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Trastorno facticio por poderes: Síndrome de Münchhausen


Enviado por   •  25 de Marzo de 2016  •  Apuntes  •  4.879 Palabras (20 Páginas)  •  334 Visitas

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Trastorno facticio por poderes: Síndrome de Münchhausen

1- Introducción:

Según la Comisión Nacional de Derechos, el maltrato infantil sería cualquier acción u omisión, no accidental por parte de los padres o cuidadores que comprometa la satisfacción de las necesidades básicas del menor. Este caso de maltrato constituye un fracaso socio-familiar con repercusiones muy directas y negativas para el bienestar y el desarrollo del niño y cuando se descubre el maltrato puede llevar al castigo penal de encarcelamiento.

En la última década, las formas raras en el maltrato infantil han incrementado. Diferentes artículos de la literatura científica describen situaciones como quemaduras dudosamente accidentales, deshidratación, ingestiones tóxicas evocados por los padres a sus hijos.  Cuando se encuentran este tipo de maltratos infantiles se le llaman el síndrome de Münchhaussen por poderes.

Richard Asher, uso por primer vez el término “Münchhaussen” para hablar de los pacientes que buscaban atención médica con historias y síntomas inventados o producidos por ellos mismos.

Roy Meadow, un pediatra ingles empezó a usar el término de “Münchhaussen por poderes” hablando de los padres que falsifican o producen una enfermedad a uno o varios de sus hijos que causa investigaciones y tratamientos médicos inútiles y peligrosos para ellos.  Los  niños son víctimas de sus padres. Y la particularidad de este caso es que la mayoría de los abusos son hechos por los médicos engañados por los abusadores.

1.1 Características del síndrome:

El síndrome de Münchhausen se caracteriza por simulaciones de síntomas y de signos por los adultos que fabrican o inventan enfermedades en ellos mismos. Esas personas van de hospitales en hospitales para seguir distintos tratamientos médicos o de cirugía que son inútiles y peligrosos para ellos. Tienen muchos antecedentes médicos. Generalmente son hombres que tienen un buen conocimiento del mundo médico.  Las manifestaciones pueden ser tanto físicas que psicológicas. Casi todas las enfermedades pueden ser imitadas por ellos.  En realidad el adulto está buscando la atención de los médicos para sentirse reconocido.

El síndrome de Münchhausen por poderes se describe por un tipo de maltrato infantil en el cual los padres provocan voluntariamente signos y síntomas que provocan a su turno enfermedades que se atribuyen a sus hijos. Ese proceso genera un diagnóstico y atención médica continuados. Los padres manipulan a los médicos hasta convertirlos en protagonistas involuntarios del maltrato, buscando con esta actuación la finalidad de gratificar sus propias necesidades de atención. En la mayoría de los casos, son madres jóvenes con conocimiento del medio hospitalario las que producen la enfermedad. El padre no se entera de lo que está pasando. La detección es difícil, viendo la madre tan preocupada por su hijo, engañando los médicos y cambiando cada vez de hospital. La madre esta tan inquieta por su hijo como por otros pacientes tratando de ayudar los médicos. Por lo tanto los médicos la admiran. El síndrome que puede empezar con la fabricación de signos y síntomas leves, puede conducir a un caso más grave hasta llevar a la muerte del niño. Sobre todo cuando es una situación crónica y persistente y que se utilizan substancias o productos químicos para la simulación. El peligro aumenta con las pruebas y exámenes médicos complementarios que pueden ser hasta invasivos de tal forma que los médicos llegan a un falso diagnóstico de una enfermedad inexistente  con el perjuicio de la salud del niño.

Finalmente, los casos son detectados cuando se encuentra un patrón de consultas, inconsistencias y repetidos resultados de estudios negativos.  

2. Clasificación DSM-IV TR

Trastorno facticio por poderes.

Características diagnósticas.

La característica esencial de este trastorno es la producción o simulación de forma deliberada de signos o síntomas físicos o psicológicos en otra persona que se halla a cargo del individuo. Típicamente, la víctima suele ser un niño y el perpetrador su madre. Se ha sugerido que el motivo que lleva al perpetrador a realizar este comportamiento depende de la necesidad psicológica de sumir el papel de paciente a través de otra persona. No hay incentivos externos que justifiquen el comportamiento, por ejemplo, una ganancia económica. El trastorno no puede explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental. El perpetrador induce o simula en la víctima un proceso patológico y luego acompaña a ésta al médico negando todo conocimiento sobre la etiología del proceso. Los trastornos más habitualmente inducidos y simulados incluyen vómitos persistentes, diarrea, paro respiratorio, asma, alteraciones del sistema nervioso central (p. ej.; crisis comiciales, incoordinación, pérdida de consciencia), fiebre, infección, sangrado, fracaso del desarrollo, hipoglicemia, alteraciones electrolíticas y rash. La simulación de trastornos mentales en la víctima es mucho menos frecuente. El tipo y la gravedad de los signos y síntomas que presenta la víctima están limitados exclusivamente por el grado de sofistificación médica y el margen de acción de que disponga el perpetrador. Los casos clínicos suelen caracterizarse por un curso atípico y unos resultados inconsistentes con el cuadro sintomático pretendido por la víctima y el perpetrador.

La víctima suele ser un niño en edad preescolar, aunque también pueden «emplearse» recién nacidos, adolescentes y adultos. Cuando afecta a niños mayores, debe considerarse la posibilidad de que víctima y perpetrador estén en realidad colaborando en la producción de los signos y síntomas. El perpetrador será diagnosticado de trastorno facticio por poderes. Para la víctima, puede anotarse abuso físico de menores [995.54] o abuso físico de adultos [995.81]. Si hay colaboración entre el presunto perpetrador y la víctima, esta última también puede recibir el diagnóstico de trastorno facticio.

Síntomas y trastornos asociados.

Diferentes desencadenantes, en especial conflictos conyugales, pueden provocar este comportamiento. Los individuos perpetradores pueden presentar mentira patológica (seudología fantástica) al relatar experiencias diarias y al describir al especialista la situación de la víctima. Es frecuente que estos individuos posean un notable dominio de temas relacionados con la salud y un amplio conocimiento del funcionamiento hospitalario. Sin embargo, cuando no son conscientes de ser observados demuestran escasa preocupación por la víctima. Esta última puede sufrir una tasa de morbimortalidad significativamente elevada a consecuencias de las enfermedades inducidas y problemas asociados con complicaciones yatrogénicas derivadas de medicamentos, pruebas diagnósticas y procedimientos quirúrgicos. A medida que maduran, presentan un mayor riesgo de desarrollar a su vez un trastorno facticio o problemas emocionales y de comportamiento, que pueden incluir dificultades en la atención y la concentración, afectación del rendimiento escolar o síntomas de un trastorno por estrés postraumático. El papel de perpetrador suele ser encarnado por la madre, mientras que el padre o el marido pueden colaborar con ésta o actuar en solitario. El perpetrador también puede ser la esposa o cualquier persona que se halle a cargo de la víctima (p. ej., un cuidador del pequeño, la abuela, la madrastra). A veces sale a relucir una historia de abusos físicos o sexuales en el perpetrador. También puede haber trastornos somatomorfos y trastornos de la personalidad.

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