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Tecnologia y su poder


Enviado por   •  15 de Octubre de 2015  •  Informes  •  10.660 Palabras (43 Páginas)  •  273 Visitas

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CAPITULO I

1. 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Es un desafío permanente que los jóvenes afrontan y usan la tecnología excesivamente, ya que dejan a un lado sus labores cotidianas como el estudio, trabajo y sobre todo la familia a la larga puede lograr la cultura de individualizarse de la cual parte la pérdida de valores

1.2. FORMULACION DEL PROBLEMA

¿Porque el uso excesivo de la tecnología de celulares por los estudiantes de la promoción 2015 de la Unidad Educativa Mercedes Belzu de Dorado “B” del distrito 1 de la zona Ballivian de la cuidad de El Alto????

1.3 OBJETIVOS

1.3.1 OBJETIVO GENERAL
Promover a los estudiantes de la promoción de la U.E. Mercedes Belzu de Dorado “B” al uso adecuado con límites de los aparatos electrónicos para entrar a la manipulación exagerada que causa adicción y malos hábitos de vida.

1.3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS

  • Identificar los contenidos que llaman la atención  en los aparatos electrónicos para lograr y valorar la vida si manejar el tipo de influencia
  • Analizar, programar toda la investigación para saber cuánto influye en cada alumno de la promoción de la U.E. Mercedes Belzu de Dorado
  • Sacar una conclusión la cual será hacia donde están inclinada esta influencia a la mayoría o la minoría en gran manera o menor manera


1.4 JUSTIFICACION

Porque la investigación? Se quiere saber si los estudiantes le toman más importancia a los celulares o caso contrario a los estudios. Y esto se sabrá haciendo una encuesta a los compañeros de la promoción de la U.E. Mercedes Belzu de Dorado “B”

¿Para que la investigación? Es para establecer el buen estudio que en años atrás se producía  ya que no había mucha influencia de la tecnología en ese entonces

1.5 DELIMITACIONES

1.5.1 DELIMITACION TEMATICA: El tema abarcado en esta investigación es sobre el uso de los celulares, y su influencia en el uso de tiempo con estos aparatos electrónicos de los adolescentes
1.5.2 DELIMITACION TEMPORAL:
Esta investigación tiene un tiempo de casi dos meses desde que iniciamos con el proyecto de la investigación
1.5.3 DELIMITACION ESPACIAL:
Se realizara en el grado de promoción de la U.E. Mercedes Belzu de Dorado “B” del distrito 1 de la ciudad de El Alto

1.6 HIPOTESIS

1.6.1 HIPOTESIS DE LA INVESTIGACION

  • Es evidente que el grado de influencia es distinto en unas personas de otras unas manejan el celular en todo momento no pueden estar sin revisarlo otras solo llamadas
  • Las redes sociales juegan un gran papel en este aspecto por su relevancia en las comunicaciones aún más en adolescentes (Facebook Whatsapp etc.)

1.6.2 IDENTIFICACION DE VARIABLES

  • Los jóvenes de hoy ven el celular como un medio vital de comunicación sin el cual se sienten vacíos
  • Necesitan revisar sus mensajes cada cierto tiempo si no lo hacen se ponen ansiosos por saber de qué le hablan es un vicio
  • Se dejó a un lado la comunicación oral

CAPITULO II

2.1 MARCO TEORICO

2.1.1 CONCEPTO

Conductas de abuso de tecnología: Delimitación del concepto Las conductas de abuso de los soportes tecnológicos, en la literatura científica, reciben diferentes nombres: adicciones comportamentales, socio adicciones, adicciones no farmacológicas… También, cuando se utiliza un soporte de manera disfuncional, se emplean los términos de uso patológico, dependencia, uso excesivo… El número de publicaciones relacionadas con el uso disfuncional de las tecnologías crece continuamente, pero es complicado realizar revisiones bibliográficas exactas debido a una falta de claridad en la terminología. Siguiendo a Carbonell, Guardiola, Beranuy y Bellés (2009), dado el gran número de términos usados para describir el abuso de TIC, la mejora de la indexación y la asignación de palabras clave podrían redundar en la recuperación de un aumento del número de artículos relevantes. Sería beneficioso para las bases de datos bibliográficas incorporar, en sus descriptores, un término relacionado con las adicciones a las TIC, incluyendo la adicción a internet, los videojuegos y al teléfono móvil En la misma línea, Pedrero, Rodríguez y Ruiz (2012) observan una indefinición conceptual, en este caso sobre los conceptos de abuso y adicción al móvil, gran disparidad en la adopción de criterios diagnósticos y multiplicidad de instrumentos para su estimación. Matute y Vadillo (2012) comparten la misma opinión. Para estos autores, la cuestión terminológica es la más urgente que se debe abordar, ya que si no partimos de una buena definición clara y consensuada por todos, nunca sabremos qué estamos investigando ni de qué estamos hablando y, por lo tanto, la información que se trasmita a la sociedad será confusa.  El diccionario de la Real Academia Española define la adicción como el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos; y la dependencia, como la necesidad compulsiva de alguna sustancia, como alcohol, tabaco o drogas, para experimentar sus efectos o calmar el malestar producido por su privación. En cambio, el abuso significa un mal uso, una utilización indebida o impropia de algo o alguien. La adicción, por tanto, es un hábito repetitivo, difícil de controlar y que compromete seriamente la salud o la vida social de quien la padece. El abuso se centraría en mantener la conducta a pesar de los problemas sociales, interpersonales, laborales o escolares que pueda ocasionar a la persona y la dependencia sería un patrón recurrente de conducta que se mantiene a pesar de que ocasione tolerancia, síndrome de abstinencia, intentos de control, gasto excesivo de tiempo, etc. Para Didia, Dorpinghaus, Maggi y Haro (2009) una adicción comportamental es una actividad que, en principio, puede ser placentera o útil para la vida de una persona, pero luego se convierte en algo dañino para el individuo. Este, aun consciente de esta cualidad, no puede abandonarla y pierde, de esta manera, la capacidad de elegir y controlar su conducta. Ello da lugar a una obsesión que cobra el lugar de un deseo constante, inevitable, que ocupa la mayoría de los intereses o actividades del sujeto, dejando a las demás de lado. Por ello, lo fundamental para determinar si una conducta es adictiva, no es la presencia de una droga, sino más bien la de una experiencia que es buscada con ansia y con pérdida de control por el sujeto y que produce una relación de placer/culpa (Echeburúa y Fernández-Montalvo, 2006). Para Becoña (2002) el primer elemento relevante en las adicciones es delimitar qué entendemos por adicción y si es adecuado, o no, hablar de ello, en sentido estricto,  haciendo referencia a las TIC, ya que, en estos casos, se parte de la dificultad que entraña establecer un punto de corte entre el uso normal y el patológico, así como de determinar con exactitud la diferencia entre abuso, dependencia y adicción. Nos debemos plantear si el abuso es, en realidad, un efecto novedad que necesita un periodo de aprendizaje, si las personas que abusan lo hacen por una serie de desajustes previos o carencias personales, y/o si realmente es necesario alarmarse porque el propio soporte es potencialmente adictivo. Cabe pensar, además, que no existe un arquetipo simple de persona que abusa de tecnologías, puesto que el empleo es masivo. Por lo tanto, el fenómeno es complejo y difícil su análisis. De hecho, los efectos que puede provocar la utilización de tecnologías dependen de una complicada interacción entre las características de esa tecnología, las de quien la usa y la motivación que tiene esa persona al usarlo (Matute y Vadillo, 2012). El debate entre los profesionales sobre la terminología que conviene utilizar todavía sigue vivo y su repercusión mediática ha cobrado gran trascendencia, por lo que podemos encontrar diferentes autores que se decantan por distintos términos. Esta discusión entre expertos ha sido útil para reconsiderar la posibilidad de introducir el diagnóstico de adicciones conductuales en las clasificaciones internacionales (actualmente, ni el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, cuarta edición, revisión de texto, ni la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión, recogen la adicción a internet como entidad nosológica), y para profundizar en los trastornos del control de impulsos y en un posible espectro impulsivo-compulsivo. Las adicciones comportamentales estarían incluidas en el epígrafe de Trastornos del Control de los Impulsos del DSM-IV TR. Pero los expertos recomiendan realizar más  investigaciones para aportar claridad sobre un posible uso adictivo de las tecnologías de cara a su introducción como categoría diagnóstica en próximas ediciones del manual. Sánchez-Carbonell (2008) opina que la adicción a internet merece ser reconocida en el DSM-V, que saldrá publicado próximamente. Probablemente, se especificará si se trata de una adicción a juegos de rol en línea y a chats (más relacionados entre sí de lo que parece, en opinión de este autor), y se distinguirá del uso de la red para otras adicciones conductuales como, por ejemplo, el juego patológico a través de internet. De hecho, para este investigador y sus colaboradores (Carbonell et al., 2012) el uso de internet con alteración de identidad, como la que proporcionan los juegos en línea y algunos chats, es el único uso susceptible de generar adicción. Estalló et al. (2001), en una investigación sobre jóvenes y uso de videojuegos, concluían que probablemente se ha hablado de adicción sin considerar las connotaciones estrictamente clínicas de este término. Algunos se refieren por adicción al extraordinario efecto motivador de estos soportes, que podríamos definir como la sensación subjetiva del jugador que le impele a seguir jugando cuando ha terminado una partida. Para este investigador, es más conveniente hablar de alta adhesión, afición, etc. En esta línea, Labrador y Villadangos (2010) encontraron que hay ciertas conductas asociadas al uso de TIC que, dado su similitud con los síntomas de adicciones ya establecidas, parecen indicar que el uso de tecnologías puede generar adicción. Es evidente que pasar excesivo tiempo – el término excesivo también es complicado de delimitar- conectado al ordenador o utilizando las redes sociales, no tiene las mismas repercusiones físicas que las adicciones a sustancias. Pero también es notorio que hay un sector de población que dedica a las tecnologías más tiempo del que quisiera, causándoles problemas en su vida diaria. Para Becoña, y Cortés (2011) si las TIC no se saben usar adecuadamente, o no se dosifica la cantidad de tiempo dedicado, pueden llegar a ser adictivas y en vez de ayudar a la persona a vivir mejor pueden ser un impedimento en su vida cotidiana o personal Demetrovics, Szeredi y Rózsa (2008) hacen referencia a la capacidad de los chat para proporcionar gratificación inmediata, por eso resultan más peligrosos. Las aplicaciones que requieren interacción social como los chats, el cibersexo, las apuestas o cualquier forma de comunicación instantánea son más susceptibles de “enganchar” a los usuarios. De hecho Morrison y Gore (2010) evidencian que ciertas personas presentan un uso compulsivo de internet con el cual han reemplazado la interacción social real por la interacción en redes sociales y salas de chateo. Estudios como el de Moeller et al. (2012) documentan síntomas de abstinencia, así como también ansiedad y depresión cuando los jóvenes no pueden utilizar los soportes electrónicos. La investigación de Muñoz-Rivas, Fernández y Gámez-Guadix (2010) muestra que, aunque la mayoría de la gente utiliza internet apropiadamente, los usuarios que invierten mayores cantidades de tiempo en la red, con frecuencia exhiben un comportamiento de conexión que se controla a través de refuerzo negativo, un alto grado de excitación cuando pierden la línea, falta de control sobre el comportamiento de la conexión, cambios en los hábitos relacionados con la salud e interferencias en la vida social, familiar, escolar, o en el trabajo. Estos hallazgos sugieren que el uso excesivo de internet está relacionado con el inicio de varios problemas que son similares a los asociados con otras adicciones de comportamiento y tecnológicas. Parece, por tanto, que muchos investigadores están de acuerdo en aceptar la adicción a internet, caracterizada fundamentalmente por una falta de control de los impulsos y muy unida a algunos usos de internet como las apuestas o el uso de juegos en internet. En cambio, para Matute y Vadillo (2012) puede ser peligroso hablar de adicción por varios motivos:

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