Novela Histórica

Estudiante. Leonardo Gómez

Curso. Historia de la Iglesia - Edad Contemporánea (América Latina)

Semestre I. Mayo 7 de 2014

Docente. Pbro. John Jairo Yepes Pérez

Ensayo: de la novela “La misa ha terminado” de Gustavo Álvarez

Gardeazábal.

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El sabio puede cambiar de opinión, el necio, nunca.

Immanuel Kan.

Según esta obra, el autor toma el final de la Eucaristía Católica, en este caso, Gustavo Álvarez Gardeazábal la titula como una ficción en la que da por terminada simbólicamente la vida de nuestra Iglesia. Con el Ite missa est , parece ser que él quiere llevar a quien quiera leer su libro a un tiempo presente en el que no deja de mostrarle las consecuencias de una vida de desorden, de pecaminosidad y de incredibilidad en tantos miembros de la Iglesia y colombiana.

Las intervenciones que hace el autor son ficticias, aunque resulten iluminadoras y pretendan dar pistas a quienes lean sobre por dónde van las intenciones del escritor. Él critica la castración y negación hipócrita del placer por parte de los curas católicos; critica la sociedad actual como una sociedad del espectáculo, que olvida fácilmente lo que pasa y ha pasado de malo al interior de la Iglesia y se hace insistencia en la necesidad de la memoria, para no quedar alienados de lo que hacen de vergonzoso los “trabajadores” de la mies”. Estas reflexiones del narrador enmarcan un accionar del cual se intenta desplegar la vida interna de la Iglesia, por ejemplo cuando hace alusión a los seminarios, a los curas, a las oficinas vaticanas, a la vida íntima de los obispos y cardenales.

De esta manera la novela puede ser leída sin desconocer, las dificultades, posibilidades, condicionantes y excesos… de manera especial en sus dolorosos caminos en medio de un mundo que la cuestiona y la margina una y otra vez.

Es en este eje donde hallamos sus mayores aciertos y debilidades. Lo más curioso, es que en esta narración lo que más avanza al mismo tiempo es la no resolución de los conflictos amorosos que se van creando a lo largo del camino, y hace una alusión muy clara de lo sucedido, cuando afirma lo siguiente: La institución eclesial se autodestruirá porque no logra controlar a los miembros sobre cuyas espaldas está sostenida: los clérigos. Como en la mayoría de los relatos colombianos y latinoamericanos hay un nivel en el que la verdad histórica pretende fusionarse con la ficción novelística.

Quizás alude tanto el autor cuando asume que las figuras de los tres o cuatro últimos Papas por ejemplo aparecen con todos los rasgos históricos que los caracterizaron. Tres de ellos, además con sus verdaderos nombres y realizaciones históricas: Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI. También teniendo alusiones directas a Juan XXIII y Pablo VI, a los que los acusa de torcer los destinos eclesiales, especialmente al primero. Al actual Papa en cambio comenta el autor que lo único que se hace es: se le intenta disfrazar aunque sin mucha fuerza: quedan claros algunos de sus rasgos: Jesuita, vocación de reformador y salvador de la Iglesia. Su llegada al trono de Pedro causa una conmoción que alcanza a todo el orbe Católico en aquellos que manejan los hilos del poder para su propio beneficio.

Esta obra de Gardeazábal deja ver un profundo desprecio y resentimiento por esta Institución en la que no se rescata nada positivo y se silencian totalmente las vidas de muchos creyentes que decididamente han prestado un servicio a la humanidad. No es su focalización, claro, pero también es cierto que se percibe una presunción de obvia venganza reiterada permanentemente por el narrador, entendible por otra parte en nuestro país en el que esta Iglesia no sólo ha pretendido controlar las conciencias sino que ha intervenido permanentemente en la política y en la sociedad queriendo conservar todos los procesos: desde las guerras y las leyes, hasta los amores y las situaciones oscuras de sus miembros.

Con el asombro que en occidente ha generado el papa Francisco y con los debates que en el país ha generado y genera el procurador, es claro que esta ficción, insertada en la historia de Colombia y en la actualidad eclesial, da en el clavo de muchos hechos y posibilitará mirar las cosas desde un ángulo nuevo. Es deseable entonces que más allá del posible escándalo que pueda desatar, escándalo que a su autor lejos de molestarle le satisface, se abra una discusión que logre ir más allá de lo aparente y nos confronte con nuestras

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