CUÍDATE DE JUDAS

TEMA: CUÍDATE DE JUDAS

Texto Central: Lucas 22:3

Entonces entró Satanás en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote.

Mateo, Capt. 23.

47-Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48-El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle.» 49-Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.

Introducción

Para algunos creyentes cristianos, analizar el caso de Judas Iscariote resulta un problema. Porque vemos a un hombre que fue escogido por Jesús para que fuera su discípulo (Lucas 6:12-16) y que fue usado por Dios para que glorificara Su Nombre (Mateo 10:1-4).

Judas caminó con Jesús tres años, escuchó los sermones de Jesús, sus enseñanzas en contra de la lujuria, la codicia, y la dureza de corazón y aun así Judas traicionó a Jesús vendiéndolo por el precio de un esclavo.

Judas vio los milagros poderosos del Señor, incluyendo cuando resucitó a Lázaro (Juan 11:38-44) y seguramente, también estuvo sirviendo las canastas cuando la alimentación de los cinco mil. (Mateo 14:20).

Todos hemos visto muchos retratos de Judas como un hombre malo y no como un apóstol.

Sin embargo, de acuerdo a la Biblia, todavía un día antes de que fuera traicionado el Señor, los otros once no se imaginaban que fuera Judas el que haría la traición (Juan 13:21-22).

Todavía Judas se atrevió a decirle al Señor ¿Estás hablando de mí, Señor? Los otros no se lo imaginaban (Mateo 26:25; Juan 13:27-29).

Lo más seguro es que Judas no hacía evidente su rol de traidor, lo ocultaba muy bien.

¿Cómo crees que hubieran reaccionado los otros discípulos si tan sólo se hubieran imaginado o sospechado que Judas intentaba vender al Maestro por 30 monedas de plata? Este Judas era un perfecto doble cara. Realmente no se le notaba que sería el traidor.

Comentarios

Judas no solo traiciono a Jesús el día que lo beso. Su caída no fue cosa de un día o un momento; Hace tiempo que este hombre venia siendo tentado y cayendo, y lo peor era que no hacia nada para detener esto que le estaba sucediendo.

El pecado nos siega, empieza a drenar lo que hay de Dios en nuestras vidas. Comenzamos a experimentar un proceso de descomposición interna donde tarde o temprano nos rendimos a las malas prácticas.

Es ahí donde judas se evidencia en nosotros. Vendemos a Jesús por monedas. Ya las cosas terrenales empiezan a ser más prioritarias que las espirituales.

Nuestros principios entran en negociación. Ya lo malo, no están malo. Las cosas que antes desechábamos,

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