Libertad De Culto
Enviado por Viriilegis • 25 de Marzo de 2015 • 2.729 Palabras (11 Páginas) • 235 Visitas
DOLORIDO CANTO A LA IGLESIA CATÓLICA Y A QUIENES EN ELLA SUELEN CONFIAR
I
Hermanos míos de raza y sangre, hombres de toda edad,
mujeres de toda belleza y niños de hermoso porvenir,
oídme en esta noche de los diablos,
en esta hora de palomas decapitadas:
La luz es patrimonio del hombre,
del hombre en general y de nuestros hijos
en forma más precisa;
la sabiduría es terreno propicio a la bondad,
y los golpes de pecho son las campanadas del pavor,
los enemigos de la danza y de la primavera.
El cielo y la tierra son propiedad del hombre:
la nube femenina y el masculino surco.
La tierra es ideal para la grata curva de la espiga
y la nube es el sueño de la mujer amada.
La lluvia es nuestra madre tierna y musical.
Musica entrecortada de la rosa,
contrapunto maduro del clavel y el geranio,
gentil ballet del nardo y la gladiola.
Todo es bello y perfecto, delicado y purísimo.
Es puro el buen deseo, delicado amor,
perfecta la mañana, bello atardecer.
Pero hermanos, hermanos, oh hermanos de toda raza y sangre,
oíd cómo de noche, en esta noche de penumbras secas,
murciélagos y tordos desgarran el silencio.
Y la rosa se hiela y el clavel se estremece.
Y todo es como huellas de alba petrificada.
II
Bendito sea el temor escalofriante.
Y bendito tu nombre, Jesucristo, varón a sangre y fuego,
látigo y maldición. Bendito sea tu nombre, como maldito es,
bajo el polvo de siglos, el crujir de sotanas
(águilas de rencor y de lascivia);
como maldito es
el amargo murmullo de los rezos;
como maldito es el vaho tremendamente sepulcral del incensario;
como maldito es en esta tierra el horrendo lebrel
que a dinamita pura vuela el templo evangélico.
Bendito seas, hermoso Jesucristo a la orilla del lago,
y santa tu palabra de bondad y miseria.
Pero maldito sea quien en tu nombre alzó
la cruz del latrocinio, y tus bellas espinas subasto en el mercado.
Un Jehová melancólico contempla la tragedia,
vuestra estéril tragedia, sacerdotes del miedo
que pisáis la engañosa ceniza bajo la cual el fuego
va señalando rutas y destinos torcidos;
vuestra frenética tragedia de cirios verdes y crespones negros
roídos por la anciana del atrio y los intelectuales tragahostias.
Pero un momento, hermanos, un momento tan sólo,
para escuchar la voz, la plegaria monjil,
la cucharadita mortal a los espíritus:
"Vivan tus ángeles aquí para conservarnos en paz,
y sea tu bendición siempre sobre nosotros
por Cristo nuestro señor. Amén. "
Y es entonces hermanos, hermanos, cuando las catedrales tiemblan,
Y sobre la iglesuca y entorno a la basílica de la señora que sabeis,
Alienta brutalmente el amarillo de niebla de las hipocresías,
Y el temor al infierno desgrana los serviles rosarios,
Y el sudor fraterniza con el agua bendita,
Y los sucios mercaderes de la fe se refugian
En el rincón más sórdido de su conciencia.
Y mientras, por las calles, un automóvil cruza cual espectro del vicio,
Y en él, el arzobispo sonrientemente feo y satisfecho.
III
Llevamos 6000 años de creer en el destino de las estrellas.
Lo sabe el santo padre, lo sabe Merle Oberon,
Lo sienten en carne viva los viejos judíos que agonizan al pie del muro.
Y sin embargo, o hermanos, " la espada del señor está llena de sangre.
Se ha hartado de las grasas de los riñones de los carneros".
Y vosotros sacerdotes, arzobispos, criminales curas de pueblo,
Histéricos cuervos de la colonia san Rafael,
Envenenados habitantes del mal,
Os bebeis las lágrimas congeladas de un Cristo mutilado,
Seguís distrayendo la moneda del artesano,
Tomais al hombre, ensombreciéndolo, entristeciéndolo para siempre,
Y lo dejais a media calle deshecho, con una piedra de terror hundida en el alma.
Efraín Huerta.
LIBERTAD DE CULTO
El tema de la libertad de culto ha sido, es y seguirá siendo un tema muy controvertido, pues nos encontramos inmersos en una sociedad donde se habla de un ateísmo, de diversas vertientes religiosas y
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