AMENAZAS A LA IDENTIDAD CRISTIANA
José Roberto Rodríguez HidalgoSíntesis15 de Noviembre de 2018
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AMENAZAS A LA IDENTIDAD CRISTIANA
“Ser persona es un don, la personalidad es una conquista”
La personalidad se construye con la IDENTIDAD del carácter.
Identidad: identitas – lo mismo; tiene identidad el hombre que es el mismo en cualquier circunstancia. Un hombre sin convicciones, sin identidad, aunque sepa mucho de muchas cosas, no sabe ser él mismo. El hombre cae en esto cuando niega lo que es, pues no puede ser menos ni más (ni bestia, ni Dios). Cuando niega sus propios límites degrada su estado. Reconocer los propios límites es signo de sabiduría.
El ser humano es diferente a otros seres vivientes porque:
- Posee ALMA.
- Posee LIBERTAD: inteligencia (verdad) + voluntad (bien)
- Tiene CONCIENCIA de su existencia, de ser y del ser; noción intrínseca del bien y del mal.
Con su inteligencia el hombre entiende y razona. La verdad es infinita, pero nuestra razón es limitada. Necesitamos razonar porque nuestro entendimiento es imperfecto y no intuye de un solo golpe toda la verdad; pero al ser ‘discursiva’ nuestra razón está siempre expuesta al error.
Por eso tenemos ideas verdaderas e ideas falsas (es verdadera cuando nuestra idea corresponde a la realidad y viceversa). No existe el error absoluto, todo error contiene necesariamente un núcleo de verdad. Todo error tiene como causa la soberbia: el soberbio no quiere ser enseñado por los demás hombres y pretende ser autosuficiente; mucho menos quiere ser enseñado por Dios y rechaza la Revelación. Así, se cierra sobre sí mismo y se empecina en sus errores.
Cuando las ideas falsas sobre la realidad se sistematizan y pretenden explicar la realidad estamos ante una ideología, la principal amenaza de la identidad.
Ideologías conjunto de ideas filosóficas, sociales, políticas, morales, religiosas, etc. Sólo es ideología el conjunto de ideas sobre el hombre y la sociedad.
El problema de las ideologías es que:
- Reducen la realidad a alguna de sus partes y posteriormente
- Absolutizan esa misma reducción (alguna virtud, la paz, la justicia, el medio ambiente…)
- Es un sistema cerrado que no permite que nada escape a su lógica interna. Solo acepta la parte de la realidad que refuerza sus conclusiones; por tanto están cerradas a la verdad objetiva, a lo trascendente, al misterio, a la Revelación.
- En el fondo, a pesar de tener un núcleo de verdad recubierto de errores, todas tiene un ODIO hacia la realidad (verdadera), y eso odio es su motor. Al final, el ideólogo es un soberbio por resentimiento, pero de excelente capacidad intelectual.
- Surgen del liberalismo, padre de las ideologías. Reduce la dignidad del hombre a la Libertad y luego la absolutiza. Degrada la libertad y la convierte en libertinaje al quitarle su fundamento, que es la Verdad. (La Verdad os hará libres, no al revés).
- Florecen en sociedades espiritualmente vacías, y así logran la adhesión de mayorías y la acumulación de poder político y económico. A menudo, al ideólogo no le importa que su idea sea falsa o inmoral, le basta con que sea eficaz (criterio de la praxis).
- Son moralmente utilitaristas, nada es bueno o malo objetivamente, sino que lo juzgan todo por cuanto contribuye a afianzar sus postulados y lograr sus objetivos; por tanto caen en el error que la doctrina cristiana siempre ha condenado: creer que el fin justifica los medios.
Así, termina por definir lo que supuestamente debe ser el hombre y la sociedad sin tomar en cuenta la realidad: inventan a un hombre imaginario, despreciando y pisoteando al hombre real. Se toma al hombre como un OBJETO a transformar, considerando lícito forzarlo violentamente para hacerlo encajar en el modelo o proyecto ideológico.
Cuando el embate de las ideologías es frontal y abierto (persecuciones) la identidad de los cristianos lejos de sufrir daño resulta fortalecida. Pero cuando el embate es sutil corroe lentamente la identidad y puede llevar a su pérdida total (la indiferencia hasta el rompimiento con Cristo y su Iglesia).
Y lo que ocurre a nivel personal con el cristiano también ocurre con la identidad de las instituciones, sociedades y culturas nacionales. Perder la identidad es perder la unidad, es quedar dividido. Lo que está dividido es fácilmente vencido.
Por la promesa de Cristo, la pérdida de la identidad no existe para la Iglesia pero sí para la Cristiandad, es decir para el conjunto de hombres, familias, grupos y culturas cristianas.
Relativismo
"Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja sólo como medida última al propio yo y sus apetencias". – Benedicto XVI
Corriente que considera que la verdad depende de las condiciones y circunstancias del sujeto, como pueden ser: la edad, la perspectiva cultural, el subconsciente, la historia, el interés personal, el placer y utilidad encontrados en el objeto, el lenguaje de la sociedad, la educación recibida, el propio carácter y estado de ánimo. Lo que es «verdad» para uno no lo es necesariamente para otro.
Así como no hay verdad ni falsedades objetivas, absolutas, tampoco hay bondad ni maldad en cuanto tal: nada es bueno ni malo en sí mismo, sólo lo es en relación a un sujeto.
Los problemas del Relativismo:
1. El relativismo destruye el significado y el valor del conocimiento y de la comunicación
a. Si todo fuera relativo al sujeto, entonces vano es nuestro esfuerzo por conocer las cosas. No tiene sentido que leamos libros, vayamos a la escuela y a la universidad, hagamos ciencia.
b. Si todo fuera relativo al sujeto, entonces inútil y sinsentido es nuestro esfuerzo por comunicarnos. Cada quien captaría «su» verdad y no una misma idea o contenido. ¿Para qué sirve, entonces, que nos hablemos, escribamos, enseñemos, tengamos medios de comunicación social?
2. El relativismo es contradictorio
Propone la relatividad de la verdad como verdad absoluta, universalmente válida para todas las épocas, culturas y hombres. Siguiendo su lógica interna, deberíamos concluir que, si esto fuera verdad, nosotros no seríamos capaces nunca de saberlo, dado que esta «verdad» se nos presentaría también como un objeto relativo. Para ser coherente, pues, el relativismo no debería proponerse como una doctrina más objetiva que otras; no debería proponerse, por ejemplo, como una teoría mejor que la de la validez del conocimiento.
Al negar la diferencia entre verdad y falsedad, el relativismo niega el principio de no-contradicción. Todo, pues, es «verdadero», tanto una cosa como su contraria. Por ejemplo, los juicios «el mundo existe» y el «mundo no existe» tendrían el mismo valor. Igualmente, la teoría del relativismo y la de la validez del conocimiento tendrían el mismo valor. Nadie cometería jamás un error. Quien niega el relativismo no está para nada equivocado.
Además, el relativismo abandona la posibilidad del diálogo para alcanzar una verdad común sobre la que construir la convivencia humana, el desarrollo como personas y como sociedad, e introduce una dictadura, la del propio yo y sus apetencias.
Por qué el Relativismo es incompatible con la Fe cristiana
Porque es esencial al Cristianismo el autopresentarse como religio vera, como religión verdadera La fe cristiana se mueve en el plano de la verdad, y ese plano es su espacio vital mínimo. La religión cristiana no es un mito, ni un conjunto de ritos útiles para la vida social y política, ni un principio inspirador de buenos sentimientos privados, ni una agencia ética de cooperación internacional. La fe cristiana ante todo nos comunica la verdad acerca de Dios y la verdad acerca del hombre y del sentido de su vida. Afirma, con pretensión veritativa, que Dios ha creado el cielo y la tierra y que todos somos igualmente hijos de Dios. Nos dice además que Cristo es la revelación plena y definitiva de Dios, «resplandor de su gloria e impronta de su sustancia», único mediador entre Dios y los hombres.
Una Crisis de la Verdad
El relativismo es la crisis de la verdad porque se considera que el ser humano no es capaz de conocer la verdad. Se olvida que Jesús dijo "la verdad los hará libres" y se percibe a la verdad como un techo que limita nuestras posibilidades y nuestro despliegue personal o, como sujeto colectivo, nuestro despliegue cultural. Sin embargo, la verdad es una base firme sobre la que se despliega la creatividad social e individual. Mientras más firme es esa base, más alta la construcción, más posibilidades, más libertad de proyectos, de ideas, de propuestas.
Los totalitarismos del siglo XX proponían una verdad fuerte y la violencia perpetrada levantó una sospecha. Pero como dice un autor contemporáneo, el problema de esos regímenes ideológicos no eran sus ideas fuertes, sino que eran ideas equivocadas, parciales: absolutizaban un solo aspecto de la persona.
La sociedad actual necesita redescubrir su verdad más fundamental para poder superar la crisis que estamos viviendo desde hace años ya: la dignidad humana, el respeto absoluto por los derechos humanos de cada persona, que es única e irrepetible y merece todo el respeto. Sin esta base, unos instrumentalizarán a otros para sus propios fines, y los seres humanos serán usados en lugar de respetados.
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