una inclinación mayor hacia la primera de las posturas. Se trata de concebir a la Psicología como una ciencia pluriobjetual y plurimetodológica, que intenta abordar, mediante diferentes enfoques, distintos aspectos de una realidad sumamente compleja.
La pluralidad constitutiva del campo psicológico, que alude a la diversidad de métodos y teorías, es producto de un proceso histórico, contingente. En este sentido, se halla determinado por múltiples condicionamientos políticos, económicos, sociales y culturales, que han dado lugar a una serie de problemas teóricos, metodológicos y prácticos que caracterizan a la Psicología. Según Vilanova (1992), algunos de ellos son: el establecimiento del origen; la articulación con las ciencias sociales y con las ciencias naturales; el control jurídico de la disciplina; la incidencia de factores como el carácter nacional, la formación de origen y las ideologías; la relación con las disciplinas vecinas; el vínculo entre la ciencia básica y la aplicada; entre otros.
Sin perder de vista la importancia de tales problemáticas y teniendo presente que se trata de un debate siempre abierto, se pretende abordar con cierto detalle una de ellas: la articulación entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, en base a la dicotomía innato-adquirido. Para tal finalidad, se intentará realizar un esbozo de la inclinación predominante en cada uno de los siguientes autores: Rogers, Freud, Reich, Skinner, Ardila, Piaget, Vigotsky y Martín Baró.
Marco conceptual.
Uno de los grandes dilemas que ha debido afrontar la psicología, desde sus orígenes como disciplina científica, responde a su posición híbrida, como punto de conexión entre lo biológico y lo social. A raíz de ello, algunos psicólogos han considerado la necesidad de vincularla más de lleno con las ciencias humanas, mientras que, otros tantos, han insistido en la necesidad de incluir en la Psicología los cánones científicos propios de las ciencias naturales.
Siguiendo a Vilanova (1992), desde un punto de vista teórico surge la necesidad de construir un puente conceptual, que permita articular los hallazgos provenientes de las ciencias naturales y los de las ciencias humanísticas, con el fin de evitar la dispersión y la huída de los psicólogos hacia otras disciplinas. Sin embargo, la cuestión no se agota en su aspecto teórico, sino que va a tener diferentes correlatos según la dimensión que se tenga en cuenta: epistemológica, ontológica, metodológica, política y/o ético-profesional.
Ahora bien, dada la doble naturaleza, a la vez social y natural, del psiquismo humano, no resulta extraña la gran proliferación teórica que caracteriza a la Psicología. Esta diversidad de teorías se hace patente en muchos aspectos, entre los cuales, uno de los más importantes alude a la constitución del psiquismo. En este punto, es posible hacer una distinción: por un lado, están aquellos autores que privilegian los componentes innatos, la herencia; en otro extremo, están aquellas teorizaciones que priorizan lo aprendido, aquello que es adquirido por la experiencia; y en una posición intermedia, están aquellas teorías que conceden similar importancia a ambos aspectos.
Dentro de aquellos enfoques que privilegian los aspectos innatos, es posible incluir a autores como Rogers y Freud. En efecto, el primero de ellos plantea una teoría maduracional, que da cuenta del desarrollo de las potencialidades que cada individuo trae consigo. Mientras que, el psicoanálisis freudiano concede un valor fundamental a los instintos, entendidos como fuerzas internas que movilizan al sujeto.
En el polo opuesto, donde se hace hincapié en lo adquirido, pueden incluirse las concepciones de autores como Skinner, Ardila, Piaget, Vigotsky y Martín Baró. Tanto para Skinner como para Ardila, ambos neoconductistas, el organismo responde a las exigencias del ambiente, en función de continuos aprendizajes. Skinner sostiene que la conducta es seleccionada (o descartada) por sus consecuencias. Ardila, por su parte, amplia la postura de Skinner, destacando el carácter social del ambiente, y la utiliza como base para construir una psicología unificada.
Desde un enfoque constructivista, Piaget y Vigotsky se proponen dar cuenta del proceso de construcción del psiquismo. El primero, caracteriza este proceso como un ajuste a las condiciones del medio, que se lleva a cabo en base a las invariantes funcionales de organización y adaptación (asimilación y acomodación). El segundo, en cambio, atribuye una importancia central al ambiente social e histórico. La constitución del psiquismo, para Vigotsky, responde a un proceso de internalización, en el cual el lenguaje tiene un papel fundamental.
La Psicología de la Liberación del salvadoreño Martín Baró también atribuye una importancia fundamental al contexto socio-cultural. En este sentido, permite dar cuenta, mediante la noción de fatalismo, cómo han incidido las condiciones políticas, sociales y económicas de Latinoamérica en la actitud y en el desenvolvimiento de sus habitantes.
Desde una tercera perspectiva, que incluye a aquellas posiciones intermedias entre lo innato y lo adquirido, puede destacarse la psicología de Reich. De hecho, para este autor, el individuo se ve atravesado por un conflicto entre el instinto y la moral, que lo lleva a acorazarse, esto es, a hacerse refractario tanto contra el instinto como contra el mundo exterior.
Desarrollo.
Incómoda, por tanto, es la posición de psicólogo al tener, como meta final, la articulación puntual del hombre natural con el hombre cultural, o, dicho en términos más precisos, el establecimiento de los componentes filogenéticos y socio-históricos y la descripción minuciosa de su ensamble.
Vilanova, Alberto R. (1992)
El desarrollo de la Psicología como disciplina científica no ha estado exento de trabas y conflictos, tanto internos como externos. Con relación a los primeros, cabe considerar aquellos problemas inherentes a su propio objeto de estudio. En cuanto a los problemas externos, resultan relevantes los factores socio-históricos y culturales concretos, que han incidido fuertemente en el desarrollo disciplinar. En este sentido, es de destacar la distinción que hace Allport al mencionar la existencia de dos psicologías, condicionadas por el contexto socio-histórico del cual emergen: por un lado, la tradición angloamericana, de corte empirista y naturalista, que postula la mente como una “tábula rasa” donde se inscribiría la experiencia; por otro lado, se destaca el racionalismo centroeuropeo, que concibe un psiquismo autodinámico, movido por fuerzas propias.
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