¿Por qué se considera a las TIC como la base material de la tercera revolución industrial?

■ Indica y justifica por qué se considera a las TIC como la base material de la tercera revolución industrial.

Lejos de la gran repercusión que tuvo la primera revolución industrial con epicentro en el maquinismo y la producción mecanizada sobre todo en el sector textil, asume enorme relevancia para evidenciar este punto el auge de la electricidad en la segunda revolución industrial, como hecho precedente que propicia a las TIC.

Es importante anotar que desde la primera guerra mundial hay un fuerte proceso de globalización donde existe un proceso tecnológico con la digitalización y un proceso económico con la mundialización. La sociedad experimenta cambios significativos en todos los sectores económicos. Véase ejemplos evidentes como la incorporación masiva de la mujer al trabajo, el aumento creciente de la individualización en el trabajo (desarrollo taylorista) y la descentralización de las empresas por diferentes puntos geográficos en búsqueda de maximizar sus beneficios, lo cual intensificaba la competencia económica global. Las empresas están dispuestas a invertir en I+D que puedan generar el conocimiento internacional que necesitan y es entonces cuando comienza a haber una transición del capitalismo, dejando de lado el capitalismo industrial para dar paso a un capitalismo basado en el conocimiento. Dándose por tanto una condición necesaria para la tercera revolución industrial: el sustrato económico de las empresas dispuestas a invertir en TIC que reporten conocimientos.

No obstante, como decía anteriormente, el siglo XXI viene acompañado de un proceso tecnológico derivado de los macrocambios introducidos en la electrónica y en un inmenso valor intangible (el conocimiento). No era el teléfono, la radio o la televisión lo que avivaba las telecomunicaciones, era la aparición de Internet lo que cambió profundamente la forma en la que utilizábamos los equipos electrónicos, cambiando el mundo laboral, el ocio y en definitiva nuestra vida cotidiana, gracias a ello se vive una generalización del uso de las tecnologías. A raíz de este fenómeno se crea varias redes de comunicación y distribución del conocimiento, los equipos informáticos almacenan grandes cantidades de datos en megaservidores que tras su procesamiento se convertían en información y a su vez en conocimiento. Fíjese hasta qué punto era importante el almacenaje de datos que hasta permitía el desarrollo de la ingeniería genética. Y tal como hemos estudiado en las primeras unidades con la Ley de Moore y Metcalfe: “a medida que los usuarios utilizaban las redes, éstas se hacían más valiosas y atraían a más personas de manera que incrementaban su utilidad y la velocidad de adaptación”. El rápido desenvolvimiento tecnológico y científico cambió drásticamente gracias en cierta parte al cambio en el modo en el que almacenábamos los datos, facilitado por

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