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Violacion Domestica


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2013  •  4.021 Palabras (17 Páginas)  •  323 Visitas

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ANTECEDENTES HISTORICOS

El abuso y maltrato hacia la mujer se ve muy marcado desde los principios de la sociedad, ya que las mismas se establecían como patriarcales, dejando de lado la participación de la mujer, como ser humano, excluyéndolas y utilizándolas como objetos sexuales y de reproducción.

En los primeros tiempos de la Roma Clásica, se manifiesta con que las mujeres no tenían libertad ya que debía haber sumisión y obediencia al padre y al marido y carecía de derechos políticos.

Las niñas tampoco recibían la misma educación que los niños, raramente iban a la escuela media y nunca a la escuela superior, aunque algunas alcanzaron un alto nivel cultural gracias a preceptores particulares.

También una esclava estaba siempre expuesta a agresiones sexuales por parte de cualquier hombre libre e incluso por un esclavo de rango superior.

La prostitución era un negocio donde iban a parar multitud de mujeres y niños esclavos. Era perfectamente normal que un propietario pretendiera satisfacer sus deseos sexuales o los de sus amigos con esclavos o esclavas.

En cuanto al maltrato físico, éste no era en modo alguno reprobable, por lo que si el amo lo consideraba oportuno el esclavo sería azotado, golpeado, lesionado, torturado e incluso mutilado, aunque esto último era contraproducente pues iba en contra de la productividad del esclavo y por tanto de su rentabilidad.

La sociedad de la Grecia Antigua es considerada como patriarcal; a lo largo del siglo VIII a.C. se establecieron dos grupos con criterios de exclusión, uno de ellos era el “club de los hombres” que excluía a las mujeres. En rasgos generales la situación de la mujer de Atenas era muy limitada, recibía educación sólo en las tareas de la casa, no tenía participación en la vida política y tampoco en los banquetes. Sólo en algunas fiestas religiosas podía disfrutar de cierto protagonismo. La mujer se debía casar entre los 15 y 18 años, y en caso de que el divorcio fuera iniciativa de ella no podía estar permitido, solo el esposo podía disolverlo. La mujer griega estaba toda su vida bajo un tutor, su padre luego su esposo y en caso de ser viuda su hijo o algún pariente cercano; las normas que rigen la sociedad de la griega es una prueba de que no se respetaban los derechos, ni la libertad de las mujeres.

En la década de 1970 las feministas analizaron el alcance de la violencia doméstica (considerada como un fenómeno exclusivamente masculino) y se crearon centros de acogida y de ayuda para las mujeres maltratadas y para sus hijos.

Según Radford (1979), la condición legal de las mujeres se expresó en el Cristianismo clásico con una complicada teoría sobre la naturaleza inferior de las mujeres. La teología escolástica recogió de la biología de Aristóteles que las mujeres son una especie biológica secundaria. Sólo los varones contribuían a la forma del niño en la procreación. Las mujeres eran únicamente incubadoras que lo hacían crecer en su cuerpo.

Se daba por supuesto en la familia patriarcal que los padres tienen ciertos derechos a golpear a sus hijos. Otras sociedades patriarcales, tales como la de Roma antigua y la islámica, han dado incluso a los padres el derecho de matar o a vender a sus hijos.

La mayoría de las leyes de costumbres y de las leyes de las ciudades en los períodos medievales y del Renacimiento daban a los maridos el derecho a golpear a sus mujeres, aunque generalmente decían que lo hicieran “razonablemente” o “moderadamente”. Por ejemplo, la ley de algunas ciudades dice: “Todos los habitantes tienen derecho a golpear a sus esposas siempre que ello no resulte en la muerte”.

No es hasta la revolución industrial en occidente, cuando se permite a la mujer participar en la vida social, que verdaderamente comienza una trayectoria de emancipación. No obstante, los usos y abusos cometidos contra las mujeres durante siglos, se ha demostrado difíciles de erradicar.

No fue hasta 1960, cuando se reconoció que la violencia y el maltrato en el ámbito familiar eran un problema social. La existencia de este tipo de violencia indica un retraso cultural en cuanto a la presencia de los valores como la consideración, tolerancia, empatía y el respeto por las demás personas, independientemente de su sexo. El maltrato doméstico incluye a las agresiones físicas, psicológicas o sexuales llevadas a cabo en el hogar por parte de un familiar que hacen vulnerable la libertad de otra persona y que causan daño físico o psicológico.

La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de la familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia, la violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los ancianos son las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre se ejerce por el más fuerte físicamente o económicamente dentro de la familia, siendo en ocasiones razones psicológicas (síndrome de Estocolmo) las que impiden a la víctima defenderse. La mayor parte de los agresores son personas mucho más fuertes que a las que se les agrede pero no siempre.

Estudios realizados encontraron que en hogares donde existe maltrato o violencia psicológica o cualquier otro tipo de violencia, los hijos son 15 veces más propensos a manifestar algún tipo de maltrato en su etapa adulta. La violencia psicológica es la forma de agresión en la que la mayoría de los países las afectadas van a quejarse y casi nunca toman acción en cuanto a dicho tipo de violencia, ya que en este caso se unen la falta de opciones legales de denuncia y protección frente a esta forma de violencia.

Las señales de violencia son más fáciles de ocultar si es emocional, pues las mujeres no aceptan el maltrato de forma “pasiva”; según los estudios realizados que la mayoría de las mujeres maltratadas no lo aceptaron y que se resistieron a él. Estas acciones de defensa hicieron que la violencia psicológica se viera como una agresión mutua y algunas instituciones la catalogaron como un conflicto de pareja. Sin embargo, de los estudios realizados en Honduras solo dos de las mujeres entrevistadas aceptaron que eran agredidas emocionalmente, antes de ser maltratadas físicamente. Gracias a diferentes campañas públicas y con el conocimiento de programas estatales las mujeres tuvieron más claridad acerca de la agresión psicológica que experimentaron.

Las mujeres que no reconocen como agresión la violencia psicológica no significan que no vean esta forma de violencia como algo que las dañe o las deshaga o como algo indeseable. De hecho si lo ven y son estos episodios de maltrato emocional

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