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El Capitalismo de Estado y los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia


Enviado por   •  7 de Mayo de 2019  •  Trabajos  •  2.600 Palabras (11 Páginas)  •  133 Visitas

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Universidad Católica Argentina

Facultad de Ciencias Económicas

Carrera de Economía

ECONOMÍA Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

“Estado Burocrático, Mercado y Sociedad Civil para el Desarrollo Económico”

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Trabajo Monográfico de Investigación:

“El Capitalismo de Estado y los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia”

Profesor: Dr. Marcelo F. Resico

Alumno: Jennifer Meza

Correo: mezacjennifer@gmail.com

Teléfono: 1164298295

Fecha de Entrega: 7 de julio de 2018

Índice

  1. Introducción3
  2. Desarrollo3
  1. Capitalismo de Estado3
  2. Princios de la Doctrina Social de la Iglesia6
  1. Conclusión9
  2. Referencias Bibliográficas10


  1. Introducción

El objetivo del siguiente trabajo monográfico de investigación consiste en determinar si la implementación del capitalismo de Estado como sistema económico y político afecta de cierta forma los principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad que la doctrina social de la Iglesia promueve. Siempre tratando de encontrar la relación de esta problemática con los países latinoamericanos. Se busca poner un foco en el impacto de este sistema político y económico en los países de la región.  

Para este análisis principalmente se considerará al autor Ian Bremmer con sus diversas publicaciones en la revista “Foreign Affairs” en las que profundiza respecto al capitalismo de Estado tanto en los países desarrollados como en los emergente.

  1. Desarrollo
  1. El Capitalismo de Estado

Un reciente ola del capitalismo de Estado se dio después de la crisis financiera del 2008 cuando se ocasionó un creciente rechazo a la doctrina del libre mercado. Por lo que gran parte del mundo desarrollado empezó a vivir una etapa de intervencionismo estatal que en principio buscaba superar la recesión mundial y sanear la economía. Los gobiernos pasaron a controlar las compañías energéticas y otras grandes empresas que por ser parte del Estado adquirieron un importante poder de mercado, que les permitió verse favorecidos por la influencia de la autoridad central. A raíz de esto surge el capitalismo de Estado, un sistema en el que el Estado funciona como el principal actor económico y usa los mercados principalmente para obtener beneficios políticos (Bremmer, 2009).

La antes mencionada crisis financiera que llevó a una recesión internacional puso en tela de juicio la capacidad del “libre mercado” de afrontar cierto tipo de problemas.

Para los países desarrollados que implementan el capitalismo de Estado, esto es visto como una intervención temporaria para lograr la recuperación del sector privado y garantizar el crecimiento económico. Pero a diferencia de los países desarrollados la intervención en el mundo emergente es una intervención mucho más a largo plazo y sin tiempo definido, como lo hemos podido apreciar de primera mano en algunos países de la región.

En la práctica del capitalismo de Estado ha quedado claro para los gobiernos, la necesidad de mantener el poder político para lograr el crecimiento económico. En estos país es posible mantener la propiedad privada y la apertura del comercio exterior pero solo con el fin de servir al Estado y sus líderes políticos. Se utilizan las compañías estatales apoyadas por las fuerzas sindicales, cuestiones de gran peso en el panorama actual de Latinoamérica, para llevar a cabo las políticas más convenientes a favor del gobierno de turno.

Esta corriente de pensamiento se basa en una política de apropiación de excedentes de la economía privada, pero a su vez se necesita de un mecanismo productivo que sea apto para generar riqueza y de esa forma lograr preservar el poder político el mayor tiempo posible. Es bastante común ver en Latinoamérica gobiernos que se aprovechan de la gran fuente de recursos de la que disponen la mayoría de los países de la región para poder perpetuarse en el poder. Podemos tomar como ejemplo el caso de Venezuela en los años de mayores precios internacionales del petróleo (2007-2009), cuando el barril rondaba los US$90. Hecho que le permitía al presidente en ese momento reelecto gestionar una política de amplios gastos sociales para atenuar el posible rechazo de la grandes masas, políticas sociales recurrentes en este tipo de gobiernos. Se observa un esquema en el que se destina una enorme cantidad de recursos a políticas sociales que terminan fracasando, y ayudan más al político corrupto que a las personas a las que estaban destinadas. La utilización a gran escala de políticas populistas obstaculizan los esfuerzos para revitalizar el comercio mundial y el crecimiento futuro.

Con esto nos damos cuenta que el capitalismo de Estado se ve limitado por  una mezcla de las condiciones internacionales y la recepción de la sociedad antes este tipo de políticas. 

Para comparar con el caso de Venezuela podemos referirnos al sistema político económico que se dio en la Unión Soviética, donde la economía socialista se logró mantener a flote a partir de la concepción del capitalismo de Estado, donde este sistema económico causó una excesiva burocracia, lo que a su vez produjo un desabastecimiento de los productos básicos. 

El capitalismo de Estado genera una ampliación del Estado, lo que ocasiona que se propague en mayor medida la corrupción que llega a formar parte de toda la administración pública. Esta propagación de la corrupción lleva a que los sistemas de capitalismo de Estado pierdan calidad, importancia e influencia con el paso del tiempo, por lo que termina siendo inestable. Y el sistema que en teoría se había adoptado para subsanar el mercado debido a las crisis internacionales, termina generando conflictos de intereses entre partes por la apropiación de excedente en la que se basa. Este ocasiona tensiones entre clases que no se ven favorecidas por el mismo, debido a la gran concentración económica que se genera.

 

En el ensayo publicado por Ian Bremmer (State Capitalism Come of Age; The End of the Free Market?) en el 2009 por la revista Foreing Affairs, se hace referencia a que el capitalismo de Estado tiene cuatro actores principales: las corporaciones petroleras nacionales, las empresas estatales, los campeones nacionales de propiedad privada y los fondos de riqueza soberana.

Las llamadas empresas campeonas nacionales, son las elegidas por el Estado para ser las claves de alguna industria y monopolizar el sector del que sean parte, estas cuentan con ayuda financiera por parte del Estado de diversas formas, la más usada, los subsidios.

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