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Robo Intriga Y Codicia


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  2.461 Palabras (10 Páginas)  •  452 Visitas

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Robo, intriga y codicia

Pequeños negocios grandes ruinas

• INTRODUCCIÓN

Veamos los mandamientos de dios destaquemos el octavo, el noveno y el décimo mandamiento sin duda alguna estos son muy coordinados entre si tanto como si codicias algo llegas a quitárselo y a calumniar en su contra para conseguirlo. El octavo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.

El noveno mandamiento nos prohíbe atestiguar en falso en juicio; prohíbe además la detracción o murmuración, la calumnia, la adulación, el juicio y sospecha temeraria y toda suerte de mentiras.

Así como el séptimo mandamiento nos prohíbe los actos exteriores contrarios a los bienes del prójimo, el décimo mandamiento prohíbe los actos internos, es decir, el deseo de quitar a otros sus bienes, de adquirirlos por medios injustos, o de usar de ellos de modo contrario a la recta razón, en otras palabras, prohíbe el deseo desordenado de adquirir o gozar de bienes materiales.

• FUNDAMENTO TEÓRICO.

1. ROBO UN DELITO

El concepto de la propiedad privada es antiguo y universal; hasta un niño entiende el sentido de “mi juguete”, “mi muñeca”. Muchos damos por sentado que tenemos este derecho, y hemos desarrollado patrones de conducta de acuerdo con él.

Sin embargo, el derecho a tener propiedad privada no debe considerarse un hecho. El cristiano debe reconocer que es un derecho concedido por Dios y avalado por Su voluntad. El octavo mandamiento que dice “No robaras” establece el principio de la santidad de la propiedad personal o privada. Tener propiedad o bienes es un derecho reconocido por todos; el cual involucra, además de los derechos, también obligaciones de parte del que los posee, y debe estar dispuesto a respetarlas. En este capítulo intentaremos presentar obras, responsabilidades y derechos.

El octavo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres. Tanto en el antiguo como en el nuevo testamento dicen lo siguiente

Antiguo Testamento: "No robarás" (Ex 20, 15; Dt 5,19)

Nuevo Testamento: "No robarás" (Mt 19, 18)

1.1. ¿Qué es?

El robo, es un delito contra el patrimonio, consistente en el apoderamiento de bienes ajenos, con intención de lucrarse, empleando para ello fuerza en las cosas o bien violencia o intimidación en la persona. Son precisamente estas dos modalidades de ejecución de la conducta las que la diferencia del hurto, que exige únicamente el acto de apoderamiento.

1.2. Tipos de robo

Cuando pensamos en robo, no nos podemos limitar al asalto de una casa privada pero sin duda alguna hay muchos tipos de robo

o el fraude

o pago de salarios injustos, esclavizar o menospreciar la dignidad personal.

o la corrupción: pagar por favores injustos.

o la apropiación y el uso privado de bienes sociales de una empresa

o los trabajos mal hechos.

o la falsificación de cheques, facturas, dinero, y todo tipo de engaño para no pagar lo que se debe.

o los gastos excesivos de los bienes bajo nuestra administración.

o Imitación de un trabajo o copia de este es una forma de robo a la propiedad del autor y su inteligencia

1.3. no robaras

Toda forma de robo tiene sus raíces en la codicia. Diciéndolo de otra forma es el deseo enfermizo de poseer lo que pertenece a otra persona. Las terribles consecuencias de este mal se ven claramente en lo de Reyes 21: l-19.

Para evitar la tentación de robar debemos aprender a vencer la codicia, debemos respetar la propiedad privada. Debemos entender también que la vida no consiste en la abundancia de lo que poseemos (Luc. 12:15). Como cualquier pecado el robo puede ser perdonado, siempre y cuando exista un arrepentimiento sincero y un retorno a Dios. El verdadero arrepentimiento demanda una restitución, cuando fuere factible, de lo robado.

1.4. Mayordomía

El concepto de propiedad no es solo el respeto hacia lo que no es nuestro, sino ser también buenos administradores de nuestras posesiones. Recordemos que lo que llamamos propiedad pertenece en realidad a Dios, y nosotros somos mayordomos de ella. Y se nos demanda que la usemos para la gloria de Dios, y a 81 daremos cuenta de ella.

Una buena mayordomía requiere que seamos frugales y ahorradores al hacer uso de nuestros recursos naturales y sus derivados.

La abundancia no es excusa para el derroche. No importa cuánto dinero se tenga, nadie tiene el derecho para agotar nada. Requiere asimismo que aportemos nuestra cooperación para la obra del Señor; y no hacerlo es un robo; y así lo denuncia Malaquías 3:8-10. A la vista de Dios la cantidad que se da no es tan importante como la proporción respecto de las entradas que uno tiene. Así que Dios autoriza y admite la aportación proporcional en el N. T. (la a Cor .16:2). Jesús exaltó la actitud de la mujer que dio todo lo que tenía (Marcos 12:41-44)

La mayordomía demanda que seamos participes de las necesidades de los demás (efe. 428; Stgo, 2:14-17; Hechos. 2:44-45; 4:34-37) Los bienes y las propiedades son medios que generan poder, ya sea para el bien o para el mal; todo depende de la actitud hacia ellos y el uso que les demos. Pueden ser usados para enriquecernos a costa del trabajo de los demás, lo cual va contra el mandamiento; o para ayudar a otros y dar gracias y gloria a Dios, lo cual es signo de buena mayordomía.

2. NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS

2.1. ¿Qué es?

El octavo mandamiento nos prohíbe atestiguar en falso en juicio; prohíbe además la detracción o murmuración, la calumnia, la adulación, el juicio y sospecha temeraria y toda suerte de mentiras.

Detracción o murmuración

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