Alimentos Genéticamente Modificados

Roger Garza García 260429 LLE                                            13 de agosto, 2015
Estrategias del Debate

Discurso 1

Desde tiempos antiguos y los inicios de la civilización humana, la producción y cosecha de comida ha representado una actividad fundamental para proveer sustento a la sociedad. Esta provisión requiere de una amplia y vasta investigación y experimentación en pos de reforzar y mejorar técnicas aplicadas a la producción y cosecha de alimentos, convirtiéndose así en una herramienta no sólo útil para forjar el patrón de la naturaleza hacia procesamientos más eficaces y controlados, sino para mejorar las fuentes actuales de alimento. Como todas las mejorías, innovaciones y propuestas en el registro de la humanidad, los organismos genéticamente modificados (AGM) se encuentran actualmente enfrentando el escepticismo mundial y tornando las mentes de quienes se encontraban en dudas al respecto a examinar qué es lo que se está comiendo actualmente. Una de las afirmaciones que más controversia ha generado es cuando datos que afirman que los OGM llevan insertados dentro del mercado mundial desde hace ya tiempo y que entidades globalmente reconocidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunos países de potencia mundial han aprobado tal inserción. Pero el problema  no yace en el impacto o la controversia de su aprobación, sino la falta de una constante voluntad por parte de nuestras comunidades para mantenerse actualizados e informados en cuanto a las problemáticas esenciales de la sociedad, como lo son la salud, la comida y evaluación médica. Tal y como sucedió con los primeros pasos hacia la clonación celular a finales del siglo XX, ahora es el turno para defender la posición de los AGM y avanzar hacia el parteaguas de la innovación de la industria alimenticia por el bien de un mundo más sano y bien alimentado.

De acuerdo con la OMS, los OGM se definen como: “[…] organismos (ej. plantas, animales o microorganismos) en los cuales el material genético (ADN) ha sido alterado de maneras que no ocurre de manera natural a través del cruce de especies y/o la recombinación natural[…] lo cual permite que genes individuales y específicos se puedan transferir de un organismo a otro, inclusive entre especies que no están relacionadas.” (OMS, 2015) De ahí que los alimentos que son producidos a partir  de o usando organismos genéticamente modificados sean referidos como AGM.

        Tales modificaciones genéticas funcionan a partir de la selección de cierto rasgo deseado y el material genético correspondiente de un organismo para transferirlo e insertarlo dentro del código genético permanente de un organismo para que pueda desarrollarse con dichas características. Uno de los principales intereses y ventajas que surgen al desarrollar estos rasgos dentro de la industria alimenticia implica mejoras como un refuerzo tanto para los intereses de quienes producen como en quienes las consumen, ya que ofrecen el desarrollo de un producto a menor precio y mayores beneficios integrales. Otra de las grandes ventajas que presentan los AGM es la protección de la cosecha a costa del las distintas adversidades que puedan sufrir por cambios climáticos y hacer propicia la reducción del uso de pesticidas, ya que las semillas genéticamente modificadas incluyen potencialidades como inmunidad ante algunas enfermedades causadas por insectos, virus o el incremento de tolerancia hacia herbicidas (OMS, 2015).

        La OMS asimismo establece que tales rasgos genéticamente modificados provienen de fuentes convencionales y conocidas, como lo es el caso de gen que activa la generación de toxinas de la bacteria Bacillus Thurigiensis, un insecticida usado en la agricultura y que ya se ha certificado como seguro para el consumo humano, el cual permite que las cosechas desarrollen resistencia contra insectos y propensa la reducción en el uso de insecticidas dañinos (OMS, 2015). Sin embargo la controversia que surja entre los consumidores que abogan en cuanto a la seguridad e integridad de tales alimentos se verá calmada en cuanto se informen apropiadamente, como es el caso del grupo que apela a la pretensión del mercado orgánico y del purismo de los alimentos crecidos tal y como los da la naturaleza. Pero lo que no toman en cuenta es que se trata del paso que sigue al momento en que el ser humano comienza a hacer modificaciones para cosechar mejores alimentos y que es gracias a las distintas revoluciones alimenticias que se ha logrado un avance sustancial y cada vez más exponencial para salvaguardar y mejorar la condición humana. Carl K. Winter, toxicólogo de comida del Departamento de Ciencias y Tecnologías de la Comida de la Universidad de California, publicó que, hasta la fecha, no existe evidencia que indique un incremento en el riesgo de la salud a partir del consumo de AGM en comparación con comida producida a través de métodos tradicionales ya que, en todo caso, existe más bien un riesgo en la salud humana por sus hábitos alimenticios. Sin embargo, el experto aprueba vehementemente que se incremente la inversión en programas regulatorios y entidades vigilantes para asesorar y administrar los riesgos potenciales analizando caso por caso no sólo en cuanto a las recientes tecnologías como lo son los AGM, sino de los métodos tradicionales y los alternativos  para mejorarles también (Winter, 2006). Lo anterior dirige la atención hacia la cuestión alérgica, ya que se apela a que exista el riesgo de transferir propiedades alérgenicas a productos que no lo son, sin embargo, la OMS establece que no se permite ni promueve el uso de organismos causantes de alergias para extraer rasgos específicos e insertarlos en productos no alergénicos, a menos que se haya comprobado que es seguro. Por lo tanto, hasta la fecha, no se han hallado reacciones alérgicas referentes a AGM que actualmente se encuentren en el mercado. Aunque el consumo seguro de los AGM necesita (y está llevando a cabo) un análisis exhaustivo de caso por caso para determinar una declaración general acerca de ellos, los AGM que se encuentran en el mercado global han sido aprobados por la OMS, son seguros para consumo humano y es improbable que presenten riesgos para la salud humana.

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