Ensayo: La muerte.

LA MUERTE

La muerte ha tenido distintos significados de acuerdo al contexto histórico cultural de cada sociedad motivando prácticas y rituales para manejar la finitud de la vida. En algunas sociedades se ve como la fase final del ser humano y en otras como el comienzo de una nueva etapa necesaria para la continuación de la existencia humana, sin embargo, en ambas existe una reflexión sobre el sentido de la vida y la finitud del hombre y la mujer.

Al observar las prácticas y los rituales realizados en torno a la muerte, nos encontramos con un elemento que se muestra constante: existe la creencia de que el cuerpo cuenta con una fuerza o una esencia, no visible, que al morir se desprende del sujeto y parte hacia el mundo de los muertos. La esencia llamada alma es quien otorga vitalidad al individuo, quien le da movimiento e identidad de ser el mismo (a través de la envoltura carnal) y quien en algún momento deberá emprender un viaje a un “más allá” un mundo donde ya no existirá sufrimiento y el dolor. A partir del alma de cada persona, se reconocerá al hombre y a su ser. Es algo intangible pero que todos los hombres reconocen y dicen llevar consigo, sin lograr dar explicación de lo que realmente es.

Entonces, cuerpo y alma son una sola unidad, aunque al morir esta última debe dejar el cuerpo (siempre temporal) para trascender hacia la vida eterna. Esta creencia se comparte en una infinidad de culturas. La muerte de algún individuo siempre afecta a los grupos en los que sucede la pérdida, sin embargo, la creencia en el alma y el mas allá ha sido uno de los principales elementos que han permitido mantener calmada la angustia y el sufrimiento en torno a la pérdida de un ser querido, creyendo que parte para vivir en otro lugar.

El alma es algo que el hombre no puede explicar completamente. A pesar de provenir de pensamientos míticos, la ciencia no descarta la existencia de esta, en los últimos años observamos que algunos investigadores científicos han realizado trabajos que pretenden demostrar la existencia del alma. Aunque en el discurso científico y sobre todo filosófico, se apunta más hacia el saber del ser y la conciencia; por el lado religioso se dirige hacia la esencia del sujeto que al morir se desprende hacia el mundo de los muertos, pero para que ello suceda se deben realizar las exequias correspondientes con todos sus debidos detalles.

Si existe una discusión en torno a las semejanzas y diferencias entre la ciencia y la religión, el alma es uno de los temas centrales en los que ambas partes pretenden imponer su postura y resolverlo a partir de sus propios medios. Desde la visión mítico- religiosa, el alma es quien pagara por todo el mal que la persona realice en la tierra, y ante esto se le debe otorgar el perdón antes de ir al mundo de los muertos o según la creencia del budismo tántrico del Tíbet, permite alcanzar la iluminación durante el periodo posterior a la muerte se considera que la muerte dura 49 días y después de ello sobreviene un renacimiento en el ciclo de la reencarnación. Por ello, el ritual funerario cumple la función de purificar el cuerpo, separar el alma/cuerpo, y también de eximir el ánima de todos los males que ha realizado en el mundo de los vivos.

Un alma debe ser ritualizada, pues si no se le brinda una celebración adecuada, que la ayude a convertirse un ánima purificada, no podrá ser vista como algo ¨sagrado¨, se quedara vagando en el mundo de los vivos, convirtiéndose en un peligro para estos. Las personas pertenecientes a la religión católica suelen decir que si alguien muere y no tiene gente cercana que le celebre un funeral o le dedique rezos, el alma no va a estar tranquila y se quedara vagando y molestando a la gente que no lo ha ayudado a irse de este mundo. La muerte no separa del todo a los seres cercanos que la han sufrido, debido a que en la lógica del imaginario funerario la muerte no significa un estado de inercia, sino un proceso de transformación o de actividad sobrenatural.

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