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VERBUM DOMINI


Enviado por   •  2 de Mayo de 2015  •  20.601 Palabras (83 Páginas)  •  173 Visitas

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EXHORTACIÒN APOSTÒLICA POSTSINODAL “VERBUM DOMINI” DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI AL EPISCOPADO, AL CLERO, A LAS PERSONAS CONSAGRADAS Y A LOS FIELES LAICOS SOBRE LAPALABRA DE DIOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÒN DE LA IGLESIA.

El propósito expreso: “… deseo indicar algunas líneas fundamentales para revalorar la Palabra divina en la vida de la Iglesia, fuente de constante renovación deseando al mismo tiempo que ella sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial.” (1).

El documento es un apasionado llamamiento para que se tenga mayor familiaridad con las Sagradas Escrituras, sin olvidar “que en el fundamento de toda auténtica y viva espiritualidad cristiana está la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia” (121).

Porque “no hay prioridad más grande que esta: abrir de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante (cf. J 10,10)”. (2).

Benedicto XVI escribirá bajo la guía del Prólogo del Evangelio de Juan (1,1-18). (5).

PRIMERA PARTE

VERBUM DEI

« En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios... y la Palabra se hizo carne » (Jn 1,1.14)

EL DIOS QUE HABLA (6-21)

Dios en diálogo. “La novedad de la revelación bíblica consiste en que Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con nosotros.”

“El enigma de la condición humana se esclarece definitivamente a la luz de la revelación realizada por el Verbo divino.” (6).

Analogía de la Palabra de Dios (7-15). La expresión “Palabra de Dios” se usa de distintas maneras: 1) La persona de Jesucristo, 2) La creación, 3) La Historia de la Salvación, 4) La palabra predicada por los apóstoles, 5) La Sagrada Escritura, junto con la tradición viva de la Iglesia. (7).

Dimensión cósmica de la Palabra. La creación nace del Logos y lleva la marca imborrable de la Razón creadora que ordena y guía. (8)

La creación del hombre. La contemplación del cosmos desde la perspectiva de la historia de la salvación nos lleva a descubrir la posición única y singular que ocupa el hombre en la creación. (9).

Realismo de la Palabra. La Palabra de Dios nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo: realista es quien reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo. (10).

Cristología de la Palabra. La Palabra eterna, que se expresa en la creación y se comunica en la historia de la salvación, en Cristo se ha convertido en un hombre « nacido de una mujer » (Ga 4,4). (11-13).

Dimensión escatológica de la palabra. “…la Iglesia expresa su conciencia de que Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios; él es « el primero y el último » (Ap 1,17). Él ha dado su sentido definitivo a la creación y a la historia; por eso, estamos llamados a vivir el tiempo, a habitar la creación de Dios dentro de este ritmo escatológico de la Palabra…” (14)

La Palabra de Dios y el Espíritu Santo. La Palabra de Dios, pues, se expresa con palabras humanas gracias a la obra del Espíritu Santo. La misión del Hijo y la del Espíritu Santo son inseparables y constituyen una única economía de la salvación. (15). El cristianismo es la « religión de la Palabra de Dios », no de « una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo ». La Palabra de Dios “sólo puede ser acogida y comprendida verdaderamente gracias al mismo Espíritu.” (16).

Tradición y Escritura. La tradición viva “nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura como Palabra de Dios”. (17.18).

La inspiración y la verdad: recuerda la analogía con la encarnación. “Ciertamente, la reflexión teológica ha considerado siempre la inspiración y la verdad como dos conceptos clave para una hermenéutica eclesial de las Sagradas Escrituras.” (19).

Dios Padre, fuente y origen de la Palabra. La economía de la revelación tiene su comienzo y origen en Dios Padre. Su Palabra « hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos » (Sal 33,6). Es Él quien da « a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo » (2 Co 4,6; cf. Mt 16,17; L c 9,29). (20).

“…Dios habla por medio de su silencio. El silencio de Dios, la experiencia de la lejanía del Omnipotente y Padre, es una etapa decisiva en el camino terreno del Hijo de Dios, Palabra encarnada.” (21).

 Instrucciones: Consulta los números 1-21 de la Exhortación Verbum Domini y por equipos lean cada uno de los puntos propuestos, en seguida elaboren un cuestionario de por lo menos 10 preguntas.

LA RESPUESTA DEL HOMBRE AL DIOS QUE HABLA (22-28)

La fe. En este diálogo con Dios nos comprendemos a nosotros mismos y encontramos respuesta a las cuestiones más profundas que anidan en nuestro corazón.

« Cuando Dios revela, el hombre tiene que “someterse con la fe” (cf. Rm 16,26; Rm 1,5; 2 Co 10,5-6), por la que el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece “el homenaje total de su entendimiento y voluntad”, asintiendo libremente a lo que Él ha revelado ».La respuesta propia del hombre al Dios que habla es la fe.

El Pecado. La Palabra divina, en efecto, desvela también el pecado que habita en el corazón del hombre. Con mucha frecuencia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos la descripción del pecado como un no prestar oído a la Palabra, como ruptura de la Alianza y, por tanto, como la cerrazón frente a Dios que llama a la comunión con él. María « Mater Verbi Dei » y « Mater fidei » “…es necesario mirar allí donde la reciprocidad entre Palabra de Dios y fe se ha cumplido plenamente, o sea, en María Virgen…”

 Pensemos…

1.- ¿Qué expresa el misterio de la alianza?

2.- ¿Qué significa que el hombre ha sido creado en la Palabra y vive en ella?

3.- Lamentablemente en nuestra época ¿Qué se ha difundido, sobre todo en occidente?

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