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Documentos Sociales De La Iglesia


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2013  •  10.277 Palabras (42 Páginas)  •  507 Visitas

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LOS DOCUMENTOS SOCIALES DE LA IGLESIA.

Las encíclicas sociales (e.s.) constituyen un verdadero patrimonio sobre la enseñanza social de la Iglesia.

Las e.s. implican una relectura de la teología de la caridad, en la óptica de la justicia en el mundo contemporáneo. Ellas tratan de iluminar las inteligencias y dirigir los corazones para que el compromiso social del cristiano sea hecho según las actitudes morales que el evangelio promueve.

1. RERUM NOVARUM - 15 de mayo de 1891.

León XIII dirige al mundo su mensaje movido por la profunda convicción de que a la Iglesia le corresponde no sólo el derecho sino también el deber de pronunciar una autorizada palabra sobre las cuestiones sociales. No es intención el establecer normas técnicas en relación a la cuestión social, sino el juzgar sobre si las bases de un determinado ordenamiento social están de acuerdo con los principios del evangelio.

Mientras el Estado consideraba como única tarea el tutelar la libertad con el derecho, León XIII recordó que también era deber suyo el aplicarse a la previsión social. Así, la R.N. se convierte en la Carta Magna de la actividad social cristiana. Sale al paso del socialismo de estado y del liberalismo imperantes en la Europa de finales del s. XIX.

La solución propuesta por la Iglesia recomienda que el Estado no absorba ni al ciudadano, ni a la familia:

Justo es que al ciudadano y a la familia se les deje facultad de obrar con libertad en todo aquello que, salvo el bien común y sin prejuicio de nadie, se puede hacer (principio de subsidiariedad)[55]. Al mismo tiempo, los que gobiernan, deben proteger a la comunidad y a los individuos que la forman, porque a los que gobiernan les ha confiado la naturaleza la conservación de la comunidad. La administración de la cosa pública es por su naturaleza ordenada, no a la utilidad de los que la ejercen, sino a la de aquellos sobre quienes se ejerce (sentido de justicia bíblica) [55].

Temas tratados:

- Rechaza la solución SOCIALISTA, la lucha de clases, y la estatización de la propiedad privada, porque perjudica al obrero, es injusta y pervierte los deberes del Estado (los derechos del individuo y de la familia son anteriores a los de la sociedad civil).

- La solución cristiana del problema obrero se basa en la proclamación de la dignidad del hombre y de todo hombre, por haber sido creados por el mismo Dios y tener todo el mismo fin.

- Sobre las riquezas; es fundamental la distinción entre la justa posesión del dinero y el uso justo del mismo. La posesión de los bienes es derecho natural del hombre; sin embargo, el destino de los bienes es comunitario [37].-18

Orienta a la sociedad, al indicar que la perfección de toda asociación consiste en trabajar para conseguir el fin para la que fue establecida. El Estado debe defender a todos, especialmente a los pobres. La subsidiariedad y el respeto de la propiedad privada no niegan la intervención del Estado en defensa de la comunidad y de sus miembros. El respeto por la dignidad del obrero: jornada laboral, salario justo, el derecho de asociación laboral.

2. QUADRAGÉSIMO ANNO - 15 de mayo de 1931.

Pío IX conmemora el 40 aniversario de la encíclica de León XIII. Se refiere a la restauración del orden social por la reforma cristiana de las costumbres.

El contexto histórico es distinto: el socialismo se convierte en sistema político y social en varios países democráticos, además de Rusia. Imperan los totalitarismos de estado como el fascismo, nazismo y comunismo. Europa no acaba de reponerse de la Primera Guerra Mundial.

Se divide la encíclica en tres partes: En la primera se resaltan los beneficios de la R.N. que explícito la doctrina social de la Iglesia, recordó los deberes del Estado hacia la clase trabajadora y el apoyo al derecho natural de asociación.

En la segunda parte, la Q.A. trata de la doctrina económica y social de la Iglesia. "La economía y la moral, cada cual en su esfera peculiar tienen principios propios, pero es un error afirmar que el orden económico y el orden moral están separados y son tan ajenos entre sí, que aquél no depende para nada de éste" (11,0). La encíclica desarrolla los puntos relacionados con: el derecho de propiedad (que tiene un carácter individual y social), el capital y el trabajo, el salario justo (que alcanza a cubrir el sustento de su familia - toma en cuenta las condiciones de la empresa - la cuantía del salario debe acomodarse al bien público económico), el corporativismo cristiano (el principio de solidaridad fortalece los cuerpos intermedios y supera el individualismo liberal y el estatismo totalitario), de modo que los obreros participen en cierta manera de la propiedad, administración y ganancias obtenidas de las empresas.

Pío XI indica que los poderes públicos deben estar activamente presentes, a fin de promover debidamente el desarrollo de la producción en función del progreso social, en beneficio de todos los cristianos. Su acción tiene carácter de orientación, de estímulo, de coordinación, de suplencia y de integración, debe inspirarse en el principio de subsidiariedad: “debe con todo quedar a salvo el principio importantísimo en la filosofía social: que así como no es lícito quitar a los individuos lo que ellos pueden realizar con sus propias fuerzas e industria para confiarlo a la comunidad, así también es injusto reservar a una sociedad mayor o más elevada lo que las comunidades menores e inferiores pueden hacer, Y esto es juntamente un grave daño y un trastorno del recto orden de la sociedad; porque el objeto natural del cualquiera intervención en la sociedad misma es el de ayudar de manera supletoria a los miembros del cuerpo social, y no destruirlos y absorberlos" [Q.A. 11,5; M.M. 11,0]

La tercera parte de la encíclica considera los grandes cambios ocurridos en la economía y el socialismo: se lucha por la hegemonía económica, se utiliza el poder público como medio de influencia y autoridad para beneficio de unos pocos, pugnan entre sí los diferentes Estados para promover cada cual los intereses económicos de sus súbditos. Hace un llamado a una reforma de las costumbres, ya que el orden social debe ser precedido por la renovación del espíritu cristiano. La descristianización del orden social y económico tiene su raíz en el pecado que conduce a quebrantar las leyes de Dios y conculcar los derechos del prójimo. - 50

Pío XI recuerda que no se puede tomar como criterio supremo de la actividad económica el interés individual o

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