Violencia Y Abusos Sexuales
21 de Noviembre de 2014
8.278 Palabras (34 Páginas)438 Visitas
Ciertamente el tema de la violencia tiene un protagonismo cada vez mayor entre las consultas psicoterapéuticas, y es esa necesidad la que satisface la lectura de este libro.
Como seres vivientes, los humanos nos destacamos también, en-
tre otras cosas más loables, por la ferocidad que somos capaces de desarrollar en nuestras interacciones. Entre los polos antitéticos de protección y agresión en la conducta humana, existen múltiples varia- bles que se diferencian entre sí por la proporción de amor y de odio que las componen. Es así como detrás de los actos de amor y cuida- do encontramos vínculos continentes y relaciones constructivas; en cambio la rabia y la descarga violenta-agresiva están alineadas tras el odio y las actitudes destructivas. Ciertamente, tal como lo plantean
Perrone y Nannini, todos somos capaces de actuar hasta con violen-
cia extrema, según las circunstancias en las que creamos estar ex- puestos. No obstante, cuando la violencia es la modalidad relacional que se privilegia, se hacen necesarios conocimientos específicos para intervenir sobre ella.
Esta obra, con un lenguaje claro y coloquial, nos trae a la mano explicaciones y desarrollos posibles de la violencia para los que no teníamos parámetros previos. Plantea una mirada y una lectura de lo violento tales que se transforma en una situación abordable, po- sible de ser comprendida relacionalmente, y de este modo nos abre caminos alternativos para intervenciones resolutivas.
Este trabajo nos posiciona activamente en la dramática de la vio- lencia. Nos da elementos que desarticulan la fascinación del espan-
20 V10LENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAM:ILIA
to. Y, en este sentido, su efecto sobre la lectura de la violencia que hace el psicoterapeuta es isomórfico de la intervención dirigida a lograr "despegar" a los actores de la violencia interactiva.
Reynaldo Perrone es argentino y desde el año 1973 trabaja, in- vestiga y entrena en Europa. En su tarea como terapeuta con situa- ciones de violencia familiar, se interesó en las particularidades de la interacción entre el individuo y la ley, organizando su estudio sistémico junto a Martine Nannini. El esfuerzo conjunto dio lugar a este libro, largamente elaborado, en el cual los trabajadores de la salud mental encontrarnos un utilísimo apoyo. Vaya para ellos nues- tro agradecimiento. Seguramente esta edición en castellano conti- nuará el éxito que la precede en sus ediciones en Francia.
WANDASANTI
Directora del Centro de Investigación Familiar, Buenos Aires
ALGUNAS REFLEXIONES A MODO DE PREÁMBULO
DE LA FAMIUA Y DE LOS RIESGOS QUE Allí SE CORREN ...
La práctica de la terapia familiar lleva a tener definiciones e imáge- nes de la familia donde aparecen, a priori, algunas contradicciones.
Ésta puede ser tanto una unidad social que les permite crecer a sus miembros y desarrollar sus capacidades, su potencial y las habi- lidades necesarias para lograr su autonomía, como también un lu- gar de sufrimiento, arbitrariedad, injusticia, opresión, pena, amena-
za, violencia y abusos sexuales.
En el mismo crisol se hacen y se deshacen los nudos de los lazos familiares y se conjugan sentimientos positivos y negativos. Así, poco a poco, se realiza la alquimia de la construcción de la identidad y de la individualización, o bien de la indiferenciación y la alienación.
Lo que inicialmente parecía contradictorio deja de serlo ante la idea de que allí donde circulan los mayores afectos emergen los sufrimientos más intensos. De ahora en más es juicioso considerar que los lazos familiares pueden ser también violentos, abusivos y fuera de la ley.
Con las teorías psicoanalítica y sistémica, el siglo XX desacralizó
a la familia, mostró su complejidad e inauguró el análisis crítico de lo que hasta ese momento pertenecía a su intimidad: la violencia y los abusos sexuales intrafamiliares.
En nombre del interés general, la familia no es más un santua-
rio que escapa a la justicia represiva. Se ha inscrito en un movimien- to que desde hace veinte años tiende a su normalización.
22 VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN 1A FAMILIA
El cambio fue particularmente perceptible en el ámbito social: de una concepción que consideraba la violencia y los abusos sexua- les aberraciones inevitables del comportamiento humano, se paso a tomar conciencia de los aspectos inaceptables de estas prácticas y a tener voluntad de modificarlas.
Pero más allá de una denuncia a la justicia o una separación,
¿cómo hacer para que semejantes situaciones evolucionen y para que las familias puedan reorganizarse sin violencia?
Las opiniones y la experiencia coinciden en un punto: la inter- vención de la ley es necesaria, pero no suficiente. En lugar de la ló- gica de la exclusión se dio cabida a una lógica de integración y ne- gociación, según la cual la familia puede funcionar como una uni- dad de comprensión y de solución de los fenómenos de violencia, justamente porque es allí donde ésta tiene mayores posibilidades de surgir.
No basta con comprender, sino que también es preciso interve- nir. La primera etapa consiste en describir la compleja dinámica relacional en las familias con transacción violenta, las diferentes formas que adopta la violencia y el modo en que cada uno participa en el surgimiento del acto violento. Es necesario que los conceptos creados y expuestos sean lo suficientemente operacionales como para construir líneas de intervención compatibles con las prácticas
de los asistentes sociales y los terapeutas.
Es a la investigación de estos conceptos que está dedicado este libro.
DE LA VIOLENCIA AL ABUSO SEXUAL
La violencia se presenta con las características de la urgencia y la crisis. Aunque sus razones y sus determinismos estén inscritos en lo más profundo de las historias individuales, el aquí y ahora del sufri- miento parece no admitir ninguna demora en la intervención.
La teoría de la comunicación humana de la escuela de Palo Alto, en la que prevalecen la descripción y la explicación del "aquí y aho- ra", resulta particularmente pertinente para abordar los fenómenos de violencia. Constituye una referencia teórica esencial para identi-
ALGUNAS REFLEXIONES A MODO DE PREÁMBULO 23
ficar las condiciones puntuales en las que ésta emerge y permite imaginar los protocolos de intervención, cuya meta es no sólo que la violencia cese de inmediato, sino también que se creen relacio- nes en las que se pueda evitar la necesidad de la violencia.
La primera parte de este libro aborda las dos formas bajo las cua- les se manifiesta la violencia: la agresión y el castigo. Refiriéndolas a determinados tipos de organizaciones relacionales, estas formas nos llevarán a cuestionar los sistemas de creencias sobre los que se ba- san y a definir la violencia desde el punto de vista de su función interaccional.
Con el concepto de relé, particularmente útil en el trabajo social,
se ha de introducir el tema de la intervención y la organización del tratamiento en los sistemas con interacciones violentas.
Lo aprendido acerca de la violencia y sus manifestaciones nos llevó a reunir en una misma lectura los fenómenos de abuso sexual.
Aunque a priori todos los autores están de acuerdo en conside-
rar que el abuso sexual es violencia, a veces se produce de tal modo que hasta la misma víctima duda de que la violencia haya existido.
La violencia castigo o complementaria es una forma de violencia
en la cual la "víctima" pierde el sentido de su integridad y puede lle- gar a justificar y negar la violencia del otro. La relación de abuso sexual se aproxima a este tipo de configuración relacional. En ella el sentimiento de vergüenza y culpabilidad de la víctima trastorna el sentido de la responsabilidad. El hecho de que a veces el abuso
sexual se produzca sin violencia ni resistencia manifiesta confunde los parámetros con que, por ejemplo, en caso de violación, se defi- ne y se diferencia al abusador y la víctima.
Ahora bien, en toda terapia de casos de abuso sexual hay que proceder a redistribuir la culpabilidad y las responsabilidades. A la pregunta de la víctima: "¿Por qué no he dicho 'no'?", la respuesta es que la violencia puede revestir formas imparables, subterráneas, y pulverizar así las certezas más esenciales.
La confusión psíquica producida por la situación de abuso pue- de hacer que los asistentes sociales, los testigos, la víctima y el abusa- dor olviden que se trata de una situación de violencia objetiva. Esto refuerza la idea de que es legítimo incluir los abusos sexuales en toda investigación
...