Como Debe Hacerse Un Proyecto
yolateran17 de Marzo de 2014
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¿Cómo se
Investiga?
Por Antonio Dávila
La investigación en el mundo de la gestión levanta opiniones
Contra puesta. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Es
Difícil? ¿Es relevante? A través de mi experiencia como
investigador, intento ofrecer en este artículo algunas
consideraciones que si bien no responden a todos los
matices que tienen estas preguntas, sí dan una perspectiva
útil para entender mejor cuál es el papel de la
investigación en una escuela de dirección.
Antonio Dávila. Doctor en Administración de Empresas,
Universidad de Harvard; Máster en Economía y Dirección
de Empresas, IESE, Universidad de Navarra; Ingeniero
Superior de Telecomunicaciones, Universidad Politécnica
de Cataluña; Profesor Ordinario, Contabilidad y Control e
Iniciativa Emprendedora, IESE Business School.
62 Revista de Antiguos Alumnos del IEEM
El IESE está haciendo una apuesta muy
importante en investigación para seguir
estando entre las escuelas líderes del mundo.
Esta apuesta refleja un hecho fundamental: las
escuelas que van por delante (sobre todo escuelas
norteamericanas, pero cada vez más escuelas
europeas y asiáticas) basan su ventaja competitiva
en la investigación. Durante mi carrera académica
he tenido la oportunidad de colaborar con dos de
las más prestigiosas escuelas: la Harvard Business
School, donde cursé el doctorado, y la Graduate
School of Business de la Stanford University,
donde trabajé como profesor durante siete años.
Las dos (y otras que he tenido ocasión de visitar y
de conocer a través de compañeros que trabajan en
ellas) tienen como piedra angular la investigación.
La promoción y reputación de los profesores se basa
en su calidad como investigadores. Es más, estas
escuelas están dispuestas a perder a un buen docente
si esta persona no da la talla en investigación,
y a veces promocionan docentes mediocres porque
son buenos investigadores. Aunque parezca que
esta política disminuye la calidad de la docencia,
la realidad es todo lo contrario, por dos razones.
Primero, en un buen número de casos, buenos
investigadores son buenos docentes (por lo menos
en Harvard y Stanford). Y segundo, el contenido
que se imparte en las clases es conocimiento de
vanguardia.
El modelo de negocio de estas escuelas está construido
alrededor de la investigación. Una parte importante
de sus recursos financieros se basan en donativos
(que se acumulan en fondos o endowments).
Las personas que hacen estos donativos no se fijan
en la calidad de la enseñanza –es un requisito
que todas las escuelas de primer nivel cumplen
en grado más que aceptable y se da por sentado
que es muy buena–. Es decir, la calidad de la enseñanza
no es un factor diferencial. Estas personas
se fijan en la calidad de la investigación. Uno de
los directivos que trabaja en Stanford recabando
donativos me describió este modelo de negocio
del siguiente modo: “Las personas que hacen donativos
quieren apoyar esfuerzos que cambien de
verdad la sociedad, y ven la investigación como la
forma más efectiva de hacerlo; un buen proyecto
de investigación es lo mejor que me puedes dar
para convencer a estas personas que apoyen a
nuestra escuela en lugar de a otra. Sin investigación
no puedo ofrecerles nada diferencial”.
Por otro lado, un profesor de Stanford utiliza
la metáfora de la televisión para describir la importancia
de la investigación. De la misma forma
que la televisión tiene creadores (programas) y
difusores (cadenas de televisión) de contenido,
las escuelas de dirección tienen la investigación
y la docencia. La investigación crea el contenido
de las clases, mientras que la docencia lo divulga.
De la misma forma que los contenidos son los
que determinan las audiencias en televisión (sólo
hay que ver los contratos de televisión que firman
las ligas deportivas más importantes del mundo
gracias al valor del deporte como contenido audiovisual),
en las escuelas de dirección líderes pasa
otro tanto; la investigación es la que atrae los
recursos. Tanto en Stanford como en Harvard
lo tienen claro e invierten de forma sustancial en
atraer el mejor talento creativo (investigadores)
y crear contenidos (artículos de investigación, casos
de muy buena calidad, artículos y notas para
directivos, libros, vídeos, CD interactivos, libros de
texto y un largo etcétera).
¿Cómo se investiga?
Revista de Antiguos Alumnos del IEEM 63
El criterio principal (y casi único) para promocionar dentro
de las escuelas líderes es la investigación. En la mayoría
de estas escuelas, los primeros años de un profesor
(entre cinco y siete años) se evalúan por la calidad
de la investigación académica. No se mira si es un buen
docente, ni se evalúan sus cualidades como administrador
(por el simple hecho de que un profesor joven
nunca ejerce tareas directivas); sólo se valora su capacidad
investigadora. Esta política está en línea con el
objetivo principal: diferenciar la escuela a través de la
generación de conocimiento del más alto nivel. Cuando
la persona ha demostrado sus capacidades en esta actividad
y ha sido promocionada a profesor, diversifica su
trabajo según sus preferencias personales, combinando
investigación académica (normalmente apoyando con
su experiencia a jóvenes profesores) con investigación
aplicada y relevante para el mundo empresarial, colaboración
con empresas, asociaciones y gobiernos, desarrollo
de material pedagógico y administrando la universidad.
Algunos profesores dedican más esfuerzo a
la docencia, mientras que otros prefieren la gestión de
la escuela o seguir creando conocimiento. En cualquier
caso, la orientación cambia en la mayoría de los profesores
hacia una integración mucho mayor del mundo
empresarial en su trabajo. Por ejemplo, es común que
estos profesores trabajen en docencia con directivos
de reconocido prestigio. En Stanford es habitual que
cursos de segundo año tengan dos profesores, uno del
mundo académico y otro del mundo empresarial. La
calidad en investigación (en el caso académico) atrae
calidad de directivos de reconocido talento para crear
una simbiosis muy potente a nivel pedagógico y
de creación de conocimiento.
¿Qué es la investigación?
Una contestación a esta pregunta, que también
ilustra qué hacemos los profesores del IESE
cuando investigamos, es describir algunos de
los proyectos de investigación que he realizado.
Quizá por mi formación y experiencia, mi trabajo
de investigación se ha centrado en la inter-
De la misma forma que la televisión
tiene creadores y difusores
de contenido, las escuelas de dirección
tienen la investigación y la
docencia; la investigación crea el
contenido de las clases, mientras
que la docencia lo divulga
¿Cómo se investiga?
[continúa ]
64 Revista de Antiguos Alumnos del IEEM
sección de los sistemas de control y la innovación,
tanto a nivel de gran empresa como de nuevos
proyectos empresariales. Los diversos proyectos de
investigación que he desarrollado siempre se han
basado en la combinación del rigor con relevancia.
El rigor se aprende durante el doctorado; en mi
caso tuve la suerte de trabajar con investigadores
del nivel de Robert Simons, Robert Kaplan, Clayton
Christensen y VG Narayanan. Allí aprendí que el rigor
empieza en un diseño del proyecto de investigación
robusto, que permita explorar argumentos
a la vez que elimina los alternativos. La relevancia
viene de los temas que se eligen para investigar.
Tanto la Harvard Business School como el IESE
han tenido desde sus orígenes una clara vocación
de servicio al mundo empresarial, de modo que los
temas que he trabajado han tenido el objetivo de
aportar soluciones para la gestión.
Voy a utilizar dos proyectos de investigación para
ilustrar qué es y cómo se hace la investigación académica.
El primero es un proyecto que investiga el
control de gestión en jóvenes empresas. Y el segundo
utiliza el control de gestión, pero esta vez en los
procesos de innovación en empresas grandes ya
establecidas.
Sistemas de control e iniciativa emprendedora:
la importancia del rigor
El rigor en la investigación es un tema de formación,
paciencia y recursos. Para ilustrar este punto tomaré
como ejemplo uno de los proyectos de investigación
en los que llevo trabajando desde hace varios años.
En 2001, cuando estaba en el claustro de la escuela
de negocios de Stanford University, empecé, junto
con
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