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VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO ADOLESCENTE, IDENTIDAD DAÑADA


Enviado por   •  16 de Mayo de 2018  •  Síntesis  •  2.532 Palabras (11 Páginas)  •  250 Visitas

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VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO ADOLESCENTE, IDENTIDAD DAÑADA.

Karla Daniela Montejo Ramos 5°”B”

Durante la adolescencia se suelen experimentar las primeras relaciones amorosas e íntimas, sin embargo no están exentas de conflictos y violencia. Muchos adolescentes crean grandes expectativas sobre lo que debe implicar el noviazgo, como el amor, el cuidado, el apoyo y la comprensión. Debido a esto, se les dificulta darse cuenta cuando viven en relaciones violentas y  su noviazgo puede llegar un tormento.

Domínguez, García, Moreno, Zúñiga y Torres (1998) comentan que el noviazgo tiene la finalidad de cultivar y conocer la propia capacidad de dar y recibir afecto. También es una ocasión para conocer y tolerar a alguien que es similar o diferente en diversas áreas.

Se reconoce que existen múltiples factores que pueden influir en la  violencia, desde la cultura, los roles que se le atribuyen a cada género, la familia, las amistades y los medios de comunicación.

La violencia en el noviazgo es una situación de carácter serio, que no respeta  estratos sociales, culturas, ni rangos de edades. No sólo consiste en violencia física como lo son los golpes, pellizcos, empujones, entre otras cosas; sino también se presenta la violencia verbal que consiste en insultos, amenazas, etc. Además un tercer tipo de violencia conocida como psicológica que engloba desde humillaciones, hasta la disminución de la capacidad de una persona para tomar decisiones con respecto a su propia vida, por esta razón es considerada la más grave de todas.

Conviene añadir que generalmente los roles de agresores y víctimas no están delimitados en la violencia en la adolescencia ya que ambos pueden asumir esa posición; por ello diversas investigaciones han sugerido que la violencia durante el noviazgo ocurre de forma bidireccional, es decir se presenta tanto en hombres como en mujeres. Se han reportado relaciones estadísticamente significativas de los hombres tanto como víctimas como agresores durante la etapa del noviazgo.

Velázquez  (2003) nos dice que tanto las mujeres como los varones suelen ser objeto y sujeto de violencia, aunque la situación de subordinación social de la mujer favorece que ésta se transforme, con mucha mayor frecuencia, en la destinataria de violencias estructurales y coyunturales.

La Real Academia Española define identidad como el “hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca.” En la adolescencia es sabido que pasa por una fase en la cual se busca esa “identidad” que nos separe de los demás, que nos caracterice y “podamos ser nosotros mismos”, los adolescentes, que se enfrentan cambios hormonales y a un mundo cada vez más complejo, sientan que nadie puede entender sus sentimientos o al menos se sienten comprendidos por sus iguales, jóvenes de su misma edad en los cuales forman grupos de amigos y también pueden a buscar la comprensión en una pareja.

La identidad es dañada proporcionalmente a la magnitud o solo el hecho vivir un episodio de violencia, pero finalmente esto desembocara en dos variables: La primera es que pueda asignarse como un evento o contexto biográfico de gran significancia, o quedar atrapado en la identidad asignada de “víctima para siempre”.

Pese a que todo ataque al cuerpo es un ataque a la identidad y a la subjetividad. La característica central de la violencia, sobre todo en la violencia sistemática, es que arrasa con la subjetividad, es decir, con aquello que nos constituye como personas. En consecuencia, el hecho violento un hecho traumático que deja marcas físicas y un profundo dolor psíquico. Pero ¿qué es lo que hace traumático a un acontecimiento? Varios factores: la acumulación de situaciones penosas, el aumento excesivo de cargas afectivas y la significación conflictiva que cada sujeto le da a ese hecho. Así, el trauma está caracterizado por la intensidad de sus manifestaciones y de sus efectos, por la mayor o menor capacidad del sujeto para responder a él adecuadamente y por los trastornos que provoca en la organización psíquica. El adolescente violentado suele creer que es la única persona a quien le sucedió el hecho de violencia. Esta creencia suscitará sentimientos de humillación, autodesprecio, desesperanza, aislamiento y silencio.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV), elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (2007), 15.5 por ciento de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8 por ciento ha sufrido agresiones psicológicas y 16.5 por ciento ha vivido al menos una experiencia de ataque sexual. Lo anterior nos muestra cifras alarmantes de la violencia ejercida en las relaciones adolescentes, nos muestra una prevalencia de maltrato continuo incluso si se tiene poca o mucha experiencia en cuanto al noviazgo y lo más preocupante es que estas primeras experiencias de noviazgo influyen en las próximas, hasta las que puedan llevarse a cabo en la vida adulta y es por eso que es un problema de salud pública.

El amor obsesivo y en especial el amor desesperado pueden acompañarse de conductas violentas encubiertas como supuestas manifestaciones amorosas o cariñosas (Kú y Sánchez, 2006). El adolescente está en un constante intercambio en con el exterior sin filtros, sobretodo en es esta era tecnología donde diversos tipos de información está a la mano y no requiere nada más que un clic para su acceso. Es por eso que los medios exponen a una constante de violencia a los jóvenes los cuales, llegan a manifestar esta violencia a su alrededor.

Incluso también donde se puede encontrar un concepto bilateral en el donde la violencia como tal en el noviazgo puede ser tomada de dos maneras, es decir si, antecedentes de violencia en la familia puede haber una repetición de patrones, en la cual el adolescente es observador de la violencia en el matrimonio de sus padres y esto llevar a que sea tomado como ejemplo del deber ser de una relación en pareja y lo puede expresar en su primera o futuras parejas durante esta etapa.

Además puede suponer un ejemplo de lo que no se debe de hacer en pareja, el adolescente puede tomar esta violencia que tiene de primera experiencia como un referente de lo que es incorrecto al momento de tener una pareja interviene la moral o también experiencias obtenidas en el exterior e información obtenida del mismo, el adolescente puede crear su propio juicio en el cual acepte o no acepte estas conductas.

Otro factor clave tiene que ver la normalización de la violencia. Podemos encontrarnos en un punto crítico en donde el ser violento es visto como algo cotidiano incluso puede ser representado en muchas teleseries, en películas, en música e incluso hay un problema más grave cuando la violencia es relacionada y justificada con sentimientos afectivos en la pareja. Un adolescente violentado pierde el concepto de ser él o ella misma, el concepto de valía y la autoestima decae y pasa hacer un segundo término.

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