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La Fe Del Centurion


Enviado por   •  13 de Junio de 2014  •  1.410 Palabras (6 Páginas)  •  296 Visitas

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LA FE DEL CENTURIÓN

“Así es como cada pecador puede venir a Cristo. ‘No por obras de jus¬ticia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó’. Cuando Satanás nos dice que somos pecadores y que no podemos esperar recibir la bendición de Dios, digámosle que Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores. No tenemos nada que nos recomiende a Dios; pero la súplica que podemos presentar ahora y siempre es la que se basa en nuestra falta absoluta de fuerza, la cual hace de su poder redentor una necesidad. Renunciando a toda dependencia de nosotros mismos, podemos mirar la cruz del Calvario y decir: ‘Ningún otro asilo hay, indefenso acudo a ti’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 283, 284).

EMERGENCIA EN EL HOGAR DE UN PAGANO

1. ¿En qué condición crítica se encontraba el siervo de un centurión romano que vivía en Capernaún? Lucas 7:1, 2.

“El siervo del centurión había sido herido de parálisis, y estaba a punto de morir. Entre los romanos los siervos eran esclavos que se compraban y vendían en los mercados, y eran tratados con ultrajes y crueldad. Pero el centurión amaba tiernamente a su siervo, y deseaba grandemente que se restableciese” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 282).

2. ¿Estaba el hombre pagano convencido que Jesús podía sanar a su siervo? Lucas 7:3-5.

“Creía que Jesús podría sanarle. No había visto al Salvador, pero los informes que había oído le habían inspirado fe. A pesar del formalismo de los judíos, este oficial romano estaba convencido de que tenían una religión superior a la suya. Ya había derribado las vallas del prejuicio y odio nacionales que separaban a los conquistadores de los conquistados. Había manifestado respeto por el servicio de Dios, y demostrado bondad a los judíos, adoradores de Dios. En la enseñanza de Cristo, según le había sido explicada, hallaba lo que satisfacía la necesidad del alma. Todo lo que había de espiritual en él respondía a las palabras del Salvador. Pero se sentía indigno de presentarse ante Jesús, y rogó a los ancianos judíos que le pidiesen que sanase a su siervo. Pensaba que ellos conocían al gran Maestro, y sabrían acercarse a Él para obtener su favor” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 282).

CONFESANDO EL PODER DIVINO DE JESÚS

3. ¿Qué gran respeto y confianza se pueden constatar en el mensaje que el centurión envió a Jesús? Lucas 7:6, 7.

“Jesús se puso inmediatamente en camino hacia la casa del oficial; pero, asediado por la multitud, avanzaba lentamente. Las nuevas de su llegada le precedieron, y el centurión, desconfiando de sí mismo, le envió este mensaje: ‘Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado’.

“Los ancianos judíos que recomendaron el centurión a Cristo habían demostrado cuánto distaban de poseer el espíritu del Evangelio. No reconocían que nuestra gran necesidad es lo único que nos da derecho a la misericordia de Dios. En su propia justicia, alababan al centurión por los favores que había manifestado a ‘nuestra nación’. Pero el centurión dijo de sí mismo: ‘No soy digno’. Su corazón había sido conmovido por la gracia de Cristo. Veía su propia indignidad; pero no temió pedir ayuda. No confiaba en su propia bondad; su argumento era su gran necesidad. Su fe echó mano de Cristo en su verdadero carácter. No creyó en Él mera¬mente como en un hechicero, sino como en el Amigo y Salvador de la humanidad” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 283).

4. Sabiendo que sus propios mandatos eran obedecidos inme¬diatamente, ¿qué autoridad reconoció también en Jesús? Lucas 7:8.

“Como represento el poder de Roma y mis soldados reconocen mi autoridad como suprema, así tú representas el poder del Dios infinito y todas las cosas creadas obedecen tu palabra. Puedes ordenar a la enfermedad que se aleje, y te obedecerá. Puedes llamar a tus mensajeros celestiales, y ellos impartirán virtud sanadora. Pronuncia tan sólo la palabra, y mi siervo sanará” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 283).

LA ADMIRACIÓN DE JESÚS

5. ¿Había muchas otras personas que tenían

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