TITULO TANATOLOGÍA SUBTÍTULO: “EL DUELO”

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TITULO TANATOLOGÍA

SUBTÍTULO: “EL DUELO”

OBJETIVO

OBJETIVO

Reflexionar el cómo las personas deben tener una madurez emocional^[1] e inteligencia para enfrentar el fallecimiento de un ser querido, haciendo de su conocimiento el  proceso de duelo que se vive a raíz de la muerte, para ello debemos crear un  sistema de creencias propio sobre la vida y la muerte, que propone su aceptación   como algo natural, así se podrá asumir la muerte y esto no llegara a un problema patológico, haciendo reflexión sobre las diversas emociones que se presentan.

JUSTIFICACIÓN

Elegí el tema debido a que  el  proceso de duelo es algo que en algún momento de la vida todos sin excepción alguna lo vivimos, en alguna ocasión sufrimos la pérdida o fallecimiento de un familiar o de una persona cercana a nosotros, este proceso se inicia después de la muerte del ser amado, este proceso varía, ya que no en todas las personas es el mismo grado de impacto en el momento de la pérdida.

Es importante para la sociedad estar informados de este proceso ya que les puede ayudar a manejar mejor las emociones que se presentan en esos momentos, como  la confusión , el aturdimiento, y es incapaz de actuar (es decir saber cómo reaccionar).A pesar de que hay gente alrededor brindando apoyo y compañía no se logra llegar a sentir en plenitud, hace falta la compañía de la persona que falleció, es decir, no se logra encontrar el consuelo y al suceder esto no logra adaptarse nuevamente a la vida cotidiana. Se presentan sentimientos de culpa, soledad, añoranza, auto reproches se sueña con esa persona puede ser que se aislé totalmente o que busque siempre estar acompañada para no sentirse solo.

La sociedad de cierta forma no aprende a manejar las emociones que se presentan durante la pérdida, lo que se pretende hacer es que la persona afectada valore a las personas que se encuentran cercanas a él, se entiende que también resintieron la pérdida, quizá no en la misma magnitud que las persona más allegadas, pero si con el sentimiento doloroso. El paciente debe de dar comienzo con actividades que se habían abandonado. Toda muerte es seguida de un proceso de duelo, y esto se debe asumir como parte de la vida, también se debe reconstruir y  reiniciar la vida misma de forma normal.

DESARROLLO

El duelo se puede definir como el estado de pensamiento, sentimiento y actividad que se produce por la pérdida de una persona y que se puede asociar a síntomas físicos y emocionales. La pérdida de un familiar o ser querido afecta en forma grave las relaciones que se tienen en el mundo y con otras personas. Para entender el impacto particular de una pérdida es necesario saber qué papel tenía la persona en su vida.

El duelo es una expresión social de luto^[2], cada persona lo lleva a cabo a su manera de acuerdo a sus creencias, y se ve reflejado por la forma en que viste o por rituales religiosos. La pena se define como sensaciones de conflicto se presenta la necesidad de conservar todo lo valioso e importante del pasado y al mismo tiempo la de comenzar una vida nueva. En ocasiones se puede interrumpir el proceso, pero esto en lugar de ayudar a mejorar, empeora, ya que quizá el doliente nunca se recupere emocionalmente.

Se puede decir que la pena es un proceso que se inicia con tristeza, temor, angustia e ira; se continúa con dolor y desesperación, y suele terminar con confianza y esperanza renovadas. Estas fases expresan la necesidad de recuperar el vínculo con la persona incluyen desorganización personal y desequilibrios emocionales, y concluyen con la reorganización y adaptación.

Etapas del duelo

Fase 1

Es un proceso en el cual, se presenta la confusión, la no aceptación a la pérdida del ser querido, esta puede afectar no sólo emocionalmente, sino también físicamente y puede durar varias semanas. • Fase de inicio: puede durar varias semanas, donde el impacto y la incredulidad de los que nos quedamos se pone de manifiesto; se sienten abrumados, aturdidos, confundidos; se pueden asociar problemas físicos como náuseas, cefalea, diarreas, dolores musculares, contracturas musculares y muchos otros síntomas. Se siente uno impotente ante la vida.2

Fase 2

En esta etapa se hace más fuerte la añoranza, por el ser fallecido, ya que se recuerda todo lo vivido con esa persona y se quisiera volver a vivir se presenta el llanto, algunas veces también frustración, porque uno quiere volver a estar con la persona fallecida, a sentirla cerca, pero cuando se afronta la realidad de que ya no existe como ser humano, se siente un dolor muy fuerte. Esto puede afectar a la persona provocándole insomnio, fatiga, falta de apetito.

Fase Final

En esta fase se aminora el dolor ya que se decide recordar con amor los bonitos momentos que se pasaron a lado de la persona amada, en lugar de recordarlos con tristeza “se aprende a vivir de recuerdos” de los bonitos recuerdos, se aprende que la vida continua, que hay que seguir con nuestra vida.  

Es muy variable el tiempo que tarda en presentarse; sabemos que se presenta porque se reinician las actividades diarias; trabajo, escuela, deporte, actividades con los amigos,  se recuerda al muerto con cariño y tristeza en vez de dolor y nostalgia. Se aprende que hay otros valores y motivos para vivir y luchar.

La pérdida de la persona amada se vive de manera individual, ya que hay personas más allegadas a la persona fallecida que otras, de acuerdo al tipo de relación que estos tenían, puede ser que el tipo de apego continúe por tiempo indefinido, y para cada miembro de la familia o personas que convivieron con él, este tiempo sea muy variado.

El proceso de duelo puede ser más complicado para quien pierde a una persona repentinamente, es decir en un accidente, o alguna negligencia médica, que quienes pierden a una persona que padece una enfermedad, ya que poco a poco van haciéndose a la idea de que esa persona morirá y de alguna manera cuando esto sucede en algunos casos las personas allegadas a la persona que está cercana a morir, llegan a sentir alivio, puesto que se veía sufrir mucho a dicha persona.

Cuando deformamos el dolor que sentimos por la persona que fallece, nos arriesgamos a vivir una pena patológica; la presencia de ésta puede indicar que tengamos una personalidad o una relación altamente dependiente u hostil con el fallecido. Esto pasa también en caso de muertes traumáticas o en el apoyo deficiente en ese momento. Puede traer consigo la presencia de hiperactividad impulsiva, identificación patológica con la persona fallecida, deterioro físico, depresión, culpa, ira, etcétera.

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