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Teoría Psicoanalítica De La Personalidad

RikkardoVara23 de Marzo de 2014

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TEORÍA PSICOANALÍTICA DE LA PERSONALIDAD

El psicoanálisis concibe la vida psíquica cono evolución incesante de fuerzas elementales, con un concepto dinámico del psiquismo. 1 Punto de vista topográfico: inconsciente, preconsciente, consiente.

EL SISTEMA INCONSCIENTE Su conocimiento sólo puede darse de un modo indirecto, mediante los datos que suministran los sueños, los actos fallidos, los test proyectivos y sobretodo, la historia de síntomas neuróticos y psicóticos. El inconsciente, para el psicoanálisis, es psíquicamente positivo, en constante evolución y cargado de energía psíquica. La existencia del inconsciente se puede establecer por el contenido y modo de actuar. Dentro de los contenidos se pueden encontrar los equivalentes instintivos y las representaciones de hechos, objetos y de órganos. Se entiende por equivalente instintivo la manifestación psíquica externa de un instinto que se expresa por modificaciones motoras y secretorias que se viven como emociones. El modo de actuar del inconsciente se denomina proceso primario, por ser la primera forma de actuación, la más primitiva del psiquismo. En el inconsciente hay que tomar en cuenta los siguientes mecanismos Desplazamiento: consiste en la movilización y cambio de lugar de una carga psíquica, un desplazamiento de la importancia de una unidad a otra. (Histeria de angustia: neurosis fóbica y neurosis obsesiva). Condensación: consiste en la unión de varios elementos separados que tienen determinada afinidad entre sí (Histeria de conversión). Proyección: el sujeto proyecta sus impulsos agresivos sobre otros y luego se siente perseguido y acosado por esos mismos (Paranoia y neurosis fóbica). Identificación: transferencia del acento del objeto al sujeto en una manifestación general. Va de sujeto a objeto. Características del inconsciente Ausencia de cronología: el inconsciente no reconoce pasado ni futuro, tan sólo el presente. Ausencia del concepto de contradicción: no pone reparo a la existencia de sucesos antitéticos. Tampoco sabe decir que no y cuando necesita dar una negativa, debe enunciarla recurriendo a otros elementos. Lenguaje simbólico: cuando el inconsciente tiene que decir, lo expresa en forma de símbolos. Igualdad de valores para la realidad interna y la externa o supremacía de la primera. Predominio del principio del placer: no soporta el displacer. Dentro del sistema inconsciente es necesario tener en cuenta una porción que se halla integrada por elementos que si llegaran a ser consientes presentarían notables diferencias con los demás, constituyendo el inconsciente reprimido. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero no forma por sí solo todo el contenido de este sistema. El ello en su totalidad y parte del yo y del superyó se encuentran dentro del sistema inconsciente.

EL SISTEMA PRECONSCIENTE Su contenido está integrado, en parte, por elementos procedentes del inconsciente en paso hacia el consiente y también del consiente hacia el inconsciente, adoptando la forma de material preconsciente. Existen además impresiones del mundo exterior, radicadas como representaciones fonéticas o verbales. El preconsciente tiene leyes propias que constituyen el proceso secundario que comprende: La elaboración de una sucesión cronológica en las representaciones. El hallazgo de una correlación lógica. La repleción de lagunas existentes entre ideas aisladas. La introducción del factor causal.

EL SISTEMA CONSCIENTE El consiente es un órgano de percepción situado en el límite de lo interno y lo externo. En el sujeto despierto, la más sensible sería la superficie externa del consiente, mientras que durante el sueño esta superficie sería menos permeable a los estímulos externos, aumentando en cambio la sensibilidad de la superficie interna. Para que un acto psíquico llegue a ser consiente, es necesario que recorra todos los peldaños del sistema psíquico. El hombre no reacciona siempre a todo estímulo y el sistema consiente de la impresión de contar con un detector o amortiguador de estímulos, que amortigua los potenciales energéticos que llegan a él. Su localización topográfica correspondería hipotéticamente a la corteza cerebral. 2 Punto de vista estructural: ello, yo (mecanismos de defensa), superyó.

EL ELLO El ello está integrado por la totalidad de los impulsos instintivos, tiene íntimas conexiones con lo biológico. Todo lo que desarrolla está sometido al proceso primario y por ello, se rige por el principio del placer. Todas las porciones del ello son inconscientes y una gran porción del mismo está constituida por elementos arcaicos de origen onto y filogenético. Instinto: excitante interno continúo que produce, cuando es contestado en forma adecuada, un goce específico. El impulso instintivo trata de alcanzar su fin sin tomar en cuenta los medios, mientras que el instinto estaría dado por una movilización, de modo que el organismo debe valerse de medios adecuados para lograr su fin. Existen dos instintos primarios: Eros y Tanatos. El primero tendería a la reunión, integración, fusión, conservación y creación de nuevas vidas; el otro, motiva al envejecimiento y a la muerte, su finalidad es la destrucción, la desintegración y el aniquilamiento y se pone de manifiesto bajo la forma de sadismo. Freud especuló la idea de que lo único que hacen los instintos de vida, por la forma que actúan, es evitar la muerte accidental y que el instinto de muerte se encuentra en todos los seres. Lo que diferencia un estímulo biológico o instinto de un estímulo exterior es que resulta imposible huir de los primeros, cuya fuente está en nosotros mismos. Los instintos tienen características que le son propias y distintivas: Fuente de origen: el proceso energético, fisicoquímico que se desarrolla en un órgano somático, cuyo estímulo es representado en lo psíquico por un equivalente instintivo. Parece ser un proceso complejo, puramente energético. Intensidad o impulso dinámico: la magnitud de los obstáculos que es capaz de superar para lograr su satisfacción. Su factor motor. Objeto: pertenece al mundo exterior (persona o cosa), por la cual y con la cual el instinto alcanza su satisfacción al suprimir la excitación o estado de necesidad. Es lo más variable del instinto. Fin: restablecer un estado en el cual deja de subsistir una determinada tensión instintiva. Libido: intensidad de la energía dinámica del instinto sexual, su elemento cualitativo. Todo ser humano dispone de una cantidad determinada de libido, que podrá ser afectada por la acción de diversos factores que pueden ser divididos en intrapsíquicos (sueños y fantasías -consientes e inconscientes) y extrapsíquicos (características del objeto detectadas a través de los sentidos, factores somáticos -estados hormonales y físicos-, farmacológicos -excitantes o depresores- y factores telúricos -estaciones del año y composición atmosférica-). Existen varios instintos sexuales a los que se les denomina instintos parciales (exhibicionismo, deseo de ver, orales, anales, fálicos y sádicos) que actúan al principio independientemente unos de otros, pero que luego de un tiempo evolucionan hasta quedar reunido en una síntesis más o menos completa que, en el adulto normal, debería estar organizada en torno a la satisfacción genital (para el psicoanálisis todo lo genital es sexual, pero no todo lo sexual es genital, sino la función de obtener placer)

EL YO Para Freud, el yo no es más que una parte del ello modificado por el impacto o la interacción de las pulsiones internas y de los estímulos externos. El yo se encuentra ubicado entre el mundo interno y el externo, en una posición tal que se comporta como receptor de los impulsos que le llegan desde ambos campos. Una parte del yo es consiente, otra es preconsciente y otra es inconsciente. El principal papel del yo es coordinar funciones e impulsos internos y tratar que los mismos puedan expresarse en el mundo exterior sin conflictos. El yo tiene una estructura específicamente motora. El yo ideal lo es para el ello, porque hace lo que éste quiere, el ideal del yo, en cambio, es una imagen externa idealizada, un objeto real modificado por lo que se llama "de idealización" y al cual el yo toma como modelo y meta de su estructura. Desarrollo del yo En el proceso de fascinación (Bernfeld) el yo reproduce las primeras percepciones y luego lo hace con todo estímulo que le llega. La imitación de lo percibido y la introyección oral forman el fundamento de lo que constituye la identificación primaria, primera forma de amor hacia un objeto y primera reacción motora ante estímulos exteriores. El yo primario de los períodos evolutivos iniciales es netamente placentero, porque introyecta lo que es agradable y proyecta fuera de él lo que es desagradable, rigiéndose por el principio del placer. En las primeras etapas de la vida, el yo es estructuralmente débil pero se cree omnipotente por tener en sí mismo una parte del mundo exterior, que ha introyectado por vía oral (no tiene criterio de realidad y no conoce sus debilidades); de esta manera, tiene impulsos de actuación mágica y de omnipotencia, que nacen en el ello y aparecen como tales en el yo. De acuerdo con un trabajo de Ferenczi, se considera que el yo pasa, en el curso de su evolución, por cuatro fases de magia y omnipotencia, que son las siguientes: Fase de omnipotencia incondicional: que correspondería a la del estado fetal. Fase de las alucinaciones mágicas: donde todo impulso es inmediatamente satisfecho por medio de alucinaciones. Fase de omnipotencia con auxilio de gestos mágicos: la reacción del niño frente a una necesidad corporal se acompaña generalmente por movimientos de brazos y piernas. Gran parte de los síntomas histéricos pueden

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