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Tránsito De San Francisco De Asís


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  3.521 Palabras (15 Páginas)  •  305 Visitas

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Tránsito de San Francisco de Asís

Loado seas, mi señor,

Por nuestra hermana la muerte corporal

Sábado 03 de Octubre: Tránsito de San Francisco

Loado seas, mi señor, por nuestra hermana la muerte corporal

Monición de entrada (antes de que entre el sacerdote)

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a esta celebración en la que recordaremos el Tránsito de San Francisco de Asís, su paso definitivo a las manos del Padre, que desde el atardecer de aquel 3 de Octubre de 1226, la familia fran¬ciscana conmemora. Enfermo y con las cinco llagas de Cristo en su cuerpo, junto a la ermita de la Porciúncula, Francisco se despidió del mundo, celebrando su muerte como una Pascua de li¬beración, pues moría en Cristo para resucitar a la vida definitiva. Mandó que leyeran el relato de la Pasión según san Mateo y poco después se presentaba la Hermana Muerte liberadora. Viéndola entrar en su chabola, el Poverello la sa¬ludó cortésmente diciendo: "¡Bienvenida seas, Hermana Muerte!" y rogó al médico que le asistía, que anunciara a todos esta visita por¬que, añadió Francisco: "Ella es quien me ha de introducir en la vida eterna".

Que esta celebración nos ayude a discernir cómo vivimos nuestro ser cristianos, cuánto de servicio a los demás hay en nuestro día a día, cuántas veces echamos una mano al que camina a nuestro lado.

Canto de entrada

SALUDO DE CELEBRANTE

+ En el nombre del Padre, ...

Que la cercanía de Dios Padre, el ejemplo servicial de su Hijo y la protección del Espíritu Santo estén con todos ustedes.

ACTO PENITENCIAL

Antes de compartir la mesa del Pan y de la Palabra, reconozcamos ante Dios y ante los hermanos, en unos instantes de silencio, aquello que hace que nuestras manos y nuestra vida no se entregue incondicionalmente, aquello que en nosotros no es minoridad, ni servicio (silencio)

- Por las veces que nuestras manos no están abiertas, ni acarician, ni adoptan un gesto de entrega. Señor, ten piedad

- Por las veces que nuestras manos se cierran y se convierten en puños que golpean, amenazan y dañan. Cristo, ten piedad

- Por las veces que nuestras manos no ofrecen amistad sincera, ni consuelan las penas, ni se aferran a otras con fuerza derribando los muros del odio. Señor, ten piedad

Dios todopoderoso, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén

LECTURA

Monición

En esta segunda carta a Timoteo, San Pablo nos comunica, que hemos sido llamados a trabajar por el Evangelio: con tesón y sin dejarnos desanimar, por los sufrimientos o vicisitudes que se nos puedan presentar. Dios nos da gratuitamente la salvación, por medio de nuestro Redentor Jesucristo, quien vino a resplandecer la vida y la inmortalidad. Escuchemos atentamente:

Lectura de la segunda Carta a Timoteo (1, 1-17)

[1].Pablo, apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios, que nos prometió la vida en Cristo Jesús, [2].a su querido hijo Timoteo. Vengan sobre ti de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor, la gracia, la misericordia y la paz. [3].Doy gracias a Dios, a quien sirvo con conciencia limpia como mis antepasados, cuando constantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día. [4].Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría. [5].Recuerdo tu fe sincera. Así eran tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y estoy convencido de que la recibiste de ellas.

[6].Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. [7].Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio. [8].No te avergüences, pues, del martirio de nuestro Señor ni de mí, al verme preso. Al contrario, sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios.

[9].El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, [10].acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad.

[11].Este es el mensaje para el que fui hecho predicador, apóstol y maestro, [12].y por el que ahora padezco esta nueva prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he puesto mi confianza y estoy convencido de que tiene poder para guardarme hasta aquel día lo que deposité en sus manos.

[13].Toma como norma la sana doctrina que has oído de mí sobre la fe y el amor según Cristo Jesús. [14].Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

[15].Ya sabes que todos los de Asia me han abandonado, entre ellos Figelo y Hermógenes. [16].Que el Señor bendiga a la familia de Onesíforo, pues a menudo vino a confortarme y no se avergonzó de mis cadenas. [17].Apenas llegó a Roma, se puso a buscarme hasta que me encontró. [18].El Señor le conceda que alcance misericordia ante el Señor aquel día; tú conoces mejor que nadie los servicios que me prestó en Efeso.

Palabra de Dios.

SALMODIA

Antífona: Ved que dulzura, que delicia convivir los hermanos unidos.

VED QUÉ DULZURA (Salmo 133)

No hay un ungüento que iguale a la concordia,

ni suavidad como el amor sincero.

Ruede, Señor, el trato entre nosotros

sin que chirríen gestos ni palabras.

Aromen la verdad y la franqueza

cuantas palabras pronunciemos todos.

...

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