Iglesia Príncipe de Paz Academia de Liderazgo

Republica Bolivariana de Venezuela

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1.- Diga tres ejemplos de la Fe

a.- “Tengan fe en Dios. Les digo la verdad: cualquiera que le diga a esta montaña: “Levántate y lánzate al mar” y no dude en su interior sino que crea que sucederá lo que dice, así se hará. Por eso les digo que cuando pidan algo en sus oraciones, pídanlo convencidos de que ya lo han recibido y entonces todo lo que pidan será suyo”… Marcos 11:22-24

Un verdadero obrero de Dios debe creer, nunca puede decir no puedo, solo debemos decir no puedo al pecado, debe tener la convicción de que al señor le agrada que tengamos fe en sus obras, cuando andamos en fe todo lo que pidiéramos nos será dado, aun cuando parezca imposible, solo tenemos que pedirlo con fe y nos será concedido.

b.- “También dice:” El mensaje de Dios está muy cerca de ti”. Está tan cerca como lo están tu boca y tu corazón. Es el mismo mensaje de fe que nosotros anunciamos. Será salvo si reconoces abiertamente que Jesús es el Señor y si crees de todo corazón que Dios lo levantó de la muerte. Pues Dios te aprobará si crees de todo corazón, y te salvará si con tu boca lo confiesas abiertamente”… Romano 10:8-10

Si vamos a predicar, lo debemos hacer con fe y de corazón, ya que lo que tengo en mi corazón debo tenerlo en mi boca. Si lo tengo en mi corazón lo debo confesar con la boca, ya que no debo confesar sin haberlo creído. Cuando hablamos positivamente estamos creyendo en fe.

c.- Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: “Danos más fe!. El Señor les dijo:..Si ustedes tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, podrán decirle a este árbol: “Levántate de ahí y plántate en el mar” y el árbol les obedecerá”… Lucas 17: 5

La fe no tiene tamaño, peso ni medida, solo debemos tener la convicción de que existe, ya que solo pedir con fe todo se nos dará. Si nuestra fe es como un grano de mostaza al sembrarla da un gran árbol tan frondoso así será nuestra fe si la tenemos de corazón, lo que quiere decir que con algo tan pequeño obtendríamos todo las bendiciones que nuestro señor nos tiene preparados para nosotros.

Todos deseamos tener más, especialmente cuando tenemos problemas gigantescos. Sin embargo, la mayoría de nosotros practicamos mucho la fe. Nos sentamos en sillas sin probarlas antes; usamos hornos sin analizar cómo funcionan, entramos llaves en las puertas y esperamos que abran. No solemos ir por ahí quejándonos y diciendo: “¡Cómo me gustaría tener más fe en las sillas, los hornos y las llaves!” Dependemos de estos objetos porque los consideramos confiables, no porque hayamos desarrollado grandes sentimientos de confianza.

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