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Formación Cristiana III


Enviado por   •  29 de Junio de 2015  •  1.134 Palabras (5 Páginas)  •  205 Visitas

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Artículo 2

GRACIA Y JUSTIFICACIÓN

I La justificación

La gracia del espíritu santo nos concede la justicia de Dios. El poder del Espíritu une al hombre por medio de la fe y el bautismo a la pasión y resurrección de Cristo, haciéndolo participe de su vida.

La justificación y la conversión representan dos aspectos fundamentales y movilizadores de la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo el perdón y la justicia de lo alto. La justificación reconcilia al hombre con Dios acercándolo a la santificación y a la renovación interior.

La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo. Nos es concedida mediante el Bautismo, conforma al hombre con la justicia de Dios y lo hace justo, tiendo como fin la gloria de Dios, de Cristo y el don de la vida eterna.

Es la justificación la obra más excelente de la misericordia de Dios, manifestado en Jesús y concedido por el Espíritu Santo.

II LA GRACIA

La gracia es el favor o auxilio que Dios nos da para poder responder a nuestra vocación natural y llegar a ser sus hijos adoptivos. Nos introduce en la vida trinitaria por el Bautismo haciéndonos participe de la gracia de Cristo.

La iniciativa divina de la obra de la gracia previene, prepara y promueve la respuesta libre del hombre -porque lo creo a su imagen y semejanza, concediéndole la libertad de poder conocerle y amarle-. La gracia aspira a la libertad humana, a la cooperación y a su perfeccionamiento.

La gracia santificante es el don gratuito que Dios nos hace de su vida, inserta por el Espíritu Santo a nuestra alma para curarla del pecado y santificarla. Esta gracia santificante nos hace “agradables a Dios”. Existen las gracias especiales del Espíritu Santo, los denominados carismas, están ordenados a la gracia santificante que tiene como fin el bien común de la iglesia y están al servicio de la caridad que edifica la iglesia. Por ser sobrenatural la gracia sólo puede ser conocida por la fe.

III EL MÉRITO

El término mérito designa retribución debida por parte de un sujeto de acuerdo con una acción, que según sea considerada, conllevara una recompensa o sanción. El hombre por sí mismo, no tiene mérito ante Dios, sino como consecuencia de la libre asociación del hombre a la obra de su gracia. Es decir el mérito pertenece en primer lugar a la gracia de Dios y en sugundo lugar a la colaboración del hombre. El mérito del hombre representado en sus buenos actos, retorna a Dios.

La gracia del Espíritu Santo en virtud de la adopción filial, puede conferirnos un verdadero mérito, según la justicia gratuita de Dios. Se trata de un derecho por gracia, que nos hace coherederos de Cristo y dignos de obtener la prometida vida eterna. Los méritos de nuestras buenas obras son dones de Dios.

La caridad es la fuente principal de todos nuestros méritos ante Dios. La gracia unida a Cristo asegurara los actos buenos y por ende los méritos ante Dios. Pero ante todo debemos obtener la gracia primera que pertenece a Dios. Bajo la conversión del Espíritu santo podemos merecer gracias útiles a nuestro favor y de los demás para llegar a la vida eterna y también a los bienes temporales- salud, amistad-.

IV LA SANTIDAD CRISTIANA

“Todos los fieles son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”…Esta unión íntima con Cristo (mística) dada mediante los sacramentos y en el misterio de la Santísima Trinidad; nos demuestra que no hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual.

Los

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