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FORTALEZA EN MEDIO DE LAS PRUEBAS


Enviado por   •  23 de Junio de 2013  •  1.473 Palabras (6 Páginas)  •  475 Visitas

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Fortaleza en medio de las pruebas

Las pruebas han sido la experiencia común de la humanidad a lo largo de la historia.

¿Por qué Dios permite que pasemos por tiempos difíciles? A veces, los cristianos creemos que si estamos siguiendo al Señor, Él debe protegernos de los problemas. Pero Jesús nunca prometió a sus discípulos una vida fácil y cómoda. Por el contrario, les dijo que esperaran tribulaciones (Jun. 16.33). Después de todo, Cristo mismo no estuvo exento de aflicciones. Él fue llamado “varón de dolores” (Isa 53.3).

Las pruebas han sido la experiencia común de la humanidad a lo largo de la historia. Al recordar esas situaciones desde la perspectiva de Dios, podemos tener una mejor comprensión que nos ayudará a reaccionar sabiamente en el futuro. El Señor utiliza las dificultades para lograr algo bueno en nuestras vidas, pero el experimentar estos beneficios dependerá de nuestra respuesta.

Tenga la actitud correcta

¿Cómo reacciona usted cuando experimenta alguna dificultad o aflicción? ¿Se lamenta y auto compadece? ¿Se enoja y culpa a otros de sus problemas? Todas estas reacciones llevan a la desdicha, pero Santiago 1.2-6 (Reina Valera Contemporánea – RVC) presenta una perspectiva totalmente diferente en cuanto al sufrimiento: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuanto estén pasando por diversas pruebas” (v. 2).

Algunos pueden leer ese versículo y pensar: ¡Qué declaración tan absurda! Las pruebas y las lágrimas van juntas. ¿Cómo es posible tener gozo? Pero Santiago entiende algo sobre el sufrimiento que nosotros necesitamos saber. La palabra considérense está relacionada con la palabra “estímense”. Santiago no nos está diciendo que nos deleitemos en la aflicción y que nos sintamos felices, sino que estimemos nuestras pruebas como una oportunidad para recibir las bendiciones que Dios nos ha prometido cuando reaccionamos sabiamente.

No sé lo que usted está enfrentando ahora mismo. Pero sí sé que si está dispuesto a ver la situación con gozo, descubrirá la bondad de Dios en medio del sufrimiento. A diferencia de la felicidad, el gozo no depende de las circunstancias agradables, porque lo produce el Espíritu Santo que mora en nosotros.

Determine la causa

Saber cómo se inició la prueba puede ayudarle a entender la manera sabia de reaccionar. Dado que nuestros problemas se originan de fuentes diferentes, necesitamos adecuar nuestras respuestas según el caso. Cada vez que se halle en una dificultad, pídale al Señor que le ayude a determinar la causa y la respuesta conveniente. He aquí algunas fuentes comunes de dificultades.

Uno mismo. A veces nos metemos en problemas por nuestras propias decisiones o acciones. Podemos encontrarnos en una dificultad, simplemente porque hemos plantado la semilla problemática y ahora estamos cosechando lo que hemos sembrado (Gá 6.7, 8). La buena noticia es que si nos arrepentimos y humillamos, el Señor nos rescatará de nuestro fracaso y nos enseñará lecciones valiosas.

Los demás. Pero también hay veces en que nuestros problemas son el resultado de las decisiones o la conducta de otra persona. Tal vez el proceder de un ser querido le ha causado sufrimiento, o tal vez un enemigo está difamándole. En cualquier caso, su tarea es perdonar a quienes les hagan mal y buscar la sabiduría de Dios para hacer frente a la situación de una manera que lo honre a Él.

El mundo. Muchas de nuestras pruebas son simplemente el resultado de vivir en un mundo caído. Se producen accidentes, las personas se enferman, los desastres naturales nos golpean, estallan guerras; y no tenemos control sobre nada de esto. Nuestra esperanza es que un día, cuando Cristo vuelva, todo esto terminará y viviremos en paz. Mientras tanto, recurrir al poder sustentador del Espíritu Santo nos permitirá reaccionar de una manera que atraiga a otros al Salvador.

Satanás. También tenemos un adversario que quiere devorarnos. El diablo está tratando constantemente de debilitar nuestra fe, arruinar nuestro testimonio, y hacernos inútiles para el reino de Dios. Pero no estamos indefensos ante sus arremetidas. Dios nos ha dado su armadura espiritual para protegernos de los ataques del enemigo (Ef. 6.11).

Dios. Porque el Señor es soberano sobre todas las cosas, ninguna prueba puede tocarnos a menos que Él lo permita. Nuestro Padre celestial sabe que algunas veces la única manera cómo podemos crecer espiritualmente es a través del sufrimiento. El dolor puede agudizar nuestra sensibilidad a su presencia y darnos oídos cuando hemos sido sordos a su voz. Revela los pecados ocultos, y nos purifica de la manera que el fuego refina al oro. Desde el punto de vista humano, las pruebas duelen; pero desde

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