Principio y fundamento del discernimiento Cristiano

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ALUMNAS: Nicole Ruiz Centurión, Josefina Di Matteo

UNIVERSIDAD: Universidad Católica de La Plata

FECHA DE ENTREGA: 18-05-21

Principio y fundamento del discernimiento Cristiano

El discernimiento humano es la necesidad de buscar el bien y distinguirlo del mal en este mundo, descubrir incluso más el bien que el mal, distinguir entre lo bueno y lo menos bueno, entre lo más bueno y lo óptimo, a partir de indicios que nos vienen dados por la misma realidad desde fuera y que no son simplemente elegidos desde cada uno de nosotros, y cuando hablamos de discernimiento cristiano no nos referimos al  cual nos guía mediante conductas por un sistema de leyes morales o de prácticas religiosas y culturales, sino por el ejercicio responsable de la libertad, no se trata de vivir como un cumplimiento sino de vivir una relación amorosa con Dios la cual se impulsa desde nuestro interior, para lograr esto es necesario haber reconocido falsas imágenes de Dios, que son fruto del proceso vulnerado de cada persona.

La comunicación de Dios hacia el hombre puede tener lugar a través de signos exteriores, pero también a través de mociones interiores personales, que pueden ser reconocidas como provenientes de Dios a través de las cuales, se aprende a luchar contra el mal que acecha en los fueros internos, también luchar contra la injusticia que vemos en el mundo.

El buen espíritu que nos exige dar más y sacar lo mejor que tenemos, también nos invita a que seamos solidarios y nos unamos a las mejores causas que intentan construir un mundo más humano. Por tal motivo es que el discernimiento es una gran herramienta para enfrentar los tiempos modernos.

Respecto a los signos exteriores, no hay  distinción entre la autoridad propia de Obispos y el Papa y la autoridad en las distintas formas de comunidad cristiana con sus constituciones y reglas propias; quienes ejercen la autoridad no deben excluir toda forma de participación en el proceso de discernimiento. Y, además, aun admitiendo que en determinados casos la autoridad tiene capacidad deliberativa y, por tanto, la participación comunitaria es de algún modo sólo consultiva, no se debe prescindir de la luz que aporta el discernimiento de grupos y comunidades. En este caso quien ejerce la autoridad, decidirá libremente, pero a la luz del discernimiento comunitario.

San Pablo fue el primero en desarrollar la teología del espíritu santo y discernimiento, porque comenzó a notar que se experimentaba una cierta anarquía entre los que pretendían seguir los carismas del espíritu santo. entonces propone “edificar” la comunidad a través de carismas, los cuales consisten en el amor, la caridad, siempre guiados por el Espíritu Santo. Por eso define al cristiano como "el que es llevado por el Espíritu".

En el Mensaje central del Nuevo Testamento, se nos revela que somos hijos amados gratuitamente por Dios y a su vez somos hermanos logrando una fraternidad, así como también que vivir cristianamente es reconocer la paternidad de Dios.

Él envio a su hijo para librarnos de la esclavitud, de la ley y para que recibamos la filiacion adoptiva y asi tener una vida cristiana, la cual no solo  se trata de que nuestra predicación vaya por el camino del moralismo, sino que se trata de vivir buscando responsablemente lo que Dios puede querer de mí en concreto lo cual es "discernir lo que es mejor y quedarse con ello". Lo que verdaderamente corresponde a un comportamiento de hijos, es lo que puedo hacer en cada situación concreta, individual, personal, que sea más agradable al Padre; qué es lo que puedo hacer para hacer efectiva la filiación de todos en la fraternidad.

existe una tentación de alienación religiosa, en la cual muchas veces es llevado hacia la irresponsabilidad y conformismo; Pablo sugiere que la única manera de no caer en esto teniendo amor y discernimiento para poder imitar a jesús en su vida espiritual, porque en él se revela la plenitud de la bondad salvadora de Dios

 y por eso lo debemos tomar como ejemplo.

Existen tres categorías las cuales se siguen mutuamente: estas son imitación, seguimiento y discernimiento. Debemos imitar sus formas y sus actitudes de comportamiento logrando discernir entre nuestra situación histórica concreta y su situación histórica concreta, es decir contemplando la vida de Jesús, podemos identificarnos afectivamente y así obtener beneficios y también poder hacer una autocrítica sobre nuestra propia situación socio histórica , personal y nuestras formas de actuar, a fin de lograr las actitudes y comportamientos de Cristo Jesús. El cual vino a irrumpir esa creencia en la cual se decía que construir la gloria de dios hacía referencia a lograr solo cosas materiales, y esto no era así sino que eso se llevaba a cabo proclamando que todos somos hijos de dios y dios padre de todos.

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