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Comunicación con Dios


Enviado por   •  23 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  1.209 Palabras (5 Páginas)  •  222 Visitas

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Amén

Amén, es la palabra más usada a la hora de nuestra comunicación con Dios. En hebreo, Amen pertenece a la misma raíz que la palabra "creer". Esta raíz expresa la solidez, la fiabilidad, la fidelidad. Así se comprende por qué el "Amén" puede expresar tanto la fidelidad de Dios hacia nosotros, como nuestra confianza en Él. Es por tanto; alianza, fe.

Entonces, podemos cuestionarnos: ¿amen y fe es lo mismo? En la palabra amen, está contenida la palabra fe. Y obliga la pregunta, ¿qué es la fe? Nuestra respuesta debe ser: es la forma de permanecer del hombre en toda la realidad, forma que no se reduce al saber ni que el saber puede medir; es la orientación sin la que el hombre estaría sin patria, la orientación que precede al calcular y actuar humanos.

Ya hemos definido algo del amen; la fe. Pero ¿Qué significa esa forma cristiana de la fe? Creer cristianamente significa: confiarse a la inteligencia que me lleva a mí y al mundo, considerarla como el fundamento firme sobre el que puedo permanecer sin miedo alguno. En lenguaje más tradicional podemos afirmar que creer cristianamente significa comprender nuestra existencia como respuesta a la palabra, al logos que lleva y sostiene todo. Significa decir sí a la inteligencia que nosotros no podemos hacer, pero sí recibir; a la inteligencia que se nos da para que sólo tengamos que aceptarla y fiarnos de ella. Según eso, la fe cristiana es una opción en pro de que lo recibido precede al hacer. Esto no quiere decir que el hacer se desprecie o se considere superfluo. Sólo porque hemos recibido, podemos .hacer. La fe cristiana significa también, como hemos dicho, una opción en pro de que lo invisible es más real que lo visible.2

Reconocer un ser superior al cual llamamos Dios y todo procede de y por su palabra, es en definitiva una profesión de fe, y esto es lo que definimos como forma cristiana de fe, que a su vez llamamos amen. Por tanto: amen es una profesión de fe.

¿La primera y última palabra del credo tiene algo en común? Si, se entrelazan mutuamente, encierran todas las demás expresiones y constituyen el contexto de todo lo que se halla entre ellas. La resonancia de las palabras, creo y amén, muestra el sentido de todo el movimiento espiritual del que tratamos. Esto no quiere decir que lo que aquí sucede sea un entregarse a lo irracional. Es, por el contrario, un acercarse al logos, a la ratio, a la inteligencia, y así a la verdad misma, ya que el fundamento sobre el que se sostiene el hombre no puede ni debe ser a fin de cuentas sino la verdad.2 Así pues, el "Amén" final del Credo recoge y confirma su primera palabra: "Creo".

La palabra amén. Expresa: confiar, fidelidad, firmeza, firme fundamento, permanecer, verdad. Pues bien, la actitud cristiana expresada con esa palabra significa que aquello en lo que el hombre permanece y que puede ser para él inteligencia, sólo puede ser la verdad misma. Sólo la verdad que es fundamento adecuado de la permanencia del hombre. Por eso el acto de fe cristiana incluye esencialmente la convicción de que el fundamento inteligente, el logos en el que nos mantenemos, en cuanto inteligencia es también verdad. La inteligencia que no fuese verdad sería no inteligencia. La inseparabilidad de la inteligencia, del fundamento y de la verdad, expresada tanto en la palabra hebrea amén, como en la griega logos, supone toda una concepción del mundo. La inseparabilidad de la inteligencia, del fundamento y de la verdad, expresada con palabras para

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