Principios De La Doctrina

La opción preferencial por los pobres

El mundo actual y la posición de la Iglesia

El Siglo XXI se caracteriza por el gran reconocimiento de los derechos humanos, la dignidad de la persona y el intento de superioridad del hombre por sobre la creación. Son muchos los avances que se dieron en torno al hombre y su calidad de ser humano a raíz de dicho reconocimiento, como ser innumerables tratados que rescatan los derechos de las mujeres y niños, ONGs que promueven el reconocimiento de la persona desde el momento de la concepción, leyes que buscan proteger la integridad moral y física de la persona en todos los ámbitos, entre otros.

Sin embargo, más allá de todos estos avances, existen aún situaciones de pobreza y miseria que atentan contra la dignidad de la persona y el valor de la vida.

Es llamativa la dicotomía existente en muchos países donde encontramos por un lado un porcentaje mínimo de la población cuya calidad de vida es sumamente elevada y el consumo se convierte en el centro de su actividad, y por otro lado, la gran mayoría de la población experimenta un nivel de vida sumamente precario, donde conseguir un plato de comida para paliar el hambre y sobrellevar las enfermedades se convierten en una lucha constante. Son en estas situaciones de injusticia hacia los más necesitados donde la Iglesia toma cartas sobre el asunto y expone fehacientemente su posición y el deber de los cristianos ante este hecho tan lamentable. Manteniendo siempre su postura neutra frente a las distintas ideologías políticas, y respetando siempre como principio fundamental la dignidad humana y las enseñanzas cristianas, la Iglesia Católica fomenta la ayuda y apoyo de los más pobres y marginados. Dicha invitación se encuentra plasmada en una gran serie de encíclicas y documentos pastorales que hacen un análisis profundo sobre la realidad y la situación de las personas.

En este trabajo haré un estudio sobre la posición preferencial de la Iglesia hacia los pobres, analizando el significado y alcance que se le da a la palabra y la repercusión de dicha postura en la sociedad.

La opción preferencial por los pobres

En una sociedad donde los pilares sobre los cuales se funda la cultura son el “Dinero”, el “Placer” y el “Éxito”, fieles representantes de la aparente felicidad a la que todos aspiramos llegar; donde la figura del consumismo y el materialismo se convierten en el centro de la vida del hombre; donde el “tener” es el fundamento del “ser”, Cristo se presenta con un ideal de vida radicalmente opuesto, y propone a los hombres dejarlo todo para alcanzar el Reino de los Cielos y la felicidad eterna. “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” . Es así como Jesús invita a sus discípulos a buscar a Dios más allá de las riquezas terrenales , nos llama a alcanzar la felicidad mediante la entrega personal (el dar amor, el amor al otro) y el desprendimiento de los bienes materiales, manteniendo la mirada fija en la vida eterna y el amor a Dios.

Frente a estos dos “modelos” de vida totalmente contrarios, donde el materialismo y la idolatría hacia la vida terrenal se oponen substancialmente a la inclinación hacia la vida sobrenatural y la felicidad eterna, la Iglesia expresa los fundamentos de su postura, teniendo como eje central el antiguo testamento y las enseñanzas de Jesucristo en los evangelios.

Si bien el término “pobreza” tiene un amplio alcance dentro de la concepción cristiana, en este trabajo me concentraré primordialmente en la invitación de la Iglesia al socorro de los pobres y oprimidos como símbolo de deber cristiano.

Vivimos en una Argentina en donde existe una sociedad que prospera, otra que lucha por no empobrecerse y una última que parece condenada a permanecer no sólo en la pobreza, sino también fuera del campo de visión y fuera de las estadísticas del Gobierno, como si no existiera. Se estima que entre el 20 y 25 por ciento de la población argentina permanece hoy en la pobreza según Encuesta de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina. Pese que creció la ayuda social por parte del Estado a través de programas sociales como el plan de Asignación Universal por Hijo, no se ha conseguido que deje de persistir la pobreza e indigencia que sigue con índices altos .

La carencia de los bienes indispensables para la supervivencia es un obstáculo con el que tienen que lidiar millones de personas, entre ciudadanos, residentes y extranjeros en Argentina. Ubicados principalmente en las villas urbanas, se estima que el número de habitantes en las mismas habría crecido significativamente, considerándose esto alarmante debido a las paupérrimas condiciones de vida de los habitantes dentro de estas concentraciones. Los más pobres y marginados se encuentran apartados de la sociedad y las posibilidades de superar su situación es cada vez menor debido a su condición de marginados del sistema educativo, sanitario, laboral, etc, sumándole la gran serie de incidentes delictivos que son atribuidos sin prejuicio a la clase baja.

Frente a estas situaciones de injusticia, la Iglesia no muestra una actitud pasiva. Por medio de enseñanzas y mensajes plantea su posición de inquietud y preocupación. En la actualidad nos encontramos con una serie de encíclicas y documentos eclesiales que buscan concientizar a los fieles y marcarles el camino correcto hacia la igualdad de derechos entre todos, sin embargo, la preocupación por parte del cristianismo con respecto a las situaciones de pobreza y miseria no son recientes. El Antiguo Testamento presenta un gran espíritu de preocupación por los pobres, así como el Nuevo Testamento se encuentra plasmado de enseñanzas con respecto a la ayuda y protección hacia los más necesitados.

Ante esta gravísima y constante situación a través del tiempo, la Iglesia católica exhorta a los fieles a la cooperación y entrega hacia los pobres, prevaleciendo dentro de sus enseñanzas la “opción preferencial por los pobres”.

Este término aparece por primera vez en la encíclica Rerum Novarum, escrita por León XIII en 1891, cuando se proclama que “es hacia las clases desafortunadas donde el corazón de Dios parece inclinarse más” .

La carta encíclica “Sollicitudo Rei Socialis”, es un documento donde, haciendo referencia de la Rerum Novarum, se hace un estudio más profundo acerca de la realidad y la pobreza en el mundo. Juan Pablo II invita a los fieles a la práctica de la solidaridad hacia los más necesitados: “El ejercicio de la solidaridad dentro de cada sociedad es válido sólo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas” . La Iglesia nos enseña que la base de

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