Itinerario De Fe
joanfc19 de Marzo de 2013
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DIOS NOS AMA
ITINERARIO PARA NIÑOS Y NIÑAS
ENTRE 7 Y 9 AÑOS
PARA REALIZARLO
ANTES
de prepararse a la Primera Confesión y Primera Eucaristía
El itinerario llamado: DIOS NOS AMA, sugerido para niños y niñas entre 7-9 años.
Contiene Dos etapas:
PRIMERA ETAPA
TENEMOS UN DIOS QUE NOS AMA
Encuentro 1: Somos amigos de Jesús
Encuentro 2: ¡Qué maravilla, señor!
Encuentro 3: ¡Qué hermoso!, nos parecemos a Dios
Encuentro 4: Dios tiene un plan para mí
Encuentro 5: Dios nos envía un mensaje
Encuentro 6: Dios nos busca por que nos ama
Encuentro 7: ¿Dónde está tu hermano?
Encuentro 8: A Dios le podemos decir “sí” o “no”
Encuentro 9: CELEBRACIÓN: “nosotros creemos en Dios” (entrega del símbolo)
Encuentro 10: Un amigo de Dios: Abrahán
Encuentro 11: Un gran libertador: Moisés
Encuentro 12: Celebramos las maravillas de Dios
Encuentro 13: Dios nos quiere libres
Encuentro 14: Un camino de esperanza: El desierto
Encuentro 15: Un compromiso de amor: Los Mandamientos
Encuentro 16: Dios da la tierra a su pueblo
Encuentro 17: Un rey en nuestra historia (David)
Encuentro 18: Dios habla a su pueblo: Los profetas
Encuentro 19: ¡Hasta pronto amigos! (celebración)
SEGUNDA ETAPA
JESÚS: UN AMIGO INSEPARABLE
Encuentro 1: Nos volvemos a encontrar
Encuentro 2: Tenemos una Madre que nos ama
Encuentro 3: Jesús nos muestra al Padre
Encuentro 4: Nuestro pacto de amor con Dios
Encuentro 5: Dios se ha hecho hombre
Encuentro 6: Somos el amor de Jesús
Encuentro 7: Y ¿qué es el Reino?
Encuentro 8: Jesús tiene un secreto
Encuentro 9: CELEBRACIÓN: TENEMOS UN PADRE QUE NOS AMA (entrega del Padrenuestro)
Encuentro 10: Somos discípulos de Jesús
Encuentro 11: Amémonos los unos a los otros
Encuentro 12: Jesús nos propone su camino (las Bienaventuranzas)
Encuentro 13: Oremos como Jesús
Encuentro 14: Jesús nos entrega su vida
Encuentro 15: Por nuestra salvación
Encuentro 16: Dios aprueba la obra de Jesús
Encuentro 17: ¡Jesús está vivo!
Encuentro 18: ¡Es el Señor!
Encuentro 19: CELEBRACIÓN: ¡JESÚS NOS ESPERA!
Oraciones que los niños y niñas deben aprender en este itinerario:
Primera etapa:
• credo,
• mandamientos de la ley de Dios,
• obras de misericordia y
• misterios luminosos.
Segunda etapa:
• Las bienaventuranzas,
• misterios dolorosos y
• la salve.
Al finalizar este itinerario se motivan para prepararse al celebrar los sacramentos de la Primera Confesión y la Primera Eucaristía. Las parroquias que estimen conveniente, pueden seguir el texto de la Diócesis: “Discípulos y misioneros en Comunión con Cristo”, ya conocido por muchos catequistas.
INTRODUCCIÓN
DIOS NOS AMA: este itinerario en dos etapas ha sido sugerido por algunos catequistas que, cuando se enfrentan a la preparación de los niños y las niñas para los sacramentos de la Eucaristía y la Confesión, constatan que éstos ignoran la historia de la salvación, las oraciones básicas del cristiano, ya que vienen de hogares y escuelas donde no se ha realizado ningún proceso de Iniciación Cristiana y lógicamente, no han hecho una opción por Jesucristo, de tal manera que la petición de estos dos importantes sacramentos, la mayoría de los casos, por parte de la mamá para sus hijos, obedece a cuestiones de costumbres sociales y a otros motivos que no podemos entrar a analizar en esta breve introducción.
Esta situación ha llevado a muchos catequistas a plantear la necesidad de proponer un itinerario catequístico de Iniciación Cristiana para ser realizado antes de entrar de lleno en la preparación para la celebración de los dos sacramentos antes mencionados. Creemos que será un camino muy difícil de recorrer, pues los principales obstáculos se encuentran al interior de las familias y de las mismas parroquias, pero estamos convencidos que no obstante las dificultades, hay que empezar a dar pasos concretos en la realización de los itinerarios de Iniciación Cristiana.
ALGUNOS RASGOS DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS
Todo lo que digamos sobre las características generales, no deja de ser eso, generalidades. Pero es útil pararse a analizarlas, introducirse en la profundidad y riqueza de su carácter, lograr sintonizar con la frecuencia de su efervescente personalidad, porque es algo clave para acertar en su educación. Ciertamente, las circunstancias en que se ha desarrollado la vida de cada niño condicionan bastante su forma de ser y su carácter, pero hay todo un conjunto de rasgos que son comunes a esta edad. Tratemos de describirlos.
Necesita hacerse oír. Es fácil verle alzar la voz o buscar con ansiedad el protagonismo, atraer la atención sobre sí. No conviene ser cómplices de esa tendencia mostrando excesivo interés por él en detrimento de los demás. Es travieso e incansable. La actitud de los padres ante sus trastadas deja enseguida su huella en el carácter del niño. Cuando le hacen frente con demasiada rigidez se suceden continuos episodios de irritación familiar. Si, por el contrario, las dejan pasar, su forma de ser cristalizará en un carácter molesto y prepotente. Acertar con un juicioso término medio entre ambas actitudes extremas es un continuo reto en su educación. Manifiesta exuberancia, curiosidad, talante extrovertido y hablador, incluso una cierta ansiedad. Le falta aún bastante sentido de la medida y de los matices. A veces no comprende bien el alcance de lo que hace; cuando alguien bromea con él, es fácil que el niño acabe por faltarle al respeto.
El hecho de que por lo general se porte mejor fuera de casa, no debe extrañar a los padres. Puede y debe verse como algo positivo: cuando quiere, sabe comportarse bien. Es una actitud bastante común en esta edad. Es fácil contemplarle en rebeldía, y oírle decir que hace lo que le da la gana, que no tiene por qué obedecer en todo a sus padres, que ya es demasiado mayor para hacer siempre lo que ellos quieran... pero nada le gusta más que sentir la protección del padre o de la madre a la primera dificultad.
La candidez, el ardor y la simpatía se combinan en un confuso proceso de crecimiento. Quizá es ahora menos insistente y más razonable, más compañero de los suyos. Hace gala de un mayor discernimiento y discreción. Recurre más a ganarse la aprobación de los demás que a las anteriores presiones y desafíos. Ya no muestra un egocentrismo tan ingenuo, y es capaz de considerar a sus mayores, e incluso a sí mismo, con cierta objetividad. Trata de parecer mayor. Quizás afirma con facilidad que ya no es un niño y que no debe considerársele como tal. Este proceso de madurez no es uniforme ni constante, y desconcierta muchas veces al adulto por sus fluctuaciones y su inestabilidad. Todas sus actitudes encierran un gran potencial para el bien, pero que puede ser mal encauzado en un hogar desordenado, un colegio inadecuado o un ambiente adverso. Puede decirse que la etapa de los diez a los doce años es un periodo clave en la formación de la personalidad.
Es una edad estupenda para fomentar su afición a la buena lectura y sus deseos de saber. Suelen interesarle los cuentos, relatos, biografías o novelas sencillas, cuyo argumento capte su atención. No suelen gustarle, por el contrario, los libros o películas de carácter romántico o sentimental, y aún no entiende bien cómo pueden tener tanto atractivo para los adultos. También es edad de asombrosas iniciativas, de actitud expeditiva y aires de ejecutivo. Exigirá realización inmediata para sus buenas ideas, pues su confianza y seguridad en sí mismo suelen ser arrolladoras.
Actitudes e intereses: Puede haberle afectado una película de excesivo terror o suspense, y desde entonces alberga nuevos temores. Contrasta sin embargo su ánimo decidido y resuelto para muchas otras cosas. No suele tener miedo a la velocidad ni al riesgo físico, normalmente por una falta de experiencia que le lleva a hacerse poco cargo del peligro en general, salvo que la memoria de un accidente le haga ser más prudente. Se ha tornado mucho más consciente de su aspecto físico. Tiene una clara noción de lo que viste la mayoría de la gente y es raro que vaya en contra de esas corrientes. Si está de moda tal pantalón, aquella camiseta o esa cazadora, no quiere otra cosa.
La mayor parte de sus actos no están determinados por la premeditación, sino por la postmeditación, una vez que sus padres o profesores le han recordado sus obligaciones. Sabe de antemano que al final tendrá que hacer las cosas, pero todavía necesita con frecuencia el impulso inicial para decidirse.
Los catequistas para esta edad
Los catequistas en esta etapa de iniciación, han de poseer cualidades como:
• Conocer los elementos principales de la psicología de los niños, así como tener un completo conocimiento de la situación social-ambiental en la que viven.
• Poseer un claro conocimiento de la iniciación cristiana y de sus dinamismos (catequético y litúrgico, de fraternidad eclesial y de testimonio)
• Explicar
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