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Enviado por   •  21 de Junio de 2012  •  1.169 Palabras (5 Páginas)  •  257 Visitas

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Características de la economía en venezuela

La economía de Venezuela es muy simple en sus fundamentos. Por desgracia es un sistema económico muy especial que no es tratado por los textos clásicos que aprenden nuestros alumnos de Economía en el país y en el exterior [1]. Comencemos por lo esencial.

En un trabajo de 1980 B. Mommer calculó cuidadosamente el trabajo en horas que hay en un barril de petróleo y lo comparó con la cantidad de horas de trabajo contenida en los bienes que obtenemos por él en el mercado internacional [2]. La relación es en general superior a 4. Es decir, el país, debido a que en su territorio hay petróleo, recibe por lo menos el producto de 4 horas de trabajo por cada una que da. Puede ser mucho más (8 ó 9) en épocas de precios altos. Dicho sin eufemismos: somos un país parasitario en trabajo. Si, dejando de lado la simplificación marxista de que el valor es producido sólo por el trabajo, tenemos en cuenta que en la formación del valor interviene la capacidad científica, tecnológica y organizativa, que importamos dando muy poco en retribución, la diferencia es aún mayor. Cuando un venezolano formado en el país gracias a esa renta que recibimos del exterior se queda en el exterior contribuyendo al desarrollo de otro país que se ahorra su formación, o cuando científicos venezolanos hacen, gracias a las facilidades que se les dan, una contribución científica que beneficia más a otros países que al nuestro, o cuando un empresario que ha acumulado dinero en el país lo envía al exterior, esto puede considerarse, desde un punto de vista internacional, desapasionado y objetivo, como una pequeña compensación de aquella continua asimetría en el intercambio. Es duro, pero esencial, reconocer esta verdad.

El otro punto básico de nuestra economía es que esa renta petrolera entra exclusivamente al gobierno y en forma de divisas, es decir de capacidad de importar. Esto, dejando ya de lado la cuestión del parasitismo, parece justo nacionalmente. El dueño de recurso petrolero sería el pueblo de la nación y el producto obtenido por él debe ser administrado por el gobierno que lo representa. Desde la nacionalización se ha discutido y peleado por decidir si una parte de esa renta le corresponde distribuirla a la empresa que lo extrae. Ésta, gracias a su eficiente organización y superior conocimiento, se independizó mucho del estado accionista y se convirtió en un nuevo centro de reparto. En el 2003 el estado controló la empresa a costa de reducir su eficiencia. Con el tiempo puede que se independice otra vez. Es una tendencia de la gerencia de toda gran empresa.

En la práctica la administración de todos nuestros gobiernos ha sido un reparto de la renta petrolera misma y de los impuestos al trabajo nacional privado, cuyo mantenimiento depende fuertemente de la capacidad de importar y de las subvenciones directas e indirectas generadas por aquella renta. Esto ha dado un poder extraordinario al gobierno y una gran intensidad a la lucha para entrar en él (y antes en PDVSA), es decir para entrar lo más alto posible en la pirámide de repartidores.

Este sistema, que llamamos rentismo distribucionista ha pasado por varias modalidades. Brevemente: Militar autocrático (Gómez, 1928-1935); militar institucional (López y Medina, 1936-1945); político exclusivista (Betancourt y Gallegos, 1945-1948); militar dictatorial (Pérez Jiménez, 1949-1957); político multipartidista centralizado (políticos del pacto de Punto Fijo, con un intento, al final, de descentralización, 1958-1998); militar populista centralizado (Chávez, 1999)

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