CAROLINA, UN PUEBLO QUE QUEDO OLVIDADO EN EL TIEMPO.

CAROLINA, UN PUEBLO QUE QUEDO OLVIDADO EN EL TIEMPO.

Quisiere empezar por contarles lo importante y emotivo que es para mí, el vivir en este hermoso lugar. Pero primero, quiero describir un poco del pueblo donde vivo.

Se llama Carolina, es un pueblo perteneciente al municipio de chima, el cual queda ubicado a unos 4 horas de cerete córdoba por trochas o senderos que cuando llueve se vuelve intransitable, incluso para los burros o caballos que son nuestro único medio de transporte.

Esto nos dificulta mucho el traslado a las ciudades principales de córdoba, pero no tenemos queja alguna de nuestra convivencia en este hermoso lugar. Ya que contamos con todo lo necesario para subsistir y somos muy felices con lo que tenemos.

Por nuestro pueblo atraviesa el majestuoso caño bugre, donde nos proporciona un lugar para pescar y obtener nuestro alimento, además de ser una sábana muy fértil, la cual abunda la agricultura y la ganadería, puesto que nuestros habitantes siembran maíz, plátano, yuca, arroz entre otros cultivos. Y en las mañanas todos los días me levanto muy temprano y voy a la finca de mi abuelo, la cual queda al lado de mi casa, para ordeñar algunas de sus vacas y obtener la leche para el queso y el café con leche de mi desayuno. Luego que termino de ordeñar, me dirijo hacia donde se encuentran los cultivos de yuca, o de plátano, y arranco una de estos, para dárselo a mi abuela para que los ponga a cocinar en un viejo caldero donde le deposita un poco de agua, echa la yuca dentro, y los coloca encima de un fogón de leña.

El agua la obtenemos directamente del rio, e incluso la recolectamos de los días de lluvias, y la depositamos en unos tanques que tiene mi padre de concreto; luego de allí tomamos el agua necesaria para todo el día y la colocamos en una tinaja de barro la cual mantiene el agua fresca y a una temperatura agradable para nuestro consumo.

Luego de desayunar, me dispongo a ir a la casa del profesor juan, el cual en la parte trasera de su casa, tiene un rancho de palma donde nos enseña literatura, matemáticas y algo de sociales. En lo particular yo lo admiro mucho, pues es el más sabio y estudiado de toda la comunidad.

Pero no todo son labores en mi pueblo, ya que a unos cuantos metros de mi casa, hay una enorme plaza llena de un pasto corto, donde nos reunimos todos los jóvenes e incluso algunos adultos con deseo de jugar o recrearse un poco y le colocamos unas ramas o piedras que utilizamos como alquería y de inmediato convertimos la plaza en cancha de futbol, o algunas veces de béisbol, dependiendo de lo que queramos jugar ese día. En lo particular es uno de mis momentos favoritos, puesto que en este tiempo nos reímos, compartimos e incluso descansamos un poco y nos recostamos en el pasto y entre todos no contamos historias, las cuales fortalecen nuestra amistad y convivencia. Podemos decir que somos una comunidad muy social y unida.

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