Espiritualidad

Antes de iniciar con el área de espiritualidad, debemos saber que es la espiritualidad todos sabemos que es, pero es importante recordar que es y cómo se vive, principalmente porque es un factor indispensable para ser una comunidad, no un grupo. Porque sabemos que lo que a nosotros nos hace diferente de los grupos de allá afuera es Dios, es nuestro testimonio, es nuestra espiritualidad.

Les voy a pedir que en una hoja escriban que es para ustedes la espiritualidad (darles un momento). Ahora que ya expresaron que es la espiritualidad, escriban que es para ustedes una persona espiritual (darles un momento).

Vamos a compartir que escribieron en la segunda pregunta: ¿Qué es una persona espiritual? (Escuchar las respuestas)

El Padre María Caro dice que no es una persona que “realiza prácticas religiosas o espirituales, sino porque se deja conducir por el Espíritu. Es decir una persona es espiritual si obedece a Dios, no importa que la imagen de Dios no sea precisamente el revelado por Jesucristo (que es en el que creemos los cristianos). Nosotros los cristianos tenemos la gracia y la alegría de conocer a Dios tal y como él es porque Jesucristo, su único Hijo, nos lo ha revelado. Sin embrago, si un musulmán verdaderamente se deja guiar por el Espíritu, lo mismo que un budista o de cualquier credo o religión, estaremos hablando de una persona espiritual. Lo importante entonces es estar lleno del Espíritu y dejarnos conducir con docilidad por él.” Como conclusión es una persona que vive y actúa según el espíritu.

Ahora veamos la primera pregunta: ¿Qué es la espiritualidad? La definición exacta es que la espiritualidad es: “Parte de la teología que estudia el dinamismo que produce el Espíritu en la vida del alma: cómo nace, crece, se desarrolla, hasta alcanzar la santidad a la que Dios nos llama desde toda la eternidad, y transmitirla a los demás con la palabra, el testimonio de vida y con el apostolado eficaz.”

Pero ya no tanto como “la que estudia” sino como práctica, la espiritualidad es un camino que “busca doctrina teológica y vivencia cristiana. Si sólo optara por la doctrina teológica quitando la vivencia, tendríamos una espiritualidad racional, intelectualista y sin repercusión en la propia vida. Y si sólo optara por la vivencia cristiana, sin dar la doctrina teológica, la espiritualidad quedaría reducida a un subjetivismo arbitrario, sujeta a las modas cambiantes y expuesta al error. Así pues, la verdadera espiritualidad cristiana debe integrar doctrina y vida, principios y experiencia, teoría y práctica, contemplación y apostolado.”

“Lo importante en la vida es ser santo, meta del verdadero hombre espiritual. En base a esto podemos decir que la espiritualidad no es otra cosa que los elementos particulares que permiten que la gracia de Dios (el Espíritu Santo) crezca, se desarrolle y dé fruto a fin de alcanzar la santidad. Estos elementos irán creando en la persona un estilo de vida particular. En sentido estricto dentro del cristianismo solo existe una espiritualidad y que es precisamente “la espiritualidad cristiana” que tiene como meta la configuración con Cristo modelo acabado de santidad.”

Podríamos decir de una manera muy poética o romántica que, así como la frase de la felicidad que dice que la felicidad no es la meta sino el camino, de igual manera, la espiritualidad ese camino que nos lleva a la Santidad, que nos ayuda dejarnos conducir por el espíritu.

Si la espiritualidad son los elementos que permiten que la gracia se desarrolle o crezca y nos lleve a la Santidad, que el Espíritu nos guie, esta combinación entre doctrina y vida… ahora viene la tercera pregunta: ¿cuáles son esos elementos, de lo que se vale la espiritualidad? (dar tiempo para que los escriban, luego lo comenten).

El Padre María Caro sugiere dos elementos base: la vida interior y la vida ascética.

Propone que la vida interior esta basada en tres ejes que son la oración, los sacramentos y la lectura de la Sagrada Escritura. Que lo vemos en Hechos de los Apóstoles en la comunidad primitiva (segundo capítulo, versículo 42) que vivían en los cuatro pilares de la fe: oración, Palabra de Dios, la Eucaristía (para tenerla es necesario el sacramento del bautismo y penitencia) y la comunidad (la cual ellos le llaman convivencia). Cada pilar es un tema distinto y podríamos hablar miles de horas de cada uno de ellos porque son maravillosos, pero por ahora solo los mencionaremos sin profundizar en ellos. Y si nos fijamos bien, en el único lugar en donde se viven a la vez los cuatro pilares son en la Santa Misa.

El otro elemento que propone es la vida ascética. ¿alguien sabe que es esto? Según el diccionario, es una definición por decirlo de alguna manera, mundana: “persona que se dedica a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual y lleva una vida modesta y sobria.” Dice el Padre que se apoya de la penitencia con una doble intención: la purificación y para fortalecer la vida. Bien sabemos que toda penitencia, por el sufrimiento que se vive, nos ayuda a purificarnos pero también a la vez, si fortalecemos nuestra voluntad con la penitencia, también nuestra voluntad estará fortalecida ante la tentación.

La vida interior es abrirnos a la gracia de Dios que se dona y la vida ascética es como la respuesta o el esfuerzo humano que nos dispone o nos prepara para

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