No basta con formar buenos ciudadanos
carancibia2020Apuntes3 de Junio de 2020
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“No basta con formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”[1]
Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia. "
Es bastante probable que, en un futuro no muy lejano, cuando se juzgue en nuestro siglo en conjunto con el siglo pasado , particularmente, a nuestro mundo cristiano, sigan apareciendo figuras de distinguidos seres que habiendo sido considerados en su entorno como “muy buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”, no pasaron por la vida haciendo mayormente el bien , a ejemplo del modelo de ser humano que, en Jesucristo decían seguir.
Entre ellos hay hombres y mujeres que cumplían fielmente las expectativas de su contexto, ya fuera político o religioso; los hay también economistas que siendo “muy buenos cristianos” no dudaron ni por un segundo en ver en sus conciudadanos, ya sea en sus rentas vitalicias o en su calidad de seres para el consumo, un simple medio para fines asociados a riquezas e intereses personales. Quien lea esto podrá pensar en quienes logre reconocer en su memoria histórica y, es altamente probable que sigan apareciendo, en noticias globales y locales nuevos rostros de hombres y mujeres que, siendo muy “ b-u-e-n-o-s” y “v-i-r-t-u-o-s-o-s” han olvidado en su hacer esa medida tan humana y divina que tiende al Bien, entendido como Bien común.
Un buen ejemplo de lo anterior, en el siglo pasado, es el caso de Adolf Eichman, teniente coronel de las SS nazis y uno de los principales responsables de las deportaciones que llevaron al genocidio de más de 6 millones de judíos. Cuando llegó el momento del juicio en Israel en el año 1961, ante el juez, Eichman reconoció que él sólo cumplía órdenes, que era un “ciudadano fiel cumplidor de la ley” (Arendt, 2008).
Algo similar ocurriría con ilustres representantes de la nuestra Iglesia que han sido conocidos en medio de los escandalosos casos de pedofilia , que dieron lugar al reconocimiento de una crisis que nos enfrenta a la necesidad de discernir sobre qué tipo de cristianismo queremos construir de cara a la instauración del Reinado de Dios que es nuestra principal misión.
Podremos discutir sobre qué entendemos por buenos cristianos y virtuosos ciudadanos , pero nadie podrá poner en duda que muchas de las personas hoy llevadas a juicios canónicos y civiles, por delitos asociados a abuso de menores , eran consideradas en sus contextos como fieles servidores de la Iglesia y por tanto “muy buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”.
En la Parroquia del Bosque , el padre Fernando Karadima gozaba, incluso, de fama de hombre santo. En palabras del sacerdote diocesano Alfonso Baeza[2] , “Fernando era un tipo muy piadoso que siempre andaba con un rosario en la mano y en todos los temas poniendo a Dios en todas las cosas” (Mönckeberg, 2011, pág. 131)
Podríamos seguir y seguir nombrando hombres y mujeres que siendo reconocidos en sus círculos de Iglesia como muy buenos cristianos. En esa atmósfera también se incluye la figura de la religiosa ursulina conocida como madre Paula Lagos, quien fuera denunciada entre el 2009 y el 2011 por abuso de poder, manejo indebido de dinero y conductas sexuales impropias.
Agreguemos al padre Renato Poblete y al Hermano Abel Pérez, religioso Marista. Al igual que los anteriores gozaban de muy buena fama entre sus coetáneos y, difícilmente, alguien podría haber levantado un manto de duda sobre sus figuras de fieles servidores de la Iglesia; uno en su rol de máximo representante del Hogar de Cristo y el segundo en sus funciones tanto de destacado profesor de Matemáticas en los colegios maristas por donde pasó, como de vicerrector del Instituto Alonso de Ercilla en donde ejerció un influyente cargo de animación y gobierno, reservado sólo para funcionarios considerados dignos de servir en esas posiciones.
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