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Resumen Del Libro Autoridad Espiritual


Enviado por   •  12 de Octubre de 2013  •  19.792 Palabras (80 Páginas)  •  6.731 Visitas

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RESUMEN DEL LIBRO AUTORIDAD ESPIRITUAL,

WATCHMAN NEE.

PRIMERA PARTE

LA AUTORIDAD Y LA SUMISION:

CAPITULO 1.

LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD.

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. Quieres, pues, no temer a la autoridad. Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujeto, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto, al que respeto, respeto; al que honra, honra (Romanos 13:1-7).

…el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas (Hebreos 1:3).

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo (Isaías 14:12-14).

No nos pongas a prueba, sino líbranos del maligno (Mateo 6:13, Versión Popular).

Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¡Que testifican éstos contra ti? Más Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios, Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo (Mateo 26:62-64).

-2-

EL TRONO DE DIOS SE FUNDAMENTA EN LA AUTORIDAD.

Los hechos de Dios proceden de su trono y éste se fundamenta en su autoridad. Todas las cosas son creadas por la autoridad de Dios y todas las leyes físicas del universo se mantienen por esta misma autoridad. Por esto la Biblia se refiere a ello expresando que Dios “sustenta todas las cosas con la

Palabra de su poder, lo que significa que sustenta todas las cosas con la palabra del poder de su autoridad. Porque la autoridad de Dios representa a Dios mismo, mientras que su poder representa sus hechos. El pecado contra el poder es perdonado con más facilidad que el pecado contra la autoridad,

porque este último es un pecado contra Dios mismo. Sólo Dios es autoridad en todas las cosas, porque todas las autoridades de la tierra son instituidas por él. La autoridad es algo de importancia sin igual en el universo; no hay nada que la sobrepase. Por consiguiente, es imperativo que los que deseamos servir a Dios conozcamos su autoridad.

EL ORIGEN DE SATANAS.

El querubín se convirtió en Satanás cuando sobrepasó la autoridad de Dios, compitiendo con él y volviéndose de este modo un adversario suyo. La rebelión fue la causa de la caída de Satanás.

Tanto Isaías 14:12 como Ezequiel 28:13-17 se refieren al ascenso y caída de Satanás. Sin embargo, el primer pasaje pone énfasis en cómo Satanás. Infringió la autoridad de Dios mientras que el segundo pone de relieve su transgresión de la santidad de Dios. Ofender la autoridad de Dios es una rebelión mucho más grave que la de ofender su santidad. Puesto que el pecado se comete en la esfera de la conducta, se lo perdona con más facilidad que la rebelión, pues ésta es una cuestión de principios. Fue el intento de Satanás de poner su trono sobre el trono de Dios lo que violó la autoridad de Dios; fue el principio de la vanagloria con exaltación propia. El hecho de pecar no fue la causa de la caída de Satanás, ese hecho no fue más que el producto de su rebelión contra la autoridad. Fue la rebelión lo que Dios condenó.

Al servir a Dios no debemos desobedecer a las autoridades, porque el hacerlo es un principio de Satanás, ¿Cómo podemos predicar a Cristo según el principio de Satanás? Sin embargo, es posible que en nuestra obra estemos con Cristo en la doctrina a la vez que con Satanás en los principios. ¡Cuán vil de nuestra parte es suponer que en tales condiciones hacemos la obra del Señor! Tenga a bien fijarse que Satanás no tiene temor de que prediquemos la palabra de Cristo; pero ¡cuánto teme que estemos sujetos a la autoridad de Cristo! Los que servimos a Dios jamás debemos servir según el principio de Satanás, Cada vez que operamos de acuerdo al principio de Cristo, el de Satanás se desvanece. Satanás todavía es un usurpador; pero será derrotado en el tiempo del fin del Apocalipsis. Si de veras queremos servir a Dios. Debemos purificarnos completamente del principio de Satanás.

-3-

En la oración que nuestro Señor enseñó a su iglesia, las palabras <no nos pongas a prueba> señalan la obra de Satanás, mientras que las palabras <líbranos del maligno> se refieren directamente a Satanás. Inmediatamente después de estas palabras, el Señor hace una declaración muy significativa: >Por qué tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén> (Mateo 6:13, Versión Popular) Todo reino, autoridad y gloria pertenecen a Dios, y a Dios solo. Lo que nos libra totalmente de Satanás es el ver esta preciosísima verdad: que el reino es de Dios. Puesto que todo el universo está bajo el dominio de Dios, tenemos que someternos a su autoridad. Que nadie le robe la gloria a Dios.

Satanás le mostró al Señor Jesús todos los reinos de la tierra; pero el Señor contestó que el reino de los cielos es de Dios. Tenemos que ver quién es el que tiene la autoridad. Predicamos el evangelio para traer a los hombres bajo la autoridad de Dios; pero

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