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Corpus Cristi


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  1.624 Palabras (7 Páginas)  •  338 Visitas

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CORPUS CHRISTI 2013

LA PUERTA DE LA FE, ESTÁ SIEMPRE ABIERTA PARA TODOS

“La puerta de la fe”, que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el Bautismo, con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en Él.

Profesar la fe en la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, equivale a creer en un solo Dios que es Amor: el Padre, que en la plenitud de los tiempos envío a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor.

El Año de la Fe desea contribuir a una renovada conversión al Señor Jesús y al redescubrimiento de la fe, de modo que todos los miembros de la Iglesia sean para el mundo actual testigos gozosos y convincentes del Señor resucitado, capaces de señalar la “puerta de la fe” a tantos que está en búsqueda de la verdad. Esta “puerta” abre los ojos del hombre para ver a Jesucristo presente entre nosotros “todos los días hasta el fin del mundo”. Él nos enseña cómo “el arte de vivir” se aprende “en una relación intensa con Él”.

“Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”.

LA SAGRADA ESCRITURA: DEPÓSITO DE LA FE

"El depósito sagrado" de la fe, contenido en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura, fue confiado por los apóstoles al conjunto de la Iglesia. "Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la eucaristía y la oración, y así se realiza una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida" (DV 10).

Dios quiso dejarnos a los hombres un mensaje escrito y lo hizo en las Sagradas Escrituras. Dios le habla al hombre en lenguaje de hombre. Esto es una prueba maravillosa de su delicadeza y amor. Dios usa palabras humanas, accesibles a todos los hombres, de todas las edades y todas las culturas. Él quiere que le entendamos, que captemos la totalidad de su mensaje.

A Jesucristo se le llama “el Verbo”. Jesucristo es la Palabra de Dios que se hizo hombre para salvarnos. Y este mismo Verbo, esta misma Palabra de Dios, el mismo Jesucristo, es el que está en las Sagradas Escrituras en forma de palabras humanas, accesibles para nosotros. Por esta misma razón es una Palabra viva, porque Jesucristo está vivo y presente en ella, como lo está en la Eucaristía, y es Él quien nos habla a través de ella.

Es preciso celebrar este Año de la Fe de manera digna y fecunda, intensificando la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa. Tenemos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre.

El Año de la Fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica. En efecto, en él se pone de manifiesto la riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil años de historia. Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los maestros de Teología a los Santos de todos los siglos.

SACRAMENTOS: VIVENCIA Y CRECIMIENTO DE LA FE

Es preciso que este Año de la Fe que vivimos, suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Es también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía, que es “la cumbre a la que tiende

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