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Verbum Domini


Enviado por   •  30 de Marzo de 2013  •  7.446 Palabras (30 Páginas)  •  1.094 Visitas

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EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL “VERBUM DOMINI” DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

La exhortación “Verbum Domini” está estructurada de la siguiente forma: Introducción, Primera Parte: VERBUM DEI, que contiene los siguientes temas: El Dios que habla, La respuesta del hombre al Dios que habla, La Hermenéutica de la Sagrada Escritura en la Iglesia. Segunda Parte: VERBUM IN ECCLESIA, que contiene los siguientes temas: La Palabra de Dios y la Iglesia. La Liturgia, lugar privilegiado de la Palabra de Dios, La Palabra de Dios en la vida eclesial. Tercera Parte: VERBUM MUNDO, que contiene los siguientes temas: La misión de la Iglesia: anunciar la Palabra de Dios al mundo, Palabra de Dios y compromiso en el mundo, Palabra de Dios y culturas, Palabra de Dios y diálogo interreligioso. Conclusión.

INTRODUCCIÓN

El Papa escribe la exhortación apostólica como fruto de las experiencias vividas en el sínodo de Obispos realizado en Roma del 5 al 26 de octubre del año 2008, cuyo tema fue: “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”, también hace una síntesis de los aportes, inquietudes, anhelos y esperanzas de los pastores allí reunidos. La exhortación presentada por el Papa tiene continuidad con la Dei Verbum, Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II y con la anterior Asamblea Sinodal sobre la Eucaristía como fuente y culmen de la vida y la misión de la Iglesia.

El Santo padre señala en el número 3 de la Introducción que “con la celebración de este sínodo, la Iglesia consciente de la continuidad de su propio camino, bajo la guía del Espíritu Santo se ha sentido llamada a profundizar nuevamente sobre el tema de la Palabra divina, ya sea para verificar la puesta en práctica de las indicaciones conciliares como para hacer frente a los nuevos desafíos que la actualidad plante a los creyentes en Cristo”

Al mismo tiempo el Papa profundiza en los frutos del Sínodo a la luz del prólogo del evangelio de San Juan, así lo señala en el número 5: “A este propósito me propongo presentar y profundizar los resultados del sínodo en referencia constante al prólogo del Evangelio de Juan (Jn1, 1-18) en el que se nos anuncia el fundamento de nuestra vida: El Verbo, que desde el principio está junto a Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros”. El papa señala a este texto como síntesis de nuestra fe cristiana.

PRIMERA PARTE: VERBUM DEI

DIOS QUE HABLA:

Dios en Diálogo: Dios sale al encuentro del hombre, lo busca para entrar en diálogo; esa es la novedad de la revelación bíblica. Señala, siguiendo al prólogo de San Juan, que el Verbo existía antes de la creación, pues es Dios que se nos muestra como misterio de amor infinito en comunión con el Espíritu Santo. Por eso el Verbo nos revela al mismo Dios en diálogo de amor con las tres personas divinas y nos invita a participar. Es así como el enigma de la condición humana sólo se esclarece definitivamente a la luz de la Revelación realizada por el Verbo divino.

Analogía de la Palabra de Dios: nos indica que la expresión “Palabra de Dios” se usa de distintas maneras: a) Es la Persona de Jesucristo, b) La creación, c) La Historia de la Salvación, d)Palabra predicada por los apóstoles, e) La Sagrada Escritura, junto con la Tradición viva de la Iglesia. El Papa señala la necesidad de educar a los fieles para que capten mejor esta diversidad de significados.

Dimensión cósmica de la Palabra: La creación nace del Logos lleva la marca imborrable de la razón creadora que ordena y guía. Por el Verbo fueron hechas todas las cosas…(Col 1, 15-16)

La creación del hombre: el lugar que ocupa el hombre en la creación es único y singular, puesto que contemplamos al cosmos desde la perspectiva de la historia de la salvación.

Realismo de la Palabra: La Palabra de Dios nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo: realista es quien reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo, es quien pone toda su confianza en el Señor.

Cristología de la Palabra: La Palabra no se expresa mediante discursos e ideas, sino que se ha convertido en un hombre nacido de una mujer (Gal 4,4). Ahora la Palabra no solo se puede oír sino que tiene un rostro: Jesús de Nazareth.

Dimensión escatológica de la Palabra: La Iglesia proclama que Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios, Él es el primero y el último (Ap 1,17), Él ha dado su sentido definitivo a la creación y a la historia; por eso estamos llamados a vivir el tiempo, a habitar la creación de Dios dentro de este ritmo escatológico de la Palabra.

La Palabra de Dios y el Espíritu Santo: La Palabra de Dios se expresa en palabras humanas gracias a la acción del Espíritu Santo. La misión del Hijo y del Espíritu es inseparable. La Palabra de Dios solo pueda ser comprendida gracias a la acción del Espíritu Santo.

Tradición y Escritura: La Tradición viva y dinámica de origen apostólico es la que nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura como Palabra de Dios. Es necesario formar y educar con claridad al Pueblo de Dios para que se acerque a las Escrituras Sagradas siempre en relación con la Tradición viva de la Iglesia.

Sagrada Escritura, Inspiración y Verdad: es importante destacar la relación de inspiración con la verdad, puesto que es el Espíritu Santo quien ha actuado en los hagiógrafos es por lo que son Palabra de Dios.

Dios Padre, fuente y origen de la Palabra: Toda la Revelación tiene su origen en Dios Padre, quien se manifiesta como tal en el Hijo. Dios habla en el silencio, que se convierte en expresión genuina de la Palabra de Dios Padre.

LA RESPUESTA DEL HOMBRE AL DIOS QUE HABLA

Llamados a entrar en la Alianza con Dios: Es un diálogo de dos no en el mismo nivel, puesto que Dios es quien busca al hombre y le otorga la fe como don. Mediante el don de la fe el amor supera toda distancia, llevándose a cabo así el misterio nupcial de Cristo y la Iglesia. En esta visión cada persona se presenta como destinatario de la Palabra, nos revela la naturaleza filial y relacional de nuestra vida.

Dios escucha al hombre y responde a sus interrogantes: en este diálogo con Dios que se hace por la fe nos comprendemos a nosotros mismos y encontramos respuesta a las cuestiones más profundas que anidan en nuestro corazón. La Palabra de Dios no se opone a los deseos del hombre sino más bien los ilumina, purificándolos y perfeccionándolos. Lo que está escrito no solo es para que creamos sino para que tengamos vida eterna, porque solo Dios responde a la sed que hay en el corazón de todo ser humano.

Dialogar

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